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lunes, 25 de julio de 2022

Los ritos del agua

La semana pasada terminé de leer el segundo libro de este verano, concretamente 'Los ritos del agua', de la novelista española Eva García Sáenz de Urturi.
El inspector Unai López de Ayala, alias Kraken, sigue recuperándose de las lesiones causadas por el caso de los crímenes dobles hace unos meses, entre ellas la de recuperar el habla, cuando aparece el cadáver de una mujer embarazada colgada por los pies y sumergida en un caldero de bronce. Esa mujer es Ana Belén Liaño, la primera novia de Kraken y de su cuadrilla de amigos, a la que conocieron en un campamento en 1992. La investigación del caso avanza y se descubre que Rebeca, la hija de Saúl Tovar, el director de dicho campamento, murió en circunstancias similares en abril de 1993. Días más tarde es Jota, uno de los amigos de la cuadrilla de Kraken, quien también es encontrado muerto y colgado por los pies, por lo que todo apunta a un ritual celta de hace más de 2600 años que está acabando con las vidas de personas que o bien estuvieron en ese campamento o bien están esperando un hijo. Kraken se convierte de esta forma en uno de los amenazados, pues la subinspectora Alba Díaz de Salvatierra, con la que mantiene una relación personal además de profesional, está embarazada y él podría ser el padre.
Hace tres años leí 'El silencio de la ciudad blanca', el comienzo de la trilogía de la Ciudad Blanca, y me gustó tanto que sabía que tarde o temprano me tocaría continuar con el segundo título. Eso he hecho, y resulta que también me ha encantado, aunque he de reconocer que un pelín menos porque prácticamente calca el guión del primer libro y me esperaba algo un poco diferente. Se mantienen los mismos personajes, entre ellos el inspector Unai López de Ayala, la subcomisaria Alba Díaz de Salvatierra y la inspectora Estíbaliz Ruiz de Gauna, quienes de nuevo se tienen que enfrentar a un asesino que comete una serie de crímenes rituales que guardan relación con unos hechos que tuvieron lugar bastantes años atrás, los cuales se van narrando en varios capítulos intercalados con lo que sucede en la trama principal. Igualmente, van surgiendo diversos personajes con algún que otro secreto sin desvelar, que ocultan más información de la cuenta o con identidades que no son las que parecen. Con todo ello sale una novela policíaca muy atractiva y que te deja con ganas de más en casi todos los capítulos, pues raro ha sido que pasen 40 o 50 páginas sin que surja un posible sospechoso que luego resulta no ser o una pista o un dato que vuelva a incriminar a uno que ya parecía descartado. El final sí que lo he visto un poco precipitado, creo que se podría haber terminado mejor el relato, pero otra vez me ha sorprendido quién se esconde tras los crímenes rituales de este segundo libro de la trilogía, pues he de reconocer que para nada me esperaba que fuese esa persona. En fin, que de nuevo he vuelto a disfrutar con la narrativa de Eva García Sáenz de Urturi, así que no me queda más remedio que terminar con su afamada trilogía.

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