Málaga se convirtió en la tarde-noche del sábado 26 de mayo en el epicentro del mundo cofrade con la Procesión Magna de la Victoria, que puso en la calle a las diez imágenes marianas de la ciudad coronadas canónicamente para honrar a Santa María de la Victoria, que en este año 2018 celebra el 150 aniversario del patronazgo y el 75 aniversario de su coronación canónica (8 de febrero de 1943). Desde primera hora de la tarde hasta bien entrada la madrugada, las calles del centro y de los barrios se llenaron de gente como si de un día de Semana Santa se tratase, aunque bien es cierto que no se observó una masificación tan grande como la que se anunciaba por la llegada de cofrades de otros puntos de la provincia, de Andalucía e incluso del resto de España.
A excepción de la Patrona de Málaga, cuya procesión partió y finalizó en la Catedral, las otras nueve imágenes discurrieron por un recorrido oficial creado para la ocasión que comenzaba en calle Martínez y seguía por Marqués de Larios, rotonda del Marqués de Larios, plaza de la Marina, Cortina del Muelle, plaza de la Aduana, Císter, San Agustín, Duque de la Victoria, Plaza del Siglo, Molina Lario, plaza del Obispo, Strachan, Marqués de Larios y plaza de la Constitución. El acto central tuvo lugar en la plaza del Obispo, con Santa María de la Victoria presidiendo en la fachada principal de la Catedral, ante cuya presencia pasaron las vírgenes coronadas canónicamente (Soledad de Mena, Dolores del Puente, Carmen, Rocío, María Auxiliadora, Amargura, Trinidad, Esperanza y Dolores de la Expiración) al tiempo que se leían textos bíblicos relacionados con las respectivas advocaciones y se interpretaban cantos litúrgicos a cargo de varios coros, escolanías, organistas y sopranos. Tanto el primer templo de la ciudad como varios edificios de las calles por las que discurrieron los diferentes cortejos se engalanaron con banderolas y reposteros para una jornada que ha escrito una nueva página de oro del libro cofrade malagueño y que nos ha dejado estampas inéditas y momentos para el recuerdo.
Santa María de la Victoria inauguró la jornada a las cinco de la tarde desde la Santa Iglesia Catedral Basílica con un cortejo que se repetiría en el resto de casos: una cruz alzada flanqueada por ciriales, cincuenta parejas de hermanos con velas repartidos en varios tramos separados por diversos enseres (estandarte de coronación, Sine Labe Concepta o insignia similar, estandarte de la imagen y guión), presidencia, cuerpo de acólitos, trono y banda de música, aunque excepcionalmente el de la patrona contó también con autoridades civiles y eclesiásticas por ser la protagonista de la procesión magna. Tras recorrer las calles del centro en el trono que utiliza cada 8 de septiembre en su festividad, y acompañada musicalmente por la Banda de Música de la Vera Cruz de Almogía, regresó al primer templo de la ciudad sobre las ocho de la tarde; a continuación, a las nueve menos cuarto, tras ser colocada sobre la carroza del Corpus Christi, salió por la puerta principal de la Catedral a los sones del Himno Nacional para situarla en el atrio bajo un palio a modo de baldaquino, desde donde presidiría el discurrir de las otras nueve imágenes coronadas canónicamente.
La primera imagen en pasar por la plaza del Obispo fue Nuestra Señora de la Soledad, titular de la Congregación de Mena, y cuya coronación ha sido la última en celebrarse, puesto que tuvo lugar el pasado 11 de junio de 2016. Salió de su casa hermandad a las 18:15 en su imponente trono del Jueves Santo con una estética similar a la de su coronación y con la recientemente creada Banda de Música de Nuestra Señora de la Soledad, que ya ha tenido la suerte de acompañar a su titular en dos procesiones en su primer año de vida. En su recorrido, tanto previo como posterior al acto central, pudimos contemplar a esta Virgen en calles nada habituales para ella, como Martínez, Cortina del Muelle, Císter, Strachan o Especería, al igual que ocurriría con buena parte del resto de imágenes.
Nuestra Señora de los Dolores del Puente, coronada el 31 de octubre de 2004, procesionó tras la Soledad de Mena, ya que su salida tuvo lugar a las 18:30 desde el interior de la cercana iglesia de Santo Domingo. Entre las novedades que presentó, destacó especialmente el estreno de la gloria del techo del palio de su característico y singular trono antequerano, así como el exorno floral, en tonos azulados para homenajear a la patrona de Málaga. Musicalmente estuvo acompañada por la Unión Musical Eloy García, y en cuanto a su recorrido cabe reseñar su paso por delante de la casa hermandad de la Esperanza y por calle Nueva.
Por esta calle también transitó Nuestra Señora del Carmen, coronada el 18 de julio de 2004, y que salió desde la casa hermandad de la Misericordia. Procesionó por primera vez bajo palio, ya que lo hizo en el trono de la Reina de los Cielos, así como con el manto de Nuestra Señora de la Victoria de la Pollinica de Archidona; por todo ello, resultó muy llamativo ver esta imagen portando al Niño Jesús y con una ráfaga en un trono con palio, algo nada común. Igualmente excepcional fue verla por las calles del centro de la ciudad, muchas de las cuales no suele recorrer por procesionar en el mes de julio y no en Semana Santa, en cuyo transitar contó con el acompañamiento de la Sociedad Filarmónica Cultural Nuestra Señora del Carmen de Salteras.
Se podría decir que María Santísima del Rocío celebró su habitual procesión de Pentecostés con una semana de retraso, ya que en condiciones normales tendría que haberlo hecho el pasado domingo 20 de mayo. Todos recordamos esa histórica coronación del 12 de septiembre de 2015, motivo por el cual la Novia de Málaga ha podido formar parte de esta Magna de la Victoria, en la cual ha contado con el acompañamiento de la Asociación Filarmónica Cultural Santa María de las Nieves de Olivares. Como es lógico, en esta ocasión no ha sido la principal protagonista del día, pero eso no le ha impedido congregar de nuevo a sus fieles en la Tribuna de los Pobres, donde, como cada Martes Santo, ha sido levantada a pulso en varias ocasiones ante la alegría y los aplausos de los allí presentes.
Otra de las imágenes que ha visto un poco alterada su tradicional procesión de estas fechas ha sido la de María Auxiliadora, la primera de la ciudad en ser coronada canónicamente, concretamente el 30 de junio de 1907, hace ya más de 100 años. Procesionó en su trono habitual saliendo desde el interior de la vecina casa hermandad de Salesianos, y con la particularidad de hacerlo en besacintas (una rosa de la mano de la Virgen y otra celeste de la del Niño Jesús), que es como solía hacerlo en los años veinte del siglo pasado. En el apartado musical, fue la Banda de Música de Nuestra Señora de la Paz la que acompañó a María Auxiliadora en todo su itinerario, en su mayor parte novedoso por procesionar habitualmente por los barrios de Capuchinos y Segalerva.
La siguiente en pasar por el recorrido oficial creado para la ocasión fue María Santísima de la Amargura, coronada el 25 de octubre de 2003 y titular de la hermandad de Zamarrilla. La Virgen de la rosa y el puñal en el pecho presentó notables cambios en su ajuar con respecto al del pasado Jueves Santo, puesto que portó en su cabeza la corona de su coronación canónica, mientras que el rostrillo también llamó la atención. Acompañada en el apartado musical por la Banda de Música de Zamarrilla, en el camino de regreso procesionó por las calles Trinidad y Carril en vez de por Mármoles como es habitual, un cambio que bien podría mantenerse de cara al futuro.
Con la titular de Zamarrilla volvió a su barrio María Santísima de la Trinidad, coronada canónicamente el 21 de octubre de 2000 y que precisamente este año celebra el 50 aniversario de la bendición de la imagen tallada por Francisco Buiza. La titular de la cofradía del Cautivo ya sabe lo que es formar parte de una magna mariana, pues hace algo menos de cinco años, en septiembre de 2013, fue una de las que procesionó en la Mater Dei con motivo del Año de la Fe; al igual que entonces, y como cada Lunes Santo, la Banda Sinfónica Virgen de la Trinidad de la propia cofradía interpretó marchas en su discurrir por las calles de Málaga.
María Santísima de la Esperanza aglutinó de nuevo a grandes multitudes a su alrededor, como si de un Jueves Santo más se tratase. La Reina de Málaga, que en unos días celebrará el 30 aniversario de su coronación canónica (18 de junio de 1988) volvió a salir a la luz del día, una estampa muy poco común en esta dolorosa, tal y como ocurrió en 2013 cuando salió en procesión extraordinaria por los 25 años de su citada coronación. En esta ocasión, presentó como gran novedad las antiguas bambalinas del palio, de más de un siglo de antigüedad, mientras que musicalmente contó con el acompañamiento de su Banda de Música de la Esperanza.
Uno de los grandes momentos de la noche tuvo lugar precisamente frente a la casa hermandad de la Esperanza, puesto que tanto el trono de su Virgen como la María Santísima de los Dolores, titular de la archicofradía de la Expiración, se situaron frente a frente para saludarse, un momento que quién sabe cuándo volverá a repetirse. Esta imagen fue la última en pasar frente a Santa María de la Victoria por la plaza del Obispo; para esta ocasión, procesionó con la corona de su coronación canónica, que tuvo lugar el 4 de octubre de 1986, siendo además la primera de imagen mariana de una cofradía de pasión en recibir tal distinción. Cómo no, fue la Banda Juvenil de Música de la Archicofradía de la Expiración la que acompañó a su Virgen en su recorrido hasta el encierro en su casa hermandad, sobre las cuatro de la madrugada.
La siguiente en pasar por el recorrido oficial creado para la ocasión fue María Santísima de la Amargura, coronada el 25 de octubre de 2003 y titular de la hermandad de Zamarrilla. La Virgen de la rosa y el puñal en el pecho presentó notables cambios en su ajuar con respecto al del pasado Jueves Santo, puesto que portó en su cabeza la corona de su coronación canónica, mientras que el rostrillo también llamó la atención. Acompañada en el apartado musical por la Banda de Música de Zamarrilla, en el camino de regreso procesionó por las calles Trinidad y Carril en vez de por Mármoles como es habitual, un cambio que bien podría mantenerse de cara al futuro.
Con la titular de Zamarrilla volvió a su barrio María Santísima de la Trinidad, coronada canónicamente el 21 de octubre de 2000 y que precisamente este año celebra el 50 aniversario de la bendición de la imagen tallada por Francisco Buiza. La titular de la cofradía del Cautivo ya sabe lo que es formar parte de una magna mariana, pues hace algo menos de cinco años, en septiembre de 2013, fue una de las que procesionó en la Mater Dei con motivo del Año de la Fe; al igual que entonces, y como cada Lunes Santo, la Banda Sinfónica Virgen de la Trinidad de la propia cofradía interpretó marchas en su discurrir por las calles de Málaga.
María Santísima de la Esperanza aglutinó de nuevo a grandes multitudes a su alrededor, como si de un Jueves Santo más se tratase. La Reina de Málaga, que en unos días celebrará el 30 aniversario de su coronación canónica (18 de junio de 1988) volvió a salir a la luz del día, una estampa muy poco común en esta dolorosa, tal y como ocurrió en 2013 cuando salió en procesión extraordinaria por los 25 años de su citada coronación. En esta ocasión, presentó como gran novedad las antiguas bambalinas del palio, de más de un siglo de antigüedad, mientras que musicalmente contó con el acompañamiento de su Banda de Música de la Esperanza.
Uno de los grandes momentos de la noche tuvo lugar precisamente frente a la casa hermandad de la Esperanza, puesto que tanto el trono de su Virgen como la María Santísima de los Dolores, titular de la archicofradía de la Expiración, se situaron frente a frente para saludarse, un momento que quién sabe cuándo volverá a repetirse. Esta imagen fue la última en pasar frente a Santa María de la Victoria por la plaza del Obispo; para esta ocasión, procesionó con la corona de su coronación canónica, que tuvo lugar el 4 de octubre de 1986, siendo además la primera de imagen mariana de una cofradía de pasión en recibir tal distinción. Cómo no, fue la Banda Juvenil de Música de la Archicofradía de la Expiración la que acompañó a su Virgen en su recorrido hasta el encierro en su casa hermandad, sobre las cuatro de la madrugada.