miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cifras (IX)

Tras dos meses sin hacer ninguna propuesta de cifras y letras, hoy os traigo una de cifras. Para los que ya no se acuerdan, las reglas del juego eran éstas: no existe límite de tiempo para responder y el ganador será aquél que ofrezca la mejor solución hasta ese momento.
La propuesta que os hago hoy es la siguiente: tenéis que obtener el número más grande posible tal que las cifras que lo compongan estén en orden, es decir, algunas soluciones válidas podrían ser 1348, 367 o 45599, pero no lo serían 13564 o 6890. Las operaciones que podéis utilizar son la suma, la resta, la multiplicación, la división y la concatenación de dos dígitos, aunque el uso de esta última se penalizará como si se hubieran realizado dos operaciones; además, los diez dígitos sólo se pueden usar una vez. Como podéis suponer, ganará el que consiga el número más alto y ordenado al mismo tiempo.
¡Buena suerte!

lunes, 28 de septiembre de 2009

Una derrota escrita de antemano

El Málaga encadenó su cuarta derrota consecutiva tras perder por 0-2 ante el Barcelona en un partido en el que el árbitro perjudicó a ambos equipos continuamente.
Los primeros treinta minutos fueron claramente dominados por el once blanquiazul: continuos robos de balón, presión en campo contrario, pases al primer toque... Parecía que el Málaga y el Barcelona se habían cambiado los papeles antes de saltar al campo, excepto en un importante detalle: los locales apenas se acercaron con peligro al área defendida por Valdés; sólo un disparo al lateral de la red de Obinna consiguió que el público gritara uyyy. Y nada más. Poco después del ecuador de la primera mitad, Ibrahimovic sustituyó a un tocado Henry, y, a partir de ahí, empezó el recital del Barça. El delantero sueco sólo tardó diez minutos en disponer de dos grandes ocasiones: en la primera, recibió al borde del área, pero su remate fue repelido por el guardameta rival; en la segunda, justo a continuación, y en una acción similar, controló con el pecho en una posición más que dudosa (muy difícil determinar si se encontraba o no en fuera de juego) y resolvió por alto ante la salida de Munúa (0-1). El árbitro empezó a dar muestras de no tener ni idea de lo que es impartir justicia en un partido de fútbol: un pisotón de Weligton sobre Messi que bien valía la expulsión, fueras de juego y faltas en contra del Málaga mal sancionadas y que, de corte similar por parte del Barcelona, dejaba pasar, etc.
La segunda mitad fue un paseo en toda regla de los actuales campeones de liga. El Málaga sólo pudo contar una ocasión en los segundos cuarenta y cinco minutos, en la que Valdo recogió un rechace de un córner para enganchar un derechazo que se encontró con una maraña de piernas cuando el balón se dirigía a puerta. El Barça sólo tuvo que tocar y tocar el esférico a la espera de ver aumentada su ventaja en el marcador. Ese momento llegó al cuarto de hora de reanudarse el partido: Xavi botó una falta al corazón del área, donde Juanito se disponía a despejar de cabeza, pero Toure Yayá le hizo una falta que el árbitro no quiso ver, y Piqué aprovechó para batir por bajo a Munúa (0-2). Todo indicaba que el Barcelona iba a golear a un Málaga que, como poco, estaba muerto y sin ideas de cómo plantarle a cara a un equipo tan excepcional, pero el resultado no volvió a modificarse, a pesar de que los visitantes dispusieron de varias oportunidades claras: un disparo por encima del larguero de Piqué tras una jugada de Messi cuando lo más fácil era anotar el tercero; una internada del argentino en el área que se vio frustada por la férrea presión de Weligton; una falta directa botada por Messi que despejó el portero con los puños; y un mano a mano, otra vez de Messi, en el que Munúa adivinó su remate para repeler el balón. Entretanto, el árbitro siguió a lo suyo, es decir, errar en sus decisiones a más no poder: no quiso mostrarle la segunda amarilla a Toure Yayá en una falta en la que cortaba un contragolpe de los malacitanos, y, sin embargo, no dudó un segundo en expulsar a Luque por una entrada sobre Dani Alves a cinco minutos del final que para nada merecía la roja, pero el brasileño sabe cómo exagerar una simple patada para que parezca que le han roto la pierna. Weligton también mereció irse a los vestuarios antes de tiempo por un puñetazo sobre Piqué que no vio el árbitro. Y bueno, lo del segundo gol ya está dicho...
Muy mal se le ponen las cosas al Málaga, que sólo ha sumado tres puntos de quince posibles, lo que le deja al borde del descenso, donde se encuentran el Atlético de Madrid, el Villarreal y el Xerez. Precisamente, el conjunto jerezano será el próximo rival el domingo a las cinco de la tarde en un encuentro vital para ambos conjuntos, especialmente para los recién ascendidos, que sólo tienen un punto y aún no saben lo que es marcar.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Viaje a Italia: día 5

Jueves, 19 de febrero de 2009

8:00
Sólo nos levantamos Leti y yo, ya que David no vendría con nosotros a la Pinacoteca de Brera. Ni siquiera desayunamos, ya que íbamos a hacerlo con David antes de coger el tren a Bérgamo en algún bar cerca de la estación; además, teníamos cierta prisa porque, después de visitar la pinacoteca, Leti tenía que acercarse al Politécnico para que le firmasen el acta de notas.
Cómo no, nos montamos en el 61, que tiene una parada a apenas unos metros de la Vía Brera, donde se encuentra el palacio del mismo nombre que acoge al museo. Nada más entrar, se accede a un patio de arcos y columnas con algunas estatuas entre ellas, y, desde allí, a unas escaleras que llegan hasta la tienda del museo, donde podías comprar láminas con reproducciones de cuadros allí expuestos, libros de arte, etc. Una de las puertas se comunicaba con la pinacoteca propiamente dicha; en el mostrador, adquirimos nuestra entrada por 7'5 euros y un plano con una pequeña descripción de cada una de las casi cuarenta salas que componen el museo.
Yo ya tenía mi cámara lista para hacer fotos cuando me advirtieron de que estaba prohibido; les dije que no iba a usar el flash, que es lo que realmente deteriora las pinturas, pero tampoco me dejaron, así que la guardé, más que nada porque había varias cámaras de vigilancia, por lo que disimular podría disimular poco. La mayoría de las obras de la pinacoteca pertenecían a artistas italianos, algunos de ellos bastante conocidos, aunque a la mayoría los desconocía, como a sus pinturas. No obstante, a pesar de mi ignorancia hacia dichos pintores, se veía que los cuadros eran de gran calidad y, en muchos casos, también de tamaño; además, la temática que caracterizaba a casi todos los cuadros era la religiosa.
La primera obra que conocía, y que sabía que se exponía en esta pinacoteca, era 'Cristo muerto', de Andrea Mantegna; en las siguientes salas, destacaban cuadros de grandes pintores del Renacimiento, como Tiziano ('San Girolamo'), Tintoretto ('Hallazgo del cuerpo de San Marcos') y Veronese ('Bautismo de Cristo'). En mitad de la visita, nos encontramos una sala acristalada en la que se conservaban varias pinturas y que, supongo, estarían allí para ser restauradas. También nos encontramos con varios grupos de escolares con sus respectivos profesores y guías, que les explicaban los detalles más significativos de los cuadros que iban contemplando; nosotros aprovechamos para enterarnos de algo de lo que decían.
En las salas que venían a continuación, pudimos admirar muchas pinturas de artistas tan importantes como Rafael, Caravaggio, Rubens, Van Dyck o Rembrandt, aunque no eran sus creaciones más conocidas. Ya en la última de las salas, pude ver otra obra que conocía de antes: 'El beso', de Franceso Hayez. Después, llegamos de nuevo a la tienda del museo, lo que quería decir que nuestra visita ya había terminado.

10:15
Ya en la calle, nos fuimos hasta la Vía Fatebenefratelli, donde cogimos un autobús (¡y no era el 61!) para ir al Politécnico de Milán. Íbamos con mucha prisa, ya que a las once habíamos quedado con David en Lambrate para desayunar e ir a Bérgamo, pero tenía pinta de que no nos iba a dar tiempo, como así fue. Poco antes de las once, llegamos al Politécnico; Leti tenía que ir al despacho de la profesora de 'Métodos Numéricos' para que le firmase el acta de calificaciones; mientras tanto, yo me quedé fuera del despacho esperándola. Por cierto, la profesora, que se quedó un poco extrañada cuando me vió como diciendo "Este chaval nunca ha venido a clase. ¿A qué vendrá?", tendría unos setenta años; tiene mérito dar clase con esa edad.
Al salir, nos fuimos andando hasta la estación de Lambrate, donde ya nos estaba esperando David. Entramos en un bar cerca de allí para desayunar; yo me pedí un croissant con chocolate y un zumo de naranja, pero qué sorpresa cuando vi el zumo: ¡era de color rojo! Al parecer, en Italia hay un tipo de naranja que no es naranja, sino roja; el sabor era un poco diferente y, además, no estaba colado y tenía muchos grumos, que es como no me gusta, así que sólo me bebí la mitad.

12:00
Después, nos acercamos a la estación y allí compramos los billetes de tren, tanto los de ida como los de vuelta (4'20 euros cada viaje, mucho más barato de lo que me esperaba); los primeros los validamos al momento para poder subirnos al tren, que llegó en apenas cinco minutos. El viaje duró poco más de una hora, ya que el tren no era de alta velocidad, sino algo parecido a los Talgo que quedan todavía en España.
Una vez que llegamos a la estación de Bérgamo, compramos y validamos los billetes de autobús para ir hasta la Città Alta, la parte más antigua del pueblo. El trayecto duró unos quince o veinte minutos, pero, como la Città Alta está en la cima de una colina, fue un poco tortuoso e incómodo, sobre todo teniendo en cuenta que íbamos de pie. Poco antes de las dos de la tarde, nos bajamos del autobús, a apenas unos metros de la Piazza della Cittadella.
Desde el primer momento, Bérgamo me enamoró por sus calles de piedra y relativamente estrechas, al más puro estilo medieval; casas antiguas, murallas, plazas, etc. A los pocos minutos de pasear por estas calles, llegamos a la Piazza Vecchia, el corazón de la Città Alta; allí, pudimos contemplar algunos monumentos, como la Torre Cívica y el Palazzo della Ragione, además de una pequeña fuente, donde nos hicimos algunas fotos. A continuación, accedimos a la Piazza Duomo, donde se encuentran la Catedral de Santa María Maggiore, la Capilla Colleoni y el Baptisterio; la Catedral era de estilo románico, y, adosada a ella, estaba la Capilla Colleoni, un mausoleo que destaca principalmente por su espectacular fachada, con un gran rosetón en la parte central, y su cúpula octogonal. Entramos a ver la capilla, donde descansan los restos de la familia Colleoni; por segunda vez en este día, no me dejaron tomar fotos, y fue una pena, ya que el interior era de bastante calidad, con cuadros y esculturas bastantes buenos.
Tras unos minutos más de paseo, fuimos a comer a un sitio al que ya habían ido Leti y David cuando visitaron Bérgamo meses atrás: la panadería 'Il Fornaio'. Desde el escaparate, se podían ver bandejas con varios tipos de pizzas expuestos con una pinta buenísima. Cogimos sitio en una pequeña barra que había en la panadería y nos acercamos al mostrador para pedirnos un trozo cada uno; allí, al igual que en otros muchos sitios de Italia, te pesan el trozo de pizza que hayas pedido y pagas según lo que cueste el kilo de esa especialidad. Yo me decanté por una de pepperoni, y, nada más dar el primer mordisco, me di cuenta de que era la mejor pizza que había probado en mi vida. ¡Qué textura! ¡Qué sabor! ¡Qué buena estaba! Me quedé alucinado, estaba tremenda, con una masa de dos dedos de grosor y muy blandita. ¡Increíble! Con el trozo que me comí ya estaba medio lleno, pero no dudé un segundo en pedirme otro, de jamón creo que fue. Más de lo mismo; creo que una pizza mejor no se puede hacer. Con este ya me quedé bien lleno; medio kilo me comí en total, y por poco más de cinco euros. Como podéis comprobar, me quedé realmente satisfecho.
15:15

Después de tan excepcional almuerzo, fuimos en busca de una pastelería que habíamos visto antes; por el camino, vimos la Torre del Gombito, llamada así porque se encuentra en el cruce de las dos principales calle de la Bérgamo romana ('gombito', en latín, significa 'bifurcación'). Apenas unos metros más adelante, estaba la pastelería 'Nessi', que, al igual que 'Il Fornaio', invitaba a echar la baba delante del escaparate. Dulces y pasteles de todo tipo: crostatine alla nutella, polenta e ösei, strudel di mele, fagottini al cioccolato, trecce con crema di castagne e nocciole, sfoglie di pere e cioccolato, millefoglie alla crema... (los nombres los sé porque le hice fotos al escaparate, no creáis que tengo tan buena memoria :P) ¡Qué pinta tenía todo! Me compré dos crostatine alla nutella para desayunar al día siguiente y un fagottini al cioccolato para comérmelo por el camino. Excepcional.
Con la compra ya hecha (David y Leti también se gastaron lo suyo), iniciamos el camino de regreso a la estación de tren, aunque ahora iríamos andando. Bordeamos la muralla de la Città Alta hasta llegar a un mirador, desde donde teníamos unas vistas espectaculares de Bérgamo, además de otros paisajes; nos hicimos unas cuantas fotos con el pueblo de fondo y seguimos bordeando hasta llegar a un gran pórtico a través del cual se accede a otro mirador, éste a una altura algo más cercana a la ciudad baja, con vistas a la avenida principal. Por cierto, en las fotos podéis ver que hacía bastante frío, y es que nos tuvimos que poner hasta los guantes.
Desde allí, se iniciaba un camino hecho de piedra atravesando árboles y matorrales hasta llegar al comienzo del Viale Vittorio Emanuele II. Con la estación al fondo de la avenida, y dado que teníamos tiempo de sobra, nos dirigimos a ella tranquilamente dando un paseo. Por el camino, vimos algunos palacetes ajardinados (de gente con bastante dinero, seguramente), el edificio de la Banca de Italia, un obelisco, una torre conmemorativa del pueblo con un gran reloj, una iglesia o basílica con una estatua dorada de la Virgen en lo más alto de la cúpula (como la Madonnina del Duomo de Milán), etc. Además, al mirar hacia atrás, una bella estampa de la Città Alta erigiéndose por encima de Bérgamo.
Sobre las cuatro y media de la tarde, llegamos a la Piazza Guglielmo Marconi, donde se encuentra la estación de tren y autobús del pueblo. Miramos el tablón con los horarios de los trenes para saber cuál coger, y vimos que el nuestro no llegaría a Bérgamo hasta pasadas las cinco, así que no tuvimos más remedio que esperar. Mientras tanto, validamos los billetes de vuelta que habíamos comprado por la mañana para que no hubiera problemas cuando viniera el revisor. El regreso a Milán también duró una hora, al igual que la ida; a pesar de tan corto viaje, a David y a Leti les dió tiempo a dar una pequeña siesta.

18:15
Casi anocheciendo, el tren llegó a la estación de Lambrate; desde allí mismo, cogimos el metro hasta bajarnos en la parada de San Babila, haciendo entre medias un transbordo en Loreto. En una de las bocacalles de Corso Vittorio Emanuele II, poco antes de llegar a la Piazza del Duomo, se encontraba la tienda de Ferrari, que, como todos sabréis, es una marca de coches de origen italiano; además, el circuito de Fórmula 1 de Monza está a muy pocos kilómetros de Milán.
Nada más entrar, a la izquierda, estaba expuesto sobre una tarima de cristal el monoplaza con el que Kimi Raikkonen ganó el Campeonato del Mundo de 2007; justo al lado, en un cartelón negro con letras amarillas que usan los equipos para informar a sus pilotos en el transcurso de una carrera, se podía leer un mensaje de agradecimiento a Felipe Massa por su segunda posición en el Mundial del recién acabado año 2008.
La tienda estaba decorada en una de sus columnas con una muestra de la evolución de los modelos de los monoplazas que han dado títulos a la escudería en los últimos 30 años; además, en una de las paredes, lucía un cavallino rampante plateado acompañado de la firma de dos ex-pilotos de Ferrari: Michael Schumacher y Rubens Barrichello. Al salir de la tienda, volvimos a la Piazza San Babila, donde esperamos unos minutos a que llegase nuestro querido autobús 61 para regresar al piso de Leti y David.

19:30
Tras ponerme más cómodo con el pijama, cogí el portátil de Leti para llamar a mis padres y contarles qué tal me había ido el día; también aproveché para ver el correo y navegar un poco por Internet. Un poco más tarde, llegó Amaia con tres amigos (un chico y dos chicas) que, al igual que yo, aprovecharían la visita a su amiga para conocer la ciudad. Quien ya no estaba en el piso era Mayte, de la que nos despedimos por la mañana antes de que regresara por unos días a su tierra, el País Vasco.
De vuelta a la habitación, David y yo nos pusimos a descargar las fotos de nuestras cámaras en su portátil; como las que hice con mi cámara las conservé en mi tarjeta de memoria, sólo tuve que copiarme las que había hecho David con la suya en un pen-drive que me llevé. A continuación, cogí de nuevo el portátil de Leti para repasar lo que íbamos a ver el día siguiente en Turín y establecer una ruta aproximada para aprovechar el poco tiempo que estaríamos allí lo máximo posible.
Después, Leti, David yo fuimos a prepararnos algo para cenar y, tras ver un poco la tele (no había nada interesante, para variar) y dejar todo preparado para ir a Turín la mañana siguiente, nos acostamos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

No por mucho rematar se ganan los partidos

El Málaga cayó derrotado el pasado sábado por 1-2 en La Rosaleda frente al Rácing de Santander, más certero de cara al gol que los blanquiazules, quienes remataron mucho más a puerta, pero sin éxito.
En los primeros minutos del partido, se vieron dos buenas ocasiones, una por cada equipo: primero, Geijo aprovechó que Weligton calculó mal su despeje para controlar el balón y enganchar un disparo que cruzó demasiado al segundo palo; poco después, un saque de banda en largo de Manolo es cabeceado por Valdo a la escuadra, hasta donde tuvo que estirarse Toño para lograr atajar el esférico. Los siguientes minutos del encuentro fueron bastante aburridos, con muchas imprecisiones por parte de los dos equipos, aunque el Málaga fue el que más intentó llegar al área rival, como demuestran dos remates malogrados por Obinna y Baha en una jugada colectiva y en un córner, respectivamente. El Rácing avisó con un cabezazo de Munitis que rozó el palo antes de lograr el primer tanto de la tarde: Geijo recibe en la frontal del área y encuentra un pasillo para pasarle el balón a Arana, que bate por bajo a Munúa (0-1). El Málaga dispuso de una gran ocasión en las postrimerías del primer tiempo con una espectacular volea de Manolo tras un rechace de un córner que se marchó lamiendo la madera. El árbitro llevó sin excesivos problemas el partido y apenas tomó decisiones incorrectas.
La segunda mitad comenzó con un Málaga lógicamente volcado en busca del empate. Lo intentó de todos los modos, pero siempre sin ver puerta: Duda, con un fuerte disparo casi sin ángulo; Obinna, que ni tiró ni centró cuando ambas opciones era igual de idóneas; Edinho, cuyo remate se marchó a pocos metros del marco, etc. El gol sólo pudo llegar a balón parado, cómo no, con una falta directa magistralmente ejecutada por Duda ante la que un petrificado Toño nada pudo hacer (1-1). La alegría duró poco, apenas diez minutos, los mismos que restarían para el final del partido: una falta sacada por Lacen desde la banda izquierda encontró la cabeza de Morris, que, sin oposición en el segundo palo, consiguió el segundo tanto de los racinguistas (1-2). Los locales volvieron a la carga con el objetivo de salvar un punto de su estadio, pero los intentos de Forestieri, Apoño y la melé final que tuvo lugar en el último minuto del descuento, en la que todos remataban pero siempre con un jugador en la trayectoria del balón, no dieron su fruto.
Tras tres jornadas de competición, el Málaga se sitúa en undécima posición con una victoria y dos derrotas. Esta semana, hay partido el miércoles en casa del Espanyol a las ocho de la tarde, y, el sábado a la misma hora, tocará recibir al actual campeón de liga, el Barcelona.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Qué les pasa a los hombres

Ayer por la noche fui con Jose a los cines del Eroski para ver 'Qué les pasa a los hombres', una comedia romántica protagonizada por Ben Affleck (Neil), Ginnifer Goodwin (Gigi), Jennifer Connelly (Janine), Jennifer Aniston (Beth), Drew Barrymore (Mary), Scarlett Johansson (Anna), Kevin Connolly (Conor), Justin Long (Alex) y Bradley Cooper (Ben).
Gigi es la típica chica que espera ansiosa a que el chico con el que tuvo su última cita le llame para quedar de nuevo y saber si realmente le gusta a él; Conor no parece que vaya a ser ese hombre, ya que él suspira realmente por Anna, pero, a pesar de que se conocen de hace tiempo, nunca acaban de dar el primer paso. Gigi busca apoyo en Alex, el dueño del local que suele visitar para conocer futuribles parejas, y en sus dos amigas Beth y Janine, que tampoco se sienten del todo afortunadas en el terreno amoroso. Beth vive con su novio Neil desde hace ya varios años, pero el problema es que él no cree en el matrimonio y ella sólo piensa en dar el 'sí quiero'; por su parte, Janine se encuentra inmersa en un matrimonio monótono en el que Ben, su marido, acaba rendido por los encantos de Anna, quien también siente una gran atracción por él, aunque sabe que está casado. Por último, Mary, la amiga de Anna, cuando parece que acaba de encontrar al hombre de su vida, se da cuenta de que realmente no lo es.
La película fue una enorme decepción. Estaba claro que no iba a ser una obra maestra, pero me esperaba que fuera bastante entretenida, sobre todo sabiendo el gran reparto que la protagoniza. Uno de los problemas que le he visto ha sido realmente ése: que todos los actores sean principales en el film hace que, a veces, todos se conviertan en secundarios, lo que hace que la trama pierda intensidad; bien es cierto que las auténticas protagonistas son las mujeres, pero, quizás por ello, la película también podría haberse llamado 'Qué les pasa a las mujeres'. Falta mucha complicidad en varias de las relaciones que surgen en la pantalla y el argumento, a mi gusto, es bastante plano y predecible. Si queréis perder casi dos horas y media de vuestra vida y los euros que cuesta una entrada, ésta es una de las mejores opciones que hay hoy en la cartelera.

martes, 15 de septiembre de 2009

Campeones del Trivial Celtic Cross

Tras casi dos años yendo, el viernes pasado quedé campeón del 'Trivial Celtic Cross' junto con varios amigos míos, y cuando digo varios digo muchos, ya que nuestro grupo lo formábamos unas quince personas: Jose, Miguel, Pepe, Isra, María, Noelia, Esteban, los hermanos de Jose y algunos amigos suyos.
Esta vez, tampoco fue Gustavo el que dirigió la partida, ya que se había ido de casa rural, así que le tuvieron que sustituir por esa noche. Al igual que la última vez que quedé tercero en este Trivial, la mecánica del juego varió un poco, ya que cada bloque estaba identificado por una temática y, por ejemplo, no habría ningún acertijo ni preguntas extra como suele hacer Gustavo. El primer bloque era sobre geografía e historia, y la verdad es que estábamos seguras de casi todas; lo mismo que en el siguiente, de arte y espectáculos, en la que sólo la última de las preguntas se prestó a la discusión entre los integrantes del grupo. A continuación, el director del juego pasó a recoger las hojas de respuestas de los participantes para corregir las respuestas.
Como éramos muchos en el grupo, nos tuvimos que quedar fuera del pub, pero tuvimos la suerte de que una pareja dejó una mesa libre para entrar y sentarnos todos juntos, aunque un poco apretados. Al momento, nos llegó la primera corrección de la noche y no nos fue nada mal, ya que sólo fallamos dos, precisamente donde teníamos dudas, aunque las correspondientes respuestas correctas las propusieron algunos de los componentes del grupo, por lo que también las podríamos haber acertado. El siguiente bloque de preguntas fue sobre ciencia y deportes; con las de ciencia no hubo problemas (y, además, una de las que sabíamos valía dos puntos), pero las relacionadas con el deporte generaron muchas dudas y, como cada uno daba una respuesta diferente, me encargué de escribir las que yo pensaba, que para eso era el jefe del grupo y el que había avisado a todos para que vinieran a jugar. El bloque de imágenes fue muy asequible, aunque una de ellas no la teníamos muy clara, pero me guié un poco por mi intuición y, al final, acabaríamos acertándola; por último, el jeroglífico fue casi instantáneo, no hubo que pensar mucho.
La penúltima corrección fue bastante bien: sólo un error en una de las preguntas de deportes. La cosa pintaba muy bien, pero teníamos que rematar la faena con el bloque de música, que no se nos suele dar muy bien; por suerte, pusieron música clásica, que me gusta bastante, al igual que María. A mí me sonaban (nunca mejor dicho) las cinco composiciones, más o menos como a mi compañera de grupo, y, salvo en un par de ellas, no tuvimos muchas dudas, aunque confiábamos en tener todas bien. Pero qué sorpresa nos dimos cuando nos corrigieron las respuestas y sólo teníamos una bien. María y yo no tardamos en protestar, ya que estábamos totalmente seguros de que por lo menos una de las que nos habían puesto mal estaba bien; es más, yo me jugaba un suspenso en el examen que hice ayer a que mi respuesta era la correcta, y, teniendo en cuenta que la de ayer ya era mi cuarta convocatoria y, por lo tanto, la penúltima posibilidad para aprobar la asignatura, podéis suponer que estaba más que seguro de lo que decía.
Lo más curioso de todo es que el director del juego pasó a decir las supuestas respuestas correctas para, seguidamente, afirmar que no estaba seguro de que los compositores que había dicho fueran los autores de las obras que acababa de reproducir; ante nuestra insistencia, no tuvo más remedio que recoger de nuevo todas las hojas de respuestas. Al rato, nos llegó la recorrección del bloque de música, y ahora sí que concordaba un poco más la cosa: sólo un fallo y en una de las que teníamos dudas. En total, 23 puntos de 27 posibles. Si por lo menos no hacíamos podio, es que el resto de grupos eran superdotados.
Tras decir quiénes eran los compositores correctos, pasó a detallar el podio de la noche. En tercera posición, empataron dos grupos a 22 puntos, y en segunda posición, otros dos a 22'5, por lo que nosotros, que nos hicimos llamar 'El grupo más grande jamás contado' (ya podéis deducir por qué), nos convertimos en los ¡¡¡ganadores del 'Trivial Celtic Cross'!!! El premio que nos correspondía era una botella de cava, con la que brindamos todos. A mí no me van las bebidas alcohólicas, pero el cava nunca lo había probado; solamente bebí un sorbo y no me gustó nada, así que lo dejé para el que quisiera terminar la noche más contento todavía.
Algunas de las preguntas del pasado viernes fueron las siguientes:
  • ¿Qué filósofo de la Edad Media escribió la Summa Theologica, donde se describían cinco maneras para demostrar la existencia de Dios?
  • ¿Qué palacio mandó construir en París el rey Luis XIV?
  • ¿Qué continente tiene más países?
  • ¿Cómo se llama el actor que interpreta al Doctor House?
  • ¿Qué poeta nicaragüense tiene un busto en la zona sureste del Parque de Málaga?
  • ¿Dónde murió Manolete?
  • ¿En qué época pictórica alcanzó su madurez la técnica del claroscuro?
  • ¿Qué político y científico estadounidense inventó el pararrayos?
  • ¿Cuáles son los seis gases nobles?
  • Teniendo en cuenta que Plutón ya no es considerado un planeta, ¿cuál es el más alejado del Sol?
  • ¿Qué país ha ganado el último Seis Naciones de rugby?
  • ¿Qué dos tenistas españoles han ganado el US Open de tenis?
Por primera vez gano en el 'Trivial Celtic Cross', aunque, para mí, la auténtica primera vez será cuando Gustavo sea el que haga las preguntas y anime el juego, porque, para mi gusto, el sustituto del viernes no me gustó mucho, sobre todo porque se enrollaba mucho en cada pregunta y por la confusión que generó al final de la partida sin ni siquiera saber con seguridad las respuestas del bloque de música.
Para terminar y, de paso, celebrar este primer triunfo, os dejo con la 'Pequeña Serenata Nocturna' de Mozart, con la que me atreví a jugarme un suspenso en el examen de ayer; y el caso es que me ha salido bastante bien, así que parece que el premio está garantizado. Disfrutad de esta obra maestra ;)

domingo, 13 de septiembre de 2009

Viaje a Italia: día 4

Miércoles, 18 de febrero de 2009

10:30
El despertador suena y sólo me entran ganas de apagarlo y seguir en la cama, pero no he venido a Italia a dormir, así que no tardé mucho en levantarme. A pesar de todo, estaba muy cansado por todo el tute que nos dimos el día anterior, y prueba de ello es que los pies todavía me dolían un poco y que los ojos los tenía casi cerrados, pero no sé qué es lo que tienen las duchas que te dejan nuevo. Ya más despierto que hace un rato, me puse a desayunar con David, que se levantó a la par mía. Mientras nos preparábamos para ir a San Siro, se despertó Leti, que, por lo que se veía, estaba más cansada que nosotros. Sin olvidarme de mi cámara, compañera inseparable de este viaje, David y yo salimos a la calle y cogimos el 61.
Por cierto, que esa noche ya dormí algo más fresquito, casi destapado y en manga corta, porque, como os comenté en la entrada correspondiente al lunes, en el piso hacía bastante calor.

11:45
Nos bajamos en San Babila y, allí mismo, cogimos el metro que nos llevaría hasta la parada de Lotto Fiera, la más cercana al campo de fútbol. Tras andar unos veinte minutos por una larga avenida, llegamos a San Siro. Yo ya había visto el estadio en muchas fotos, pero, aún así, no dejó de sorprenderme la forma y la silueta tan particular que lo caracteriza.
Era una pena no haber podido ir el domingo al encuentro Inter-Milán, el derby de la ciudad, y es que las entradas se agotaron en cuanto las pusieron a la venta. Me hubiera encantado presenciar un partido de fútbol fuera de España y de este nivel, con dos de los mejores equipos de Italia disputándose el título liguero; además, en las filas del Milán estaba Kaká, para mí, el mejor jugador del mundo, pero se encontraba lesionado y no pudo jugar, así que no me importó demasiado perderme el partido.
Le dimos la vuelta al estadio hasta llegar a la puerta de entrada, la número 14. Allí se encontraban dos guardas que nos dijeron (en italiano, y, más o menos, lo entendí) que hasta las dos de la tarde no podríamos visitar San Siro, ya que el Inter de Milán estaba entrenando a puerta cerrada, por lo que no podía pasar nadie. Esto conllevaba que llegaríamos al piso bastante tarde para comer, sobre las cuatro o así; tras pensar unos minutos, decidimos esperar la hora larga que quedaba.
La zona en la que se ubica el campo de fútbol está bastante alejada del centro de la ciudad, por lo que poco o nada había para matar el tiempo. Lo único destacable de los alrededores era un hipódromo que se encuentra a apenas dos minutos del estadio; en la entrada, se encontraba una gran estatua de bronce de un caballo, a la que hice la foto que acompaña a estas líneas. El resto del tiempo estuvimos sentados en unas sillas de plástico que había sueltas junto a un quiosco o bar que, supongo, sólo abrirá cuando hay partido, porque por allí prácticamente no pasaba nadie. Mientras rememorábamos algunas de las anécdotas del día anterior, en el que estuvimos en Roma, y los lugares que visitamos, me llamó mi padre al móvil, y le dije que estaba un poco cansado del viaje y que todavía quedaba un rato para poder ver San Siro.

14:00
Pasó la hora larga que nos quedaba por delante y nos volvimos a dirigir a la puerta 14, donde ya había unas cuantas personas esperando. Nada más entrar en el museo, compramos nuestra entrada (12'5 euros), que nos permitiría visitar el estadio y el propio museo. Al momento, llegó una chica, que nos guiaría a nosotros y al resto de personas que también estaba allí durante toda la visita; tras presentarse y preguntarnos por el idioma que preferíamos que hablase (inglés o italiano, aunque no me acuerdo cuál eligió el grupo de gente que éramos), iniciamos la visita.
Pasamos por los pasillos interiores hasta llegar a uno de los fondos a pie de césped. La guía nos comentó que el estadio tiene dos nombres: Giuseppe Meazza, ex-jugador de los dos equipos de la ciudad, y por el que suelen referirse los aficionados del Inter; y San Siro, el nombre primitivo y el usado normalmente por los tifosi del Milán. También nos detalló que el césped, debido a las frías temperaturas de la ciudad, suele quemarse, por lo que, cada año, lo cambian hasta en tres ocasiones; este dato me sorprendió bastante, ya que no tenía ni idea de eso. A continuación, accedimos a la tribuna principal del estadio, y allí la guía explicó que, en el fondo donde las sillas son azules, se sientan los aficionados del Milán, mientras que en el otro, de color verde, son los asientos de los ultras del Inter, cosa que tampoco sabía. Hicimos unas cuantas fotos casi a pie de campo, en el palco, de todo el graderío...
Tras estar paseando unos minutos por la grada, la chica nos llevó al interior del estadio, concretamente a la zona mixta, donde los jugadores son entrevistados después de cada encuentro. La visita incluía la visita a los vestuarios del Milán y del Inter, pero, como estos últimos acababan de usar el suyo tras el entrenamiento, sólo fuimos al de la escuadra rossonera. Entre otros detalles, la guía nos señaló el lugar donde se sientan los jugadores brasileños del equipo, entre ellos, Kaká, así que no dudé en hacerme una foto en su sitio; además, en la pizarra del vestuario, todavía podían verse algunas de las indicaciones del entrenador del último partido que se disputó en San Siro, el Inter-Milán que antes comenté y al que no pude acudir. A continuación, salimos de nuevo a la grada principal y, tras unos minutos en los que pudimos contemplar otra vez el estadio (no sé por qué, pero por la tele siempre parecen más grandes), volvimos a la bocana por la que entramos para ir al museo.
En la puerta del museo, se informaba a los visitantes de que estaba prohibido grabar y hacer fotos, pero yo no suelo hacer caso de esas normas, así que me coloqué mi cámara réflex encima de su maletilla disimulando lo máximo posible. Le hice una foto a una camiseta del Milán que había enmarcada, pero la chica que antes nos guió por el estadio me llamó la atención y me pidió que apagase la cámara. Yo no le hice ni caso, y, cuando pasaron unos minutos y ya no estaba mirando, me atreví con otra foto; no sé cómo, la chica se dio cuenta y se puso seria, y me obligó a guardarla. En el museo, pudimos ver una gran colección de objetos relacionados con el Milán y el Inter: trofeos, camisetas y botas de algunos de los mejores futbolistas de ambos equipos, banderas, balones, fotografías, recortes de periódicos... Además, de vez en cuando, nos topábamos con estatuas a tamaño real de jugadores míticos del Milán y del Inter, como Baresi, Maldini, Van Basten, Suárez, Meazza, Matthäus, Rummenigge o Gullit. Por último, casi al final de la visita, entramos en una pequeña sala donde se proyectaban imágenes de ambos equipos, de la evolución del estadio desde que se empezó a construir hasta ahora, etc.
Al salir del museo, nos dirigimos a la tienda oficial que se encuentra en el mismo estadio, donde se puede comprar cualquier vestimenta o producto de los dos conjuntos: camisetas, pantalones, chándals, balones, bufandas, banderas, gorras, pósters, calendarios, etc. Yo estaba buscando un polo de la colección que tenía Kaká cuando, por entonces, jugaba en el Milán, pero allí no lo veía por ningún sitio; David me comentó que, en el centro de la ciudad, había otra tienda donde quizás podría encontrar lo que buscaba, así que dejé pendiente para comprarlo otro día. Realmente, a mí me gustaría haber comprado la camiseta del Milán con el nombre de Kaká y su dorsal impreso, pero me parecía excesivo pagar más de 80 euros por ella; me conformé con hacerme una foto con dicha camiseta y al resto de productos relacionados con el fantástico jugador brasileño.

15:15
Tras abandonar San Siro, hicimos el mismo camino que seguimos al mediodía para ir al estadio, pero a la inversa, es decir, nos fuimos andando hasta la parada de metro de Lotto Fiera para llegar hasta San Babila, donde cogimos el 61, que nos llevaría hasta el piso. Cuando llegamos, Leti ya tenía la comida medio preparada; las albóndigas con patatas duraron poco en el plato, sobre todo teniendo en cuenta que, en todo el día, apenas habíamos desayunado y que, el día anterior en Roma, nuestro menú fueron esos 'deliciosos' bocadillos-chicle de jamón y queso.
Después de almorzar, estuve un rato viendo la tele, en italiano por supuesto. Leti y David ya me habían advertido de que la televisión en Italia dejaba mucho que desear, y no les faltaba razón, ya que no había ningún programa interesante con el que matar el tiempo, así que me puse la MTV, que, al menos, ponía canciones que me sonaban.
Pasado un rato, cogí el portátil de Leti para planificar el día que pasaríamos en Turín, concretamente el viernes. Con la ayuda de la Wikipedia, me hice un listado con los monumentos más importantes de dicha ciudad, en gran parte palacios, la Catedral y la Mole Antonelliana; los busqué en Google Maps para ubicarlos y trazar una ruta entre ellos, y, curiosamente, la mayoría se encontraban en la misma zona, lo cual me facilitó la tarea. También investigué un poco sobre Bérgamo, el pueblo cercano a Milán adonde iríamos al día siguiente, aunque Leti y David ya lo habían visitado antes, por lo que ellos ya sabían qué ver allí.

20:00
Los miércoles, los estudiantes Erasmus de Milán tienen la posibilidad de cenar gratis en un local llamado 'Old Fashion', así que nos arreglamos (Leti, David, las dos compañeras de piso y yo) y bajamos a la calle para coger el 61. Este autobús era la gloria: siempre había uno esperando en la puerta y su ruta te llevaba a los puntos más importantes de la ciudad.
Sobre las nueve de la noche, llegamos al citado local, donde te exigen demostrar que eres estudiante Erasmus para poder pasar y comer gratis. Como yo no lo era, Leti se preocupó unos días antes de pedirle a una amiga suya que también es Erasmus su carné para utilizarlo yo, es decir, durante unos minutos me hice pasar por una chica que ni siquiera conocía; menos mal que al revisor bastaba con enseñarle el carné de pasada, sin que lo tuviera que examinar detenidamente, porque, si descubriera nuestra treta, tendría que pagar 10 euros.
Allí ya estaban varios amigos de David y Leti, casualmente todos vascos; a dos de ellos, Andoni e Iñaki, ya los conocía del domingo anterior, ya que nos los encontramos paseando por el centro, como comenté en la entrada correspondiente. La entrada gratuita sólo incluía la comida, la bebida había que pagarla, pero costaba 5 euros cada una, así que me dediqué solamente a comer. En el buffet, había una sección con platos típicos italianos y otra de especialidades indias, ya que ese día tocaba probar platos de ese país; yo no arriesgué y me serví un poco de pasta, arroz y unas croquetas.
Después de cenar, salimos del local y nos fuimos en dirección al Duomo. El 'Old Fashion' se encontraba a espaldas del Castello Sforzesco, el cual rodeamos; a continuación, seguimos por la Vía Dante y la Vía Orefici, hasta desembocar en la Piazza del Duomo. Una vez allí, entramos en un McDonalds para tomarnos algo y charlar tranquilamente; ya sé que suena raro, pero es que ese McDonalds parecía más bien una cafetería con un toque moderno que una hamburguesería, no era como los de aquí de España (o, al menos, los que yo he visto).
Cuando terminamos, David, Leti y yo nos despedimos de los demás, no sin antes quedar con Andoni e Iñaki para vernos el viernes por la mañana en la Stazione Centrale y coger un tren para Turín. Los tres estuvimos un rato en la Piazza del Duomo, donde nos hicimos algunas fotos con la cámara de David; él aprovechó también para tomar varias instantáneas de Scarlett Johansson, que aparecía en varias imágenes de los escaparates de Dolce&Gabbana promocionando uno de sus últimos productos en unas poses más que sugerentes. Después, tiramos por el Corso Vittorio Emanuele II hasta llegar a Piazza San Babila, donde, como ya podéis suponer, esperamos a que llegase el 61 para volver al piso.
Antes de acostarnos, hablamos un poco sobre el plan para el día siguiente, que se resumía en ir Leti y yo a la Pinacoteca de Brera y después quedar con David en Lambrate para coger un tren hasta Bérgamo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

¿Cómo vivísteis el 11-S?

Hoy se cumplen 8 años de aquel fatídico día que pasará a la historia de la Humanidad con el simbólico nombre de '11-S'. Casi tres mil personas perdieron la vida a causa de los cuatro vuelos que fueron secuestrados por terroristas de Al-Qaeda y que se estrellaron en las ya desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York (dos de los aviones, que fueron los que más muertes provocaron), en el Pentágono y en Pensilvania.
Resulta curioso, aunque tiene su lógica, que somos capaces de recordar casi con total exactitud lo que hicimos un día en concreto en el nos sucedió algo importante, como la primera clase en el colegio o en la universidad, la celebración de un cumpleaños, el viaje que hiciste con tus amigos, etc., y, sin embargo, del resto de los días de tu vida no sabrías decir nada. ¿Qué hiciste el 28 de mayo de 1996? Nadie lo sabe. La cosa cambia si, como he dicho antes, ese día ocurrió algo que no ocurre todos días, como el 11-S. ¿Quién no se acuerda de dónde estaba en esa fecha? Pues eso es lo que yo os pregunto hoy. ¿Qué hicisteis el 11 de septiembre de 2001?
Os cuento mi experiencia: por aquel entonces, contaba 14 años. Estaba agotando mis últimos días de vacaciones en mi piso de Rincón de la Victoria y acababa de terminar de comer, por lo que me tumbé un rato en el sofá viendo 'Los Simpson'. Apenas pasaron unos minutos cuando, poco antes de las tres de la tarde, empezaron las Noticias antes de tiempo. La primera imagen que mostraban era una de las Torres Gemelas de Nueva York incendiándose en las plantas superiores debido a un avión que, supuestamente, había perdido el control y se había estrellado contra el edificio. Eran las 15:02 cuando Matías Prats informaba de unas imágenes que llegaban desde EE.UU. con una simulación del impacto del avión contra la torre norte... pero no tardó en darse cuenta de que esas imágenes eran en directo y, en ellas, se veía como un segundo avión se incrustaba en la torre sur del World Trade Center.
A partir de ese momento, llegó la preocupación. Ya no era un accidente, era un acto terrorista. No me creía lo que estaba viendo por la tele: las dos torres humeantes, gente tirándose al vacío, Nueva York sumida en el caos... Y las informaciones no dejaban de llegar: otros dos aviones habían sido secuestrados, estrellándose posteriormente en el Pentágono y en un campo abierto en Pensilvania. Entre tanto, las Torres Gemelas se vinieron abajo, ante la mirada atónita de todo el planeta, en el sitio que, desde entonces, se conoce como Zona Cero. Ese día apenas me separé de la televisión, y, al día siguiente, más de lo mismo, además de leerme casi por completo el periódico. Mientras me informaba de todo lo ocurrido apenas unas 24 horas antes, empecé a pensar que éste sería el acontecimiento histórico que tendré que contarles a mis hijos y mis nietos, al igual que nuestros padres y abuelos han hecho con nosotros con la Constitución de 1978, con la Segunda Guerra Mundial, etc. Un día que recordaré como si hubiera sido ayer.
Ahora, me gustaría que todos vosotros cerréis los ojos unos minutos e intentéis escribir en un comentario cómo fue vuestro 11 de septiembre de 2001.

lunes, 7 de septiembre de 2009

¿A qué velocidad se mueve La Tierra?

No nos damos ni cuenta, pero estamos continuamente viajando por el espacio a una velocidad enorme, a miles de kilómetros por hora, y, sin embargo, parece que La Tierra fuese un lugar totalmente estático donde las únicas velocidades que tenemos en cuenta son las de una persona corriendo, las de una gota que cae desde el cielo o la de una pelota de tenis cuando la golpeamos con una raqueta. En las siguientes líneas, pretendo detallaros cuan rápido se mueve nuestro planeta y, por lo tanto, nosotros en la inmensidad del universo.
Realmente, nos movemos a diferentes velocidades según el punto de referencia en el que nos encontremos. Respecto a su propio eje, La Tierra rota cada 23 horas, 56 minutos y 4'01 segundos. La velocidad de un punto situado sobre la línea ecuatorial es de 1.670 km/h, mientras que la de un punto situado en la latitud 45º, que, al estar más próximo al eje, debe hacer un giro más corto, es de 1.073 km/h; como podéis deducir, un punto del Polo Norte o Sur no se mueve. Además, La Tierra también gira alrededor del Sol, completando una órbita cada 365'26 días aproximadamente; en media, se mueve a casi 30 km/s, o lo que es lo mismo, unos 106.000 km/h.
Por otra parte, todavía podemos tener en cuenta otras dos referencias para medir la velocidad a la que nos desplazamos. En relación a nuestra galaxia, el Sistema Solar se mueve a 792.000 km/h, mientras que la Vía Láctea, con respecto al resto de galaxias y estrellas, viaja a ¡3.600.000 km/h!. No obstante, es bastante lenta si la comparamos con la máxima velocidad que, se supone, se puede alcanzar: los 300.000 km/s (1.080.000.000 km/h) de la luz.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Estreno liguero con triunfo de 'Champions'

El Málaga endosó el pasado domingo un contundente 3-0 al Atlético de Madrid en el primer partido de la nueva temporada 2009/2010, lo que le permite situarse en la tercera posición al cabo de esta jornada inaugural.
En líneas generales, los primeros cuarenta y cinco minutos fueron bastante disputados, sin un dominador claro del juego. La primera oportunidad la tuvo el conjunto local: un centro desde la izquierda al segundo palo llegó a Valdo, que se la dejó muerta a Xavi Torres para que rematase a gol, pero su volea se marchó alta; a renglón seguido, el Atlético botó un córner que cabeceó prácticamente solo Raúl García por encima del larguero. La mejor ocasión de los visitantes tuvo lugar al cuarto de hora, cuando Agüero, tras zafarse de Manolo Gaspar, centró a Simao, cuyo cabezazo despejó Munúa con una gran intervención, mandando el balón al larguero; en dicha acción, Mtiliga chocó con el atacante portugués y tuvo que ser sustituido por el canterano Manu debido a una gran brecha en la cabeza que no dejaba de sangrar. A la media hora, Agüero protagonizó una acción individual en la que no consiguió quitarse de encima a Jesús Gámez, aunque consiguió disparar a Munúa, que despejó a córner; poco antes, el entrenador del Atlético fue expulsado por quejarse al árbitro airadamente. Justo después, llegó el primer gol de la tarde: Stepanov recibe en la banda y centra en largo a Duda, que le cede el esférico a Baha para que, desde el borde del área pequeña, resolviera con una chilena ante la que nada pudo hacer el guardameta (1-0). Antes del descanso, Xavi Torres dispuso de una gran oportunidad de aumentar la ventaja en el marcador, pero su volea desde fuera del área tras aprovechar un rechace de un córner se marchó ligeramente cruzada por el segundo palo.
En la reanudación, el Málaga se vio obligado a hacer el segundo cambio, ya que Stepanov sufrió unas molestias que le impedían seguir en el partido, por lo que fue sustituido por Luque. Los primeros minutos de la segunda parte no tuvieron mucha historia, sólo pequeños acercamientos de los dos equipos sin excesivo peligro. Hasta el minuto 62, no hubo nada destacable, precisamente el segundo gol de la tarde: Duda botó una falta desde la banda izquierda al segundo palo, donde Luque cabeceó a puerta; Asenjo logró repeler el remate, pero dejó el esférico muerto para que Manu sólo tuviera que empujarla a puerta vacía (2-0). Desde entonces, el Málaga se hizo con el control del partido y se dedicó a tocar el balón con tranquilidad; la presión adelantada que ejerció durante todo el partido a punto estuvo de verse recompensado con otro gol, ya que, en uno de los robos de Forestieri, que no dejó de incordiar a la defensa atlética, Baha se plantó casi solo delante del portero, pero un defensa llegó a tiempo para desviar su disparo. Por su parte, el Atlético dispuso de dos buenas oportunidades que no encontraron su destino: primero, Cléber Santana se topó con una gran intervención de Munúa a su derechazo, y, después, Sinama Pongolle describió un tiro con rosca que se marchó rozando la madera. Ya casi en el descuento, Benachour sacó un córner y Xavi Torres, sin oposición en el segundo palo, consiguió el tercer tanto malaguista tras un cabezazo que se coló por la escuadra ante un Asenjo que midió mal su salida (3-0). La última oportunidad del encuentro la tuvo Reyes, que estrelló una falta directa desde la frontal del área en la madera. El árbitro estuvo, en líneas generales, regular, ya que sacó demasiadas tarjetas amarillas en un partido sin apenas acciones bruscas.
Esta abultada victoria hace que el Málaga comparta segundo puesto con el Barcelona, en una clasificación que lidera el Getafe. Este fin de semana no hay liga en Primera División, por lo que habrá que esperar al siguiente domingo para que se dispute la segunda jornada, en la que el conjunto blanzquiazul viajará hasta La Coruña para medirse al Deportivo en Riazor.