España debutó ayer en el Mundial de Sudáfrica con una inesperada derrota por 0-1 frente a Suiza, un resultado que le obliga a no fallar en los otros dos partidos de la fase de grupos si no quiere despedirse antes de tiempo y consumar un estrepitoso fracaso.
El partido empezó como se esperaba: España con un dominio del balón casi absoluto y una Suiza bien atrincherada en su campo a la espera de una imprecisión 'roja' para llegar a la portería de Casillas. A pesar de su superioridad, la selección no dispuso de su primera gran ocasión hasta el ecuador de la primera mitad, cuando Iniesta asistió a Piqué, que recortó dentro del área grande a un defensa y remató ante la salida de Benaglio, que repelió el esférico con su rodilla. El único acercamiento suizo en los primeros cuarenta y cinco minutos se tradujo en un libre indirecto ejecutado por Ziegler que detuvo en dos tiempo el portero español. A España le costaba encontrar la portería rival con claridad debido a la maraña defensiva con la que chocaba en la zona de tres cuartos, y, de hecho, sólo dispuso de una nueva oportunidad de adelantarse en el marcador al filo del descanso a través de Villa, que, tras zafarse de un defensa, la picó por encima del portero pero demasiado desviado. El árbitro inglés estuvo bastante desacertado, ya que se comió dos claros penalties cometidos sobre Silva y Villa; por otra parte, en la falta señalada sobre Iniesta en la frontal y en la que fue amonestado con amarilla Grichting, muchos habrían sacado la roja al central suizo, aunque también es cierto que había otro defensa apenas un metro por detrás.
La segunda parte comenzó como la primera, con España liderando el juego, pero el fútbol tiene esos detalles que le hacen grande, imprevisible y, en ocasiones, cruel: Derdiyok se planta ante Casillas, que logra desbaratar su remate, pero el balón rebota en el propio delantero suizo y en Piqué, se queda muerto en el césped y Fernandes, que estaba en fuera de juego, mete la puntera para inaugurar el marcador (0-1). Ver para creer. España siguió fiel a su estilo para lograr la remontada, aunque también lo intentó por las bandas con la entrada de Navas y Pedro y con más mordiente arriba con Torres. La primera ocasión la tuvo Iniesta con una rosca medida desde la frontal que se fue fuera por poco, pero la mejor, sin duda, fue la de Xabi Alonso, que enganchó un derechazo que se estrelló en el larguero. Parecía increíble, y más lo hubiera sido si, cinco minutos después, el disparo de Derdiyok hubiera acabado en la portería de Casillas en vez de encontrarse con la madera. Navas lo intentó a diez minutos del final con un remate cruzado que se marchó rozando el palo, pero el balón ayer no quería entrar. Los últimos minutos de España fueron un quiero y no puedo que acabaron con un Casillas subiendo a rematar un córner. ¿Quién lo hubiera dicho?
España no jugó su mejor partido, aunque tampoco lo hizo del todo mal a pesar de que algunos jugadores como Xavi o Villa estuvieron prácticamente desaparecidos. En condiciones normales, ayer se habría ganado por dos o tres goles a una Suiza que encontró un injusto premio con solamente dos llegadas al área española; un 73% de posesión, doce córners botados y una veintena de remates no bastaron si quiera para sumar un punto. Ahora sólo queda ganar a Honduras el lunes 21 y a Chile el viernes 25, que, en teoría, nos debería garantizar el pase a octavos, ya sea como primera o como segunda de grupo, porque un posible triple empate a seis puntos entre Suiza, Chile y España se decidiría con los goles a favor y en contra.
Por lo demás, el Mundial se está caracterizando por la igualdad una vez concluida la primera jornada de la fase de grupos: pocos goles y poco fútbol. Las grandes, de momento, están sufriendo, léanse los empates de Francia, Inglaterra o Italia, las victorias por la mínima de Argentina o Brasil, y la gran sorpresa hasta ahora, que no es otra que la derrota de la actual campeona de Europa. Sólo Alemania ha puesto goles y buen fútbol con su goleada por 4-0 a Australia, y eso que se les vio jugando a medio gas, así que habrá que ver cómo se las gastan cuando metan la quinta. Esperemos que la segunda jornada nos ofrezca más espectáculo y, por supuesto, una victoria de España que la mantenga con vida en el Mundial.
La segunda parte comenzó como la primera, con España liderando el juego, pero el fútbol tiene esos detalles que le hacen grande, imprevisible y, en ocasiones, cruel: Derdiyok se planta ante Casillas, que logra desbaratar su remate, pero el balón rebota en el propio delantero suizo y en Piqué, se queda muerto en el césped y Fernandes, que estaba en fuera de juego, mete la puntera para inaugurar el marcador (0-1). Ver para creer. España siguió fiel a su estilo para lograr la remontada, aunque también lo intentó por las bandas con la entrada de Navas y Pedro y con más mordiente arriba con Torres. La primera ocasión la tuvo Iniesta con una rosca medida desde la frontal que se fue fuera por poco, pero la mejor, sin duda, fue la de Xabi Alonso, que enganchó un derechazo que se estrelló en el larguero. Parecía increíble, y más lo hubiera sido si, cinco minutos después, el disparo de Derdiyok hubiera acabado en la portería de Casillas en vez de encontrarse con la madera. Navas lo intentó a diez minutos del final con un remate cruzado que se marchó rozando el palo, pero el balón ayer no quería entrar. Los últimos minutos de España fueron un quiero y no puedo que acabaron con un Casillas subiendo a rematar un córner. ¿Quién lo hubiera dicho?
España no jugó su mejor partido, aunque tampoco lo hizo del todo mal a pesar de que algunos jugadores como Xavi o Villa estuvieron prácticamente desaparecidos. En condiciones normales, ayer se habría ganado por dos o tres goles a una Suiza que encontró un injusto premio con solamente dos llegadas al área española; un 73% de posesión, doce córners botados y una veintena de remates no bastaron si quiera para sumar un punto. Ahora sólo queda ganar a Honduras el lunes 21 y a Chile el viernes 25, que, en teoría, nos debería garantizar el pase a octavos, ya sea como primera o como segunda de grupo, porque un posible triple empate a seis puntos entre Suiza, Chile y España se decidiría con los goles a favor y en contra.
Por lo demás, el Mundial se está caracterizando por la igualdad una vez concluida la primera jornada de la fase de grupos: pocos goles y poco fútbol. Las grandes, de momento, están sufriendo, léanse los empates de Francia, Inglaterra o Italia, las victorias por la mínima de Argentina o Brasil, y la gran sorpresa hasta ahora, que no es otra que la derrota de la actual campeona de Europa. Sólo Alemania ha puesto goles y buen fútbol con su goleada por 4-0 a Australia, y eso que se les vio jugando a medio gas, así que habrá que ver cómo se las gastan cuando metan la quinta. Esperemos que la segunda jornada nos ofrezca más espectáculo y, por supuesto, una victoria de España que la mantenga con vida en el Mundial.
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