Comienza el segundo día de la Semana Mayor al filo de las cuatro de la tarde en el tinglao que encontramos enfrente de la parroquia del Buen Pastor. De allí, sale el Santísimo Cristo de la Crucifixión, recién clavado en la cruz en la que hallará la muerte y a la espera de que se complete un grupo escultórico que se encargará de sortear sus sagradas vestiduras. Detrás le sigue María Santísima del Mayor Dolor en su Soledad, una advocación que resume a la perfección el sufrimiento de una madre que sabe que no puede hacer nada por su hijo. Cuando su trono ya camina por la calle Mariblanca, nos quedamos allí mismo, porque en calle Frailes ya está el público expectante para ver al Cristo más moreno de Málaga, a Nuestro Padre Jesús de la Columna, el de la cofradía de los Gitanos, el más adorado y cantado por el pueblo calé. Y si Él es moreno, qué decir de la Morena, María Santísima de la O, la única que sale de su casa hermandad a los sones del Himno de Andalucía.
Nos vamos corriendo a la Catedral de Málaga para presenciar la estación de penitencia de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, un Nazareno de potente presencia que porta la cruz ayudado por un Simón de Cirene al que transmite su cansancio; minutos más tarde, entra en las naves catredalicias María Santísima del Amor Doloroso, una Virgen que intenta contener su infinita tristeza entre sus manos entrelazadas pero que no logra evitar que las lágrimas se derramen por su cara. Mientras los titulares de la archicofradía de la Pasión abandonan La Manquita, a muy pocos metros de allí, a los pies de la Alcazaba y del Teatro Romano, se está iniciando la procesión de la hermandad de los Estudiantes, con el Santo Cristo Coronado de Espinas, solo en su dorado trono, y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, con un semblante sereno que empieza a temer lo que va a sucederle a su hijo.
Cruzamos el río Guadalmedina para ir en busca de la Iglesia de Santo Domingo, sede canónica de la cofradía de Dolores del Puente. El primer trono en salir es el del Santísimo Cristo del Perdón, crucificado junto a los dos ladrones, Dimas y Gestas, y acompañado por su madre y por San Juan, y poco después atraviesa el dintel de la puerta principal del templo dominico el de Nuestra Señora de los Dolores, particular como pocos por su marcado estilo antequerano, como particular es esta titular mariana de tez blanquecina. Nos dirigimos ahora hacia el Puente de la Aurora, lugar en el que se para el tiempo cuando Nuestro Padre Jesús Cautivo camina casi literalmente sobre él con el único sonido del repiqueteo de las cajas chinas de los tambores; tras las miles de promesas que siguen al Cristo más venerado de Málaga, viene ataviada con su manto malva María Santísima de la Trinidad, la Reina de San Pablo.
Nos vamos corriendo hasta la Plaza de la Merced, justamente en la esquina en la que se encontraba la desaparecida Iglesia de la Merced, enfrente de la Casa Natal de Picasso, para presenciar el encuentro de los dos tronos de la hermandad de los Gitanos, la de un Jesús cabizbajo atado con cadenas a una columna ante la llorosa mirada de una madre gitana. De allí, nos acercamos a calle Refino para ver al Santísimo Cristo de la Crucifixión y a María Santísima del Mayor Dolor, que están a punto de subir la empinada cuesta de calle Carrión con la ayuda de unos hombres de trono que acaban exhaustos pero con la energía suficiente para encerrar los tronos en el tinglao en el que comenzamos la tarde. Y de un encierro nos vamos a otro, concretamente a la Iglesia de los Santos Mártires, por cuya puerta caben a duras penas los tronos de los dos titulares de la archicofradía de la Pasión. La dificultad para que entren los tronos es tal que tienen que hacerlo muy despacio y 'a brazos' para que ni el remate de la cruz del Nazareno ni el palio de la Virgen rocen el dintel.
Ya hemos superado la medianoche y en la Plaza del Obispo no cabe un alfiler, ya que todo el mundo quiere acudir al acto que celebra la hermandad de los Estudiantes frente a la fachada principal de la Catedral. El Santo Cristo Coronado de Espinas espera sentado en su trono a que llegue el de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza para que, tras cantarles el 'Gaudeamus Igitur', sean finalmente levantados a pulso entre los aplausos de los allí presentes. Tenemos que cruzar de nuevo el Guadalmedina para adentrarnos en los callejones del Llano de la Trinidad, donde la cofradía de los Dolores del Puente agota los últimos metros de su recorrido procesional en un marco lúgubre. A las dos y media de la madrugada, los Regulares anuncian que el Señor de Málaga, el de la túnica blanca, está a punto de encontrarse con el pueblo malacitano que le espera impaciente en la Tribuna de los Pobres; a su madre de la Trinidad todavía le queda un complicado giro de 180º en la Rampa de la Aurora para ir con Jesús Cautivo al barrio trinitario y cerrar la jornada.
Se acaba mi particular visión del Lunes Santo con un vídeo hecho con fotografías que tomé el pasado año en el segundo día de la Semana Santa. La marcha que pone música a las instantáneas es 'Misericordia isleña'.
Ya hemos superado la medianoche y en la Plaza del Obispo no cabe un alfiler, ya que todo el mundo quiere acudir al acto que celebra la hermandad de los Estudiantes frente a la fachada principal de la Catedral. El Santo Cristo Coronado de Espinas espera sentado en su trono a que llegue el de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza para que, tras cantarles el 'Gaudeamus Igitur', sean finalmente levantados a pulso entre los aplausos de los allí presentes. Tenemos que cruzar de nuevo el Guadalmedina para adentrarnos en los callejones del Llano de la Trinidad, donde la cofradía de los Dolores del Puente agota los últimos metros de su recorrido procesional en un marco lúgubre. A las dos y media de la madrugada, los Regulares anuncian que el Señor de Málaga, el de la túnica blanca, está a punto de encontrarse con el pueblo malacitano que le espera impaciente en la Tribuna de los Pobres; a su madre de la Trinidad todavía le queda un complicado giro de 180º en la Rampa de la Aurora para ir con Jesús Cautivo al barrio trinitario y cerrar la jornada.
Se acaba mi particular visión del Lunes Santo con un vídeo hecho con fotografías que tomé el pasado año en el segundo día de la Semana Santa. La marcha que pone música a las instantáneas es 'Misericordia isleña'.
NO TE COMENTO NADA DEL VIDEO PORQUE NO PUEDO VERLO, ME PONE ERROR, DE TODAS FORMAS LO RELATAS TAN AL DETALLE QUE ES COMO SI LO VIERA (AUNQUE SIN FOTOS)
ResponderEliminarMuy bueno el video, y todo lo que cuentas, igual me animo yo a hacer algo a mi "estilo". Si quieres fotos del tralado del Cautivo al pasar delante de mi casa, están a tu disposición.
ResponderEliminarSaludos.
Kuki: a lo mejor te da error porque el ordenador del trabajo está configurado para que no puedas ver vídeos. Aquí te dejo el enlace del vídeo en Youtube:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=KdgTwubBuA4
Lo relato lo mejor posible, como si fuese un recorrido que podría hacer yo mismo un Lunes Santo :D
Rojo Merlin: pues a ver si veo algo cofrade por tu blog, que seguro que es bueno ;)
El traslado del Cautivo es una de las pocas cosas de la Semana Santa de Málaga que me queda por ver, pero es que es tan temprano y estoy tan cansado del día anterior...
Ponlas en tu blog y así te ahorras mandármelas ;)
Gracias por vuestros comentarios ;)
Pues ya no tienes excusas para el tralado del Cautivo, ahora es en sábado, y dura varias horas...
ResponderEliminarY claro que pondré cosas en mi blog, cuantos más seamos, pues mejor.
Saludos.
Sí tengo excusas, porque el viernes hay muchos traslados y terminan tarde, como los de Expiración y Santo Traslado. Además, empieza a las ocho de la mañana; si fuese a las once o las doce, seguramente iría todos los años.
ResponderEliminarAlgún año la veré ;)
Jajajaja, excusas... a ls doce es cuando pasa por mi puerta, y todavía le queda toda calle Sevilla por delante.... pero te comprendo, Diana Navarro le canta sobre las 11,30 y casi siempre la veo por la tele, y eso que vivo al lado, pero es que no hay forma de acercarse. Bueno, ya falta menos, saludos.
ResponderEliminarNo me piques que al final voy este año, eh? No sé, supongo que algún año iré, igual que también tengo que ver alguna vez el desembarco de la Legión y el traslado del Cristo de la Buena Muerte.
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