El Cautivo da igual que salga en Lunes Santo, en noviembre, por la mañana, por la noche, en un día caluroso, en un día gélido... Incluso cuando llueve y se tiene que quedar a cubierto, Málaga entera sale a la calle para ver al de la túnica blanca. Ayer lo hizo con motivo del 75 aniversario de la fundación de la cofradía de la que es titular junto a la imagen de María Santísima de la Trinidad Coronada, y, si no había tanta gente como cada Lunes Santo, faltó poco.
A las cinco de la tarde, inició la procesión desde la casa hermandad la recién creada Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Cautivo tras la cruz guía, seguidos por hermanos portando velas y representantes de otras cofradías y de la Agrupación. Veinte minutos más tarde, el trono empezó a asomar sus varales para levantar los primeros aplausos de la tarde: el Cautivo iniciaba su caminar por las calles de Málaga portado por los hombres de trono de la Virgen. Tras bajar una calle Trinidad abarrotada, giró para el momento mágico de cruzar el Puente de la Aurora y emocionar a los allí presentes. Después, tomó una decisión que seguro molestó a más de uno, entre ellos a mí: estaba previsto que la procesión pasara por Puerta Nueva, pero sólo lo hizo el cortejo, mientras que el trono, para cortar camino y ganar tiempo, tiró por Cisneros. El motivo parece ser que era que iban algo retrasados y, así, ahorrarse la complicada maniobra de 180 grados para llegar a Puerta Nueva; yo me quejo porque se podría haber evitado habiendo planificado mejor el tempo de la procesión o no luciéndose tanto en el trayecto, porque la excusa de la maniobra no cuela, ya que la hacen cada Semana Santa.
Poco después de las ocho menos cuarto, el Señor de Málaga llegó a la Plaza del Obispo, donde no cabía un alfiler. Allí, tuvo lugar la Celebración de la Palabra, presidida por el obispo Jesús Catalá, quien, tras impartir la misa, recibió de manos del hermano mayor la medalla de plata de la cofradía. Una vez finalizado el acto, los hombres de trono cedieron su sitio a los que ponen el hombro cada Lunes Santo, mientras que la Banda de CC y TT sustituyó a la Banda de Música Trinidad Sinfónica detrás del trono, para que la Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos ocupara la cabeza de procesión.
De regreso a su barrio, el Cautivo pasó por Molina Lario, Plaza del Siglo, Plaza del Carbón, Granada, Plaza de la Constitución, Especerías, Cisneros, Fajardo, Puerta Nueva (donde, al llegar a la casa hermandad de la Cena, le fue impuesta la medalla de oro de la cofradía ferroviaria), Pasillo de Santa Isabel, Rampa y Puente de la Aurora, Trinidad y Plaza de Jesús Cautivo, donde se recogió la procesión cerca de la medianoche.
Poco después de las ocho menos cuarto, el Señor de Málaga llegó a la Plaza del Obispo, donde no cabía un alfiler. Allí, tuvo lugar la Celebración de la Palabra, presidida por el obispo Jesús Catalá, quien, tras impartir la misa, recibió de manos del hermano mayor la medalla de plata de la cofradía. Una vez finalizado el acto, los hombres de trono cedieron su sitio a los que ponen el hombro cada Lunes Santo, mientras que la Banda de CC y TT sustituyó a la Banda de Música Trinidad Sinfónica detrás del trono, para que la Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos ocupara la cabeza de procesión.
De regreso a su barrio, el Cautivo pasó por Molina Lario, Plaza del Siglo, Plaza del Carbón, Granada, Plaza de la Constitución, Especerías, Cisneros, Fajardo, Puerta Nueva (donde, al llegar a la casa hermandad de la Cena, le fue impuesta la medalla de oro de la cofradía ferroviaria), Pasillo de Santa Isabel, Rampa y Puente de la Aurora, Trinidad y Plaza de Jesús Cautivo, donde se recogió la procesión cerca de la medianoche.
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