Calle San Agustín

Dentro del amplio callejero de Málaga, podemos encontrar calles tan conocidas y concurridas como Larios, Granada, Alameda, Nueva, Avenida de Andalucía... Pero una no menos importante es calle San Agustín.

Esta calle, que hasta hace no poco tiempo estaba 'olvidada', ha recuperado protagonismo con la apertura del MPM (Museo Picasso Málaga), que se encuentra en el Palacio de Buenavista. Las tiendas de recuerdos, restaurantes, teterías... son los principales comercios de una calle que puede ser dividida en dos partes claramente diferenciadas: la primera, la que va desde la Catedral hasta la antigua sede del Colegio San Agustín, es la más ancha de las dos, y cuenta entre sus edificios principales con el Hospital Gálvez y el del citado colegio; la segunda de ellas, la que más me gusta a mí, termina en calle Granada y es más estrecha y, al contrario que el anterior tramo, tiene el pavimento adoquinado, lo que da un toque singular a esta céntrica calle. Junto con el MPM, también destaca la iglesia de San Agustín, que data del siglo XVI.
Pero cuando más luce esta calle es en Semana Santa. La estrechez se hace ancha al paso de los tronos de las cofradías que eligen pasar por esta calle, que se llena de gente en estos días. Y aunque parezca paradójico, San Agustín luce más de noche que de día. La tenue iluminación que aportan tres o cuatro faroles provoca un mágico juego de luces y sombras cada vez que un trono se adentra en ella, como podéis comprobar en esta foto y en la que aparece un poco más abajo. Fue la cofradía de las Penas la que recuperó esta calle para la Semana Santa de Málaga; posteriormente, otras cofradías como Salutación, Salesianos, Santa Cruz... han optado también por incluirla en su itinerario procesional. Precisamente, María Santísima de las Penas cuenta con un azulejo con su imagen al final de la calle, unos metros antes de llegar a calle Granada. Sin duda, la cofradía que mejor paso tiene por San Agustín es la de las Penas, principalmente con el trono del Santísimo Cristo de la Agonía, que avanza mecido suavemente por los hombres de trono y acompañado con música lenta de cornetas y tambores; un momento único que ya he vivido dos veces y que nunca me cansaré de repetir. También vale la pena ver en San Agustín la Salutación, Santa Cruz, Monte Calvario y Servitas.
Finalmente, yo os invito a que la próxima Semana Santa señaléis con una gran marca en vuestros itinerarios esta calle para ver las cofradías que por ella transitan, aunque os recomiendo que lleguéis con tiempo para verlo en las primeras filas; os aseguro que la espera valdrá la pena.