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jueves, 2 de agosto de 2018

El sueño eterno

El segundo libro que he leído durante mis vacaciones de verano ha sido 'El sueño eterno', del escritor estadounidense Raymond Chandler.
El anciano general Sternwood solicita los servicios del detective Philip Marlowe para que resuelva un caso de chantaje que está sufriendo su alocada hija Carmen por parte de un tal Arthur Gwyan Geiger. Acto seguido, Vivian, la otra hija del general, entabla una conversación en privado con el detective porque piensa que la tarea que se le ha encomendado es la de buscar a su ex marido, Rusty Regan, que hace un mes que se fugó. Al poco de comenzar con la investigación, Marlowe escucha unos disparos en el interior de la casa de Geiger, quien ha sido asesinado en presencia de una Carmen que está drogada y desnuda. Esa misma noche, el cadáver desaparece misteriosamente después de que Marlowe lleve a Carmen a su casa; además, Bernie Ohls, su jefe, le informa de que un coche ha sido encontrado en la playa con un hombre asesinado en su interior, que resulta ser Owen Taylor, chófer de la familia Sternwood y que quiso casarse con Carmen. A partir de aquí, el detective Marlowe se las tendrá que ingeniar para encontrar la relación que existe entre Geiger, Taylor, Regan, las hijas del general y otros nombres que van surgiendo conforme pasan las horas.
Me hice con este libro buscando ampliar mis horizontes en el género de la novela policíaca, y resulta que uno de los autores más referidos era el de Raymond Chandler, estando además 'El sueño eterno', su primera novela protagonizada por el detective Philip Marlowe, considerada como una de las mejores de todos los tiempos, por lo que el éxito estaba más que asegurado, pero en mi caso me ha supuesto una enorme decepción. No pongo en duda que esta obra sea un clásico y un referente del género, que para eso los expertos saben y han leído mucho más que yo, pero su lectura me ha resultado en su mayor parte soporífera, incluso me ha llegado a entrar sueño, aunque no eterno como el del título porque sí que ha habido fragmentos que me han mantenido con algo de interés mientras la leía. A mi entender, el autor abusa de las descripciones, tanto de los personajes como de las ubicaciones, pues lo hace con tanto detalle que acaba cansando. Tampoco me ha gustado la trama, compleja de entender, con demasiados sucesos que se acaban entrelazando, al igual que los personajes, y es que llega un momento en que uno no sabe qué pinta cada uno en la historia; de hecho, el último tercio del libro lo he leído del tirón y tampoco me ha quedado muy claro cómo se resuelve el caso. En cuanto a Marlow, no me ha terminado de atraer: es demasiado socarrón, cínico y con una personalidad alejada de otros detectives con los que sí me siento más cómodo, como Sherlock Holmes, Hercules Poirot o Kurt Wallander. Por otra parte, la edición que he leído incluye dos relatos cortos (unas 50-60 páginas cada uno), muy parecido el primero a la primera parte del libro y muy parecido el segundo a la segunda parte en varios aspectos: trama similar, algunos personajes tienen el mismo nombre, hasta algunas frases se repiten tal cual. Esto me lleva a pensar que Chandler unió estos dos relatos para hacer una novela de más entidad, aunque en realidad se lo podría haber ahorrado porque los otros dos relatos se dejan leer si cabe algo más. Tengo otro libro del autor que mi madre rescató junto con otros en una bolsa que alguien dejó al lado de un contenedor (sí, hay gente que tira libros como si fueran basura, muy triste), y me da la impresión de que se va a quedar muchos años esperando a ser leído en una de mis estanterías, pues tengo muchos otros que me interesan más antes que darle una segunda oportunidad a Raymond Chandler.

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