La Hermandad de la Humildad procesionó ayer de forma extraordinaria al Santísimo Cristo de la Humildad en Su Presentación al Pueblo (Ecce-Homo) para conmemorar los 325 años de la fundación de la corporación victoriana.
El viernes por la tarde tuvo lugar el traslado del Cristo de la Humildad desde el Real Santuario de la Victoria a la Catedral, para lo cual la imagen fue llevada en el trono que utiliza María Santísima del Rocío en su procesión de Pentecostés. El Señor recuperó la estampa clásica de sus primeros años, al procesionar solo con su túnica burdeos sobre un monte de claveles rojos y con el acompañamiento de una banda de música, que corrió a cargo de la Unión Musical Maestro Eloy García; en dicho traslado, el cortejo recorrió el barrio de Lagunillas antes de adentrarse en el casco histórico y llegar al primer templo de la ciudad. En la mañana de ayer sábado, el obispo Jesús Catalá presidió la solemne misa estacional que se celebró en la Catedral con motivo del 325 aniversario fundacional de la hermandad, pues sus orígenes se remontan al año 1694, si bien la corporación actual es más reciente, ya que se reorganizó en 1978 tras la destrucción de las imágenes en los sucesos de 1931.
A las seis de la tarde dio comienzo la procesión triunfal con un cortejo encabezado por la cruz guía de la hermandad flanqueado por dos faroles, seguido por los guiones de varias cofradías victorianas y del Domingo de Ramos, dos hileras de hermanos portando cirios, el guión de la hermandad, la presidencia y los acólitos. El Santísimo Cristo de la Humildad procesionó en su trono con el grupo escultórico al completo y con dos importantes novedades: una de ellas fue que la imagen vistió una nueva clámide de terciopelo burdeos bordada en oro, mientras que la que más impacto causó fue la inclusión de una barandilla en la delantera del trono para recrear el balcón de Pilatos. En el apartado musical, la imagen, al igual que cada Domingo de Ramos, estuvo acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores del Paso y la Esperanza, que volvió a dejar numerosas muestras de su gran calidad interpretativa.
El cortejo, que estuvo muy arropado por el público en todo momento, discurrió por un largo itinerario compuesto por calles propias de su recorrido de Semana Santa (Molina Lario, plaza del Obispo, plaza de la Constitución, Granada, Victoria, etc.), otras recuperadas de años anteriores (Nueva, Santa Lucía, Comedias, etc.) y otras inéditas, como por ejemplo Strachan y Liborio García en el centro de la ciudad o las estrechas Merced, Huerto del Conde y Coto de Doñana en su barrio de la Victoria. De esta forma, el Señor de la Humildad pudo pasar ante las tres sedes canónicas que ha tenido la hermandad, que son el tristemente desaparecido Convento de la Merced, la iglesia de Santiago y la actual sede del Real Santuario de la Victoria, templo en el que se encerró la procesión poco antes de las tres de la madrugada.
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