Páginas

miércoles, 29 de septiembre de 2021

No es mío, pero es interesante (CLII)

Aquí llega una nueva entrega de 'No es mío, pero es interesante', una sección en la que os recomiendo las entradas de otros blogs y webs que más me han interesado en las últimas semanas. Para variar, hay blogs que consiguen colar más de un post, y en el caso de hoy todo está acaparado por Ya está el listo que todo lo sabe y por Microsiervos, con siete y tres aportaciones, respectivamente. En cuanto a la variedad temática, pues hay un poco de matemáticas, curiosidades, vídeos, etc.
Echémosle un vistazo a la lista de enlaces de esta entrega:
¿Qué os han parecido las recomendaciones de esta entrega? Espero que os hayan gustado y que me lo hagáis saber a través de un comentario ;)

domingo, 19 de septiembre de 2021

Matemagia

El último libro que he leído a lo largo de estas vacaciones ha sido 'Matemagia', de Fernando Blasco, doctor en Ciencias Matemáticas y profesor en la Universidad Politécnica de Madrid.
La magia y las matemáticas, dos disciplinas aparentemente independientes, se juntan en este libro, en el cual descubriremos a lo largo de sus diez capítulos (once si tenemos el cuenta el capítulo 0) no solamente las propiedades mágicas que se esconden detrás de muchos números y figuras geométricas, sino también que numerosos trucos de magia que se realizan con barajas de cartas o en los que se deshacen nudos imposibles están basados precisamente en las matemáticas. De esta forma, el autor nos expone en cada capítulo diversos trucos de magia en los que, además de detallar paso a paso cómo se realizan, explica los fundamentos matemáticos que hacen que dichos trucos funcionen, y así aprender a llevarlos a cabo nosotros mismos con el rigor necesario para que podamos dejar boquiabiertos a nuestros amigos y conocidos.
Hace once años que leí uno de los libros de divulgación matemática de Fernando Blasco, concretamente 'El periodista matemático', el cual me encantó, por lo que, cuando supe que había escrito otro sobre matemáticas y magia, estaba seguro de que el día que lo leyese lo iba a disfrutar, y así ha sido. Los trucos de magia que se plantean en el libro son muy variados, desde los típicos de adivinación de números como otros en los que hacen falta cartas, cubiletes, cuerdas o calendarios, y, si bien ya conocía algunos de ellos, otros los tenía ya olvidados y gracias a esta lectura los he podido recordar, mientras que buena parte de ellos han sido para mí toda una novedad. En cuanto a la dificultad de dichos trucos, pues hay un poco de todo, ya que los hay bastante sencillos de aprender y aplicar, mientras que otros son un poco más difíciles, bien porque se componen de numerosos pasos o bien porque algunos de éstos tienen cierta complejidad de ejecución y precisan de mucha práctica y destreza para poder realizarlos correctamente. En cualquier caso, lo mejor de este libro es que todos los trucos están debidamente explicados junto con su base matemática, lo cual permite que se convierta en un recurso muy útil para profesores de Matemáticas como yo, y es que más de una vez he recurrido a la magia para explicar algunos conceptos matemáticos a mis alumnos, eso sí, menos veces de las que me gustaría, pero gracias a esta obra voy a poder realizar más trucos en mis clases para que se den cuenta de que las matemáticas son más divertidas y mágicas de lo que parecen. En fin, un libro de divulgación que no defrauda y en el que la diversión y el aprendizaje están asegurados tanto para los amantes de la magia como de las matemáticas.

lunes, 6 de septiembre de 2021

Viaje a Úbeda y Baeza: día 1

Viernes, 21 de febrero de 2020

15:35
A esta hora salimos mi madre y yo de casa con rumbo a Úbeda y Baeza, adonde pasaríamos el fin de semana para disfrutar del regalo que nos habían hecho mi hermana y su novio. Hicimos una parada intermedia en Cijuela a las cinco para estirar las piernas, de tal manera que cuando aparcamos en Úbeda eran las siete. En el hotel Don Juan Boutique nos asignaron la habitación 15, en la segunda planta; tras dejar las maletas en la habitación, bajamos a la recepción para pedir un plano y que nos diesen algunas recomendaciones, especialmente sobre sitios para cenar.

Bajamos por la céntrica calle Real, la cual, a pesar de ser las siete y media de la tarde de un viernes, estaba prácticamente desértica, lo que nos sorprendió bastante. Casi al final de la misma nos topamos con la Torre del Palacio de los Condes de Guadiana, y más adelante con el Palacio Velas de los Cobos, ambos del siglo XVI y de estilo renacentista.

Justo a continuación, desembocamos en la plaza del Ayuntamiento, y seguidamente en la plaza Vázquez de Molina, lugar en el que se concentran algunos de los principales reclamos monumentales de Úbeda, como son la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares y la Sacra Capilla del Salvador.

De allí nos fuimos hasta la plaza del Primero de Mayo, adonde se erigen las Antiguas Casas Consistoriales y la iglesia de San Pablo, y a continuación deambulamos por varias calles, en las cuales pudimos ver el Palacio de los Torrente, el convento de Carmelitas Descalzas, la Torre de las Arcas y la iglesia y convento de la Santísima Trinidad.

20:30
De allí volvimos a la plaza del Primero de Mayo para ir a cenar a la Taberna Misa de 12, uno de los sitios que nos había recomendado la recepcionista del hotel, y con razón, ya que cuando llegamos estaba lleno y tuvimos que esperar tres cuartos de hora para que nos dieran una mesa. Mi madre se tomó unas cañas y yo una Coca-Cola Zero, las cuales venían acompañadas de una tapa, mientras que para comer nos pedimos una degustación de croquetas (de jamón, de queso y de bacalao) y lomo de orza con papas y huevos. Todo un acierto, y todo por 30'60 €.

Ya cenados, volvimos al hotel dando un tranquilo paseo por el casco histórico de Úbeda, de tal manera que cuando subimos a la habitación eran las diez y media de la noche. Pusimos la tele para estar al tanto de las noticias del día, entre ellas que en el norte de Italia se había detectado un gran brote de infectados por coronavirus, mientras que en España ya se sabía de algunos casos, tras lo cual nos fuimos a dormir sobre las once y cuarto.