Tenía pensado titular esta entrada como 'Agridulce Semana Santa', pero resulta que ya lo utilicé hace unos años en este post; sin embargo, creo que el que he elegido finalmente también refleja lo que ha sucedido en los últimos días, ya que la lluvia ha sido una de las grandes protagonistas de la semana mayor, principalmente en las jornadas del Domingo de Ramos, Miércoles Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección, al provocar que varias cofradías se tuvieran que volver a mitad de camino, o incluso que ni llegaran a salir a la calle. Y decía lo de agridulce porque, a pesar de lo negativo de esta circunstancia meteorológica, por fin pudieron procesionar el Nazareno del Paso y la Esperanza Coronada tras dos años de ausencia. Sin duda alguna, ésta ha sido la gran noticia de esta Semana Santa.
Desde el propio Domingo de Ramos surgieron las dudas acerca de cómo se iba a comportar el cielo a lo largo del día. Amaneció nublado, pero, como de costumbre, bastó con que el Señor de la Pollinica y María Santísima del Amparo cruzaran el dintel de su casa hermandad para que aparecieran los primeros claros. En la Tribuna de los Pobres, los hombres de trono de Nuestro Padre Jesús a Su Entrada en Jerusalén cantaron el ya clásico 'Pescador de Hombres', pero las malas noticias cayeron del cielo justamente cuando la Virgen llegó a dicho punto, puesto que en ese momento empezó a lloviznar, lo cual provocó que su manto tuviera que ser cubierto con un plástico para protegerlo, y lo mismo se hizo con el grupo escultórico del trono del Cristo. La sección de Lágrimas y Favores de las Reales Cofradías Fusionadas fue la gran perjudicada de la mañana. La lluvia le pilló por calle Nueva, muy cerca de su iglesia, aunque inicialmente decidieron continuar con su itinerario; no obstante, al comprobar que el cielo se mantenía nublado y que ya habían caído dos chaparrones considerables, reconsideraron su decisión y se volvieron a San Juan a la altura del Mercado Central, por lo que no pudieron ni siquiera llegar al recorrido oficial. Fue a las dos de la tarde cuando abrió finalmente el día, aunque por la tarde cayeron tímidas gotas en un par de ocasiones. Esto nos permitió asistir a uno de los grandes estrenos de esta Semana Santa: el cambio de horario de la Humildad, que ha pasado de ser la que cerraba la jornada a ser la primera de la tarde, algo que llevaba buscando desde hace ya varios años la cofradía victoriana. Dicho cambio también ha afectado a su itinerario, pues ahora discurre por calles como Altozano, Cruz Verde o Nueva, y la verdad es que no le sienta nada mal. El Huerto, a pesar de su buen procesionar, sigue estancada en su temprano horario dominical, aunque lo que más le perjudica es el poco público que le acompaña en el entorno de su casa hermandad cuando llega la hora de encerrarse. La joven cofradía del Dulce Nombre sigue con su crecimiento y haciéndose cada vez más notoria cada Domingo de Ramos, por ejemplo a su paso por calle Echegaray. Salutación sigue a la espera de poder procesionar a María Santísima del Patrocinio, pero aún así sigue atrayendo al público con la representación de la escena de la Santa Mujer Verónica. La hermandad de la Salud es otra que ha cobrado un mayor protagonismo; sin embargo, hay que recalcar el enorme retraso que acumula a partir de su estación de penitencia en la Catedral, puesto que no tiene explicación que a la hora de su encierro esté todavía por Especerías y Cisneros. Por último, el Prendimiento se consolida como el plato fuerte del Domingo de Ramos, principalmente por las espectaculares subidas de sus dos grandes tronos en Dos Aceras y Carrión, sobre todo la de esta última.
Tras dos años inestables a causa de la lluvia, pudimos disfrutar de un Lunes Santo completo y sin incidencias, aunque se echó en falta un cielo más azul y no tan nublado. Crucifixión se sacó la espinita de las dos últimas Semanas Santas estrenando salida procesional desde su nueva casa hermandad, a muy pocos metros de la parroquia del Buen Pastor, mientras que Gitanos volvió a poner música y baile calé en las calles malacitanas, presentando como grandes novedades el dorado del trono de Nuestro Padre Jesús de la Columna, que no se pudo estrenar el pasado año por la lluvia, y su paso por la céntrica calle Nueva, una vía que cada vez está ganando más adeptos en el mundo cofrade. Impecable como siempre estuvo Dolores del Puente, una cofradía con un exquisito procesionar y con unas crucetas musicales muy estudiadas tanto para el Cristo del Perdón como para Nuestra Señora de los Dolores, imágenes que sin duda alguna habrán echado de menos la presencia del fallecido Jesús Castellanos, fundador y alma máter de esta corporación dominica. La procesión de la Archicofradía de la Pasión fue otra de las gratas noticias del Lunes Santo después de que hace dos años apenas pudiera hacer estación de penitencia en la Catedral y que el pasado año simplemente no pudiera ni salir a la calle; por cierto, un tanto extraño el itinerario seguido por el cortejo a partir de la plaza de Félix Sáenz. Si por algo destaca la hermandad de Estudiantes es por la inmensa cantidad de penitentes que saca a la calle, la que más de nuestra Semana Santa con bastante diferencia, y la gran mayoría de ellos jóvenes, como no podía ser de otra forma; si a eso le sumamos actos como el de la plaza del Obispo o que en los últimos años ha ampliado la cruceta de sus imágenes no quedándose únicamente con el 'Gaudeamus Igitur', nos resulta una procesión digna de admirar. Como colofón a la jornada, el Cautivo, que es otra de las cofradías que intenta alejarse de las intempestivas horas a las que se encierra para ser la que abra el Lunes Santo. No parece sencillo principalmente por dos circunstancias: su lejanía del centro y las miles de promesas que van tras el Señor de Málaga. De alguna forma u otra y más tarde o más temprano, se acabará encontrando una solución, aunque todas las cofradías tendrán que poner de su parte.
El Martes Santo se presentaba dudoso porque las previsiones meteorológicas anunciaban leves chubascos al atardecer, pero por suerte todo quedó en unos leves chispeos que tuvieron lugar a las siete y media de la tarde y a las dos de la madrugada. Comenzó la jornada en el barrio de la Victoria con la salida de la hermandad del Rocío, que desde hace unos años es la que inaugura cada Martes Santo tras mucho tiempo siendo la que lo cerraba. La verdad es que ahora se encierra demasiado pronto, por lo que quizás habría que plantearse que saliera en mitad de la jornada, si es que el puzzle de los itinerarios del resto de cofradías lo permite; en cualquier caso, está claro que en uno de los momentos culmen de su recorrido, la Tribuna de los Pobres, siempre va a encontrar numeroso público. Y qué decir de las Penas que no haya dicho ya. Siempre digo lo mismo, pero es que es imperdonable no ver al Santísimo Cristo de la Agonía en calle San Agustín a los sones de las marchas excepcionalmente interpretadas por la Banda de Cornetas y Tambores del Paso y la Esperanza (este año, 'Dios Padre, Dios del Amor', 'Noches de Lunes Santo', 'Regazo de Esperanza', 'Mi amor en tu corona' y 'Tus lágrimas', casi nada). Y chapó también para la Virgen y su manto de flores con el logotipo del Año de la Fe. Nueva Esperanza es conocida en el mundillo cofrade por ser la que tiene el recorrido más largo, pero me da la impresión de que cada vez va a ser más conocida por lo enteros que están sus hombres de trono durante todo el itinerario y por lo bien que mecen y bailan a sus titulares en varios puntos de éste. La Humillación y la Estrella, tras el cambio de hermano mayor, volvieron a salir del interior de la iglesia de Santo Domingo en vez de su casa hermandad, todo un acierto, aunque no se entiende que el encierro sea en ésta y no en el templo dominico; por otra parte, también hay que destacar que la cantidad de pulsos que hacían durante su recorrido procesional ha disminuido notablemente, lo cual es de agradecer porque algunos no tenían explicación alguna. El Rescate volvió a poner la nota de color del Martes Santo gracias a sus vistosos nazarenos, y también merece reseñar el esfuerzo de sus hombres de trono por las pesadas andas de sus titulares, sobre todo la del Cristo, que tiene solamente seis varales; no vendría mal que se ampliaran a ocho al igual que se ha hecho con el trono de la Virgen de Gracia, ya que sin duda sería mejor llevado. La Sentencia, cofradía de la que es hermano mayor el nuevo presidente de la Agrupación, Eduardo Pastor, fue la última que pasó por el recorrido oficial. El Cristo vistió una túnica totalmente lisa con motivo del Año de la Fe que, bajo mi punto de vista, no le va del todo, mientras que la Virgen del Rosario destacó una vez más por el buen exorno floral de su trono.
El cielo del Miércoles Santo no tenía muy buena pinta, y prueba de ello fue que las primeras cofradías salieron con varios minutos de retraso debido a las dudas acerca de si se arriesgaban o no. Salesianos lo hizo un cuarto de hora después de lo previsto desde un tinglao en los aledaños del templo de María Auxiliadora con la seriedad que les caracteriza. Por su parte, las puertas de la iglesia de San Juan se abrieron con un retraso de media hora para que se echaran a la calle los cuatro tronos de Fusionadas de esta jornada. Había especial expectación por conocer el nuevo grupo escultórico de Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna, y ciertamente gustó mucho por la teatralidad de la escena representada, lo que unido al trono también estrenado en la última Semana Santa nos depara un conjunto muy a tener en cuenta en los próximos años. La hermandad de la Paloma también se lo pensó bastante antes de echarse a la calle, y lo hizo finalmente, pero a eso de las ocho y cuarto, cuando la cruz guía ya avanzaba por el Pasillo de Santa Isabel, tuvo que dar marcha atrás debido a que empezaron a caer las primeras gotas de la noche, mientras que Salesianos aceleró un poco el paso para llegar cuanto antes a la Catedral, donde haría estación de penitencia. A las ocho y media, la lluvia apretó bastante, justamente cuando Fusionadas se encontraba al inicio de calle Larios, por lo que decidieron no completar su recorrido; las secciones de Azotes y Columna y la de la Exaltación, cuyos tronos fueron protegidos con plásticos, cortaron por calle Martínez, mientras que las de Ánimas de Ciegos y el Mayor Dolor lo hicieron por Puerta del Mar. A la cofradía del Rico le pilló el aguacero en pleno acto de la liberación del preso, es decir, en la plaza del Obispo, por lo que en cuanto terminó se dirigió a su casa hermandad por el camino más corto. Como era de esperar, tanto la Sangre como la Expiración suspendieron sus salidas procesionales ante la posibilidad de nuevos chubascos a lo largo de la noche, y de hecho llovió un poco de madrugada.
El Jueves Santo es sin duda alguna el día más esperado para la gran mayoría de los cofrades malagueños, pero este año seguro que lo era para todos, pues quién no tenía ganas de ver de nuevo en la calle a la cofradía de la Esperanza tras la ausencia de los dos últimos años. Pero vayamos por partes. La primera del día fue la Seráfica Hermandad de la Santa Cruz con su único trono, el de Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia, sola ante la cruz en la que ha muerto su hijo y que destaca muy especialmente discurriendo por calles recoletas como Arco de la Cabeza o Muro de las Catalinas. También había ganas de ver cómo habían quedado las imágenes de los titulares de la Sagrada Cena tras sus respectivas restauraciones; en mi opinión, han sido un poco bruscas, lo cual no quiere decir que el trabajo realizado haya sido malo. Con respecto al procesionar de los dos tronos, poco malo y mucho bueno se puede decir. Viñeros estrenó los faroles del trono del Nazareno, y aquí sí que voy a dar una crítica negativa, ya que pienso que son demasiado grandes para un trono tan pequeño, y además son plateados, lo cual choca demasiado con el dorado de las andas. Mena congregó a numerosísimo público en todo su itinerario gracias al acompañamiento de La Legión al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, pero es una pena que solamente se le preste atención a escuchar cantar a los legionarios y no tanto al propio Cristo, y qué decir de cómo se olvidan siempre de la Soledad de Mena, una de las mejores vírgenes de nuestra Semana Santa. Las cofradías de la Misericordia y Zamarrilla se cruzaron en la Alameda y protagonizaron los ya habituales pulsos cada vez que sus titulares se encontraban a cada lado de esta arbolada vía para disfrute de los malagueños y turistas allí presentes. Por fin, la Archicofradía de la Esperanza puso en la calle a sus dos titulares, el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza Coronada, que como ya es tradición caminaron sobre una alfombra de romero cuya fragancia ya se echaba en falta. El Nazareno bendijo al pueblo tanto en la plaza de la Constitución como en la Tribuna de los Pobres ante la mirada de la indiscutible Reina de Málaga, triunfal en su trono y a la que podremos ver de nuevo el próximo 22 de junio con motivo del XXV aniversario de su coronación canónica. Tras el encierro de la corporación perchelera a eso de las seis de la mañana, turno para terminar la jornada con la procesión de la Vera Cruz en su camino hacia la Catedral para hacer estación de penitencia con su particular recogimiento.
El Viernes Santo amaneció despejado, pero todo indicaba que la noche no iba a ser tan halagüeña, como así fue. Dolores de San Juan fue la única corporación que no se vería afectada por la climatología. Como cada año, acudió al encuentro del convento de las Hermanas de la Cruz que le rezaron y cantaron a sus dos titulares; por cierto, que el Cristo de la Redención estrenó un trono de una bellísima factura. El Descendimiento partió de su tinglao del Hospital Noble, mientras que el Monte Calvario lo hizo desde el Santuario de la Victoria después de bajar al Cristo Yacente de la Paz y la Unidad desde la ermita. Las siguientes en salir fueron el Santo Traslado y el Amor, aunque en ese momento ya tenían constancia de que había peligro de lluvia cerca de la medianoche, y lo mismo hicieron la Piedad y el Sepulcro a sus respectivas horas. Fue a las diez y cuarto cuando comenzó el cruce de decisiones. El Amor, a punto de adentrarse en Carretería, decidió no seguir con el itinerario previsto para dirigirse inmediatamente a su casa hermandad, ya que las últimas noticias daban agua para la medianoche. Esta decisión fue secundada por la Piedad y el Sepulcro, que se dieron media vuelta, el Descendimiento, que nada más salir de la Catedral cortó camino para llegar cuanto antes a su tinglao, y el Monte Calvario, que se resguardó en las naves catedralicias para no verse sorprendida por la lluvia en su regreso. Justamente a las doce de la noche, comenzó a chispear y a llover, precisamente cuando el Descendimiento, el Amor y el Sepulcro se encontraban a muy pocos metros de sus respectivos encierros. La Piedad no llegó a mojarse, pero el peor parado fue el Santo Traslado, a quien la lluvia le pilló en plena Carretería, por lo que tuvieron que proteger las imágenes con plásticos y acelerar el paso para llegar al barrio de la Trinidad. Servitas, que a pesar de no estar agrupada también procesiona cada Viernes Santo, ni siquiera se planteó la posibilidad de salir a la calle.
El Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos tampoco pudieron procesionar el Domingo de Resurrección ante la amenaza de lluvia, aunque finalmente no cayó ni una sola gota en toda la mañana. En los tres últimos años, el Resucitado se ha quedado dos veces sin poder salir de San Julián, lo cual es más que atípico. Tendremos que esperar un año para ver en la calle cómo le sientan al trono del Cristo los faroles que se le han añadido, así como el nuevo exorno floral y el nuevo recorrido.
Visto lo visto, la Semana Santa ha tenido sus luces (estrenos, la procesión de la Esperanza dos años después...) y sus sombras (las cofradías que no pudieron salir o que se mojaron por la lluvia), y en mi caso mucha más sombra porque en la noche del Miércoles Santo dejó de funcionar mi cámara réflex; menos mal que unos días le pedí a un amigo una prestada por si acaso. Por esta circunstancia y por la ausencia de procesiones algunos días por las inclemencias meteorológicas, solamente estuve en la calle algo más de 67 horas, en las que pude hacer un total de 3.666 fotografías, bastantes menos de las que en mí son habituales, y luego se quedarán en menos cuando borre las que no salieron como uno quisiera. Este año estuve presente en diez salidas y dos encierros, mientras que pocos fueron los traslados a los que fui esta vez (solamente siete).
Y hasta aquí la Semana Santa de 2013. Este año tenemos varias procesiones (el aniversario de la coronación de la Esperanza, actos con motivo del Año de la Fe), pero para lo que se dice Semana Santa tendremos que esperar algo más de un año, concretamente hasta el 13 de abril de 2014. Larga será la espera, pero ojalá que merezca la pena y la próxima vez sí que podamos disfrutar de todas las cofradías en la calle y sin agua de por medio.
El Martes Santo se presentaba dudoso porque las previsiones meteorológicas anunciaban leves chubascos al atardecer, pero por suerte todo quedó en unos leves chispeos que tuvieron lugar a las siete y media de la tarde y a las dos de la madrugada. Comenzó la jornada en el barrio de la Victoria con la salida de la hermandad del Rocío, que desde hace unos años es la que inaugura cada Martes Santo tras mucho tiempo siendo la que lo cerraba. La verdad es que ahora se encierra demasiado pronto, por lo que quizás habría que plantearse que saliera en mitad de la jornada, si es que el puzzle de los itinerarios del resto de cofradías lo permite; en cualquier caso, está claro que en uno de los momentos culmen de su recorrido, la Tribuna de los Pobres, siempre va a encontrar numeroso público. Y qué decir de las Penas que no haya dicho ya. Siempre digo lo mismo, pero es que es imperdonable no ver al Santísimo Cristo de la Agonía en calle San Agustín a los sones de las marchas excepcionalmente interpretadas por la Banda de Cornetas y Tambores del Paso y la Esperanza (este año, 'Dios Padre, Dios del Amor', 'Noches de Lunes Santo', 'Regazo de Esperanza', 'Mi amor en tu corona' y 'Tus lágrimas', casi nada). Y chapó también para la Virgen y su manto de flores con el logotipo del Año de la Fe. Nueva Esperanza es conocida en el mundillo cofrade por ser la que tiene el recorrido más largo, pero me da la impresión de que cada vez va a ser más conocida por lo enteros que están sus hombres de trono durante todo el itinerario y por lo bien que mecen y bailan a sus titulares en varios puntos de éste. La Humillación y la Estrella, tras el cambio de hermano mayor, volvieron a salir del interior de la iglesia de Santo Domingo en vez de su casa hermandad, todo un acierto, aunque no se entiende que el encierro sea en ésta y no en el templo dominico; por otra parte, también hay que destacar que la cantidad de pulsos que hacían durante su recorrido procesional ha disminuido notablemente, lo cual es de agradecer porque algunos no tenían explicación alguna. El Rescate volvió a poner la nota de color del Martes Santo gracias a sus vistosos nazarenos, y también merece reseñar el esfuerzo de sus hombres de trono por las pesadas andas de sus titulares, sobre todo la del Cristo, que tiene solamente seis varales; no vendría mal que se ampliaran a ocho al igual que se ha hecho con el trono de la Virgen de Gracia, ya que sin duda sería mejor llevado. La Sentencia, cofradía de la que es hermano mayor el nuevo presidente de la Agrupación, Eduardo Pastor, fue la última que pasó por el recorrido oficial. El Cristo vistió una túnica totalmente lisa con motivo del Año de la Fe que, bajo mi punto de vista, no le va del todo, mientras que la Virgen del Rosario destacó una vez más por el buen exorno floral de su trono.
El cielo del Miércoles Santo no tenía muy buena pinta, y prueba de ello fue que las primeras cofradías salieron con varios minutos de retraso debido a las dudas acerca de si se arriesgaban o no. Salesianos lo hizo un cuarto de hora después de lo previsto desde un tinglao en los aledaños del templo de María Auxiliadora con la seriedad que les caracteriza. Por su parte, las puertas de la iglesia de San Juan se abrieron con un retraso de media hora para que se echaran a la calle los cuatro tronos de Fusionadas de esta jornada. Había especial expectación por conocer el nuevo grupo escultórico de Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna, y ciertamente gustó mucho por la teatralidad de la escena representada, lo que unido al trono también estrenado en la última Semana Santa nos depara un conjunto muy a tener en cuenta en los próximos años. La hermandad de la Paloma también se lo pensó bastante antes de echarse a la calle, y lo hizo finalmente, pero a eso de las ocho y cuarto, cuando la cruz guía ya avanzaba por el Pasillo de Santa Isabel, tuvo que dar marcha atrás debido a que empezaron a caer las primeras gotas de la noche, mientras que Salesianos aceleró un poco el paso para llegar cuanto antes a la Catedral, donde haría estación de penitencia. A las ocho y media, la lluvia apretó bastante, justamente cuando Fusionadas se encontraba al inicio de calle Larios, por lo que decidieron no completar su recorrido; las secciones de Azotes y Columna y la de la Exaltación, cuyos tronos fueron protegidos con plásticos, cortaron por calle Martínez, mientras que las de Ánimas de Ciegos y el Mayor Dolor lo hicieron por Puerta del Mar. A la cofradía del Rico le pilló el aguacero en pleno acto de la liberación del preso, es decir, en la plaza del Obispo, por lo que en cuanto terminó se dirigió a su casa hermandad por el camino más corto. Como era de esperar, tanto la Sangre como la Expiración suspendieron sus salidas procesionales ante la posibilidad de nuevos chubascos a lo largo de la noche, y de hecho llovió un poco de madrugada.
El Jueves Santo es sin duda alguna el día más esperado para la gran mayoría de los cofrades malagueños, pero este año seguro que lo era para todos, pues quién no tenía ganas de ver de nuevo en la calle a la cofradía de la Esperanza tras la ausencia de los dos últimos años. Pero vayamos por partes. La primera del día fue la Seráfica Hermandad de la Santa Cruz con su único trono, el de Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia, sola ante la cruz en la que ha muerto su hijo y que destaca muy especialmente discurriendo por calles recoletas como Arco de la Cabeza o Muro de las Catalinas. También había ganas de ver cómo habían quedado las imágenes de los titulares de la Sagrada Cena tras sus respectivas restauraciones; en mi opinión, han sido un poco bruscas, lo cual no quiere decir que el trabajo realizado haya sido malo. Con respecto al procesionar de los dos tronos, poco malo y mucho bueno se puede decir. Viñeros estrenó los faroles del trono del Nazareno, y aquí sí que voy a dar una crítica negativa, ya que pienso que son demasiado grandes para un trono tan pequeño, y además son plateados, lo cual choca demasiado con el dorado de las andas. Mena congregó a numerosísimo público en todo su itinerario gracias al acompañamiento de La Legión al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, pero es una pena que solamente se le preste atención a escuchar cantar a los legionarios y no tanto al propio Cristo, y qué decir de cómo se olvidan siempre de la Soledad de Mena, una de las mejores vírgenes de nuestra Semana Santa. Las cofradías de la Misericordia y Zamarrilla se cruzaron en la Alameda y protagonizaron los ya habituales pulsos cada vez que sus titulares se encontraban a cada lado de esta arbolada vía para disfrute de los malagueños y turistas allí presentes. Por fin, la Archicofradía de la Esperanza puso en la calle a sus dos titulares, el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza Coronada, que como ya es tradición caminaron sobre una alfombra de romero cuya fragancia ya se echaba en falta. El Nazareno bendijo al pueblo tanto en la plaza de la Constitución como en la Tribuna de los Pobres ante la mirada de la indiscutible Reina de Málaga, triunfal en su trono y a la que podremos ver de nuevo el próximo 22 de junio con motivo del XXV aniversario de su coronación canónica. Tras el encierro de la corporación perchelera a eso de las seis de la mañana, turno para terminar la jornada con la procesión de la Vera Cruz en su camino hacia la Catedral para hacer estación de penitencia con su particular recogimiento.
El Viernes Santo amaneció despejado, pero todo indicaba que la noche no iba a ser tan halagüeña, como así fue. Dolores de San Juan fue la única corporación que no se vería afectada por la climatología. Como cada año, acudió al encuentro del convento de las Hermanas de la Cruz que le rezaron y cantaron a sus dos titulares; por cierto, que el Cristo de la Redención estrenó un trono de una bellísima factura. El Descendimiento partió de su tinglao del Hospital Noble, mientras que el Monte Calvario lo hizo desde el Santuario de la Victoria después de bajar al Cristo Yacente de la Paz y la Unidad desde la ermita. Las siguientes en salir fueron el Santo Traslado y el Amor, aunque en ese momento ya tenían constancia de que había peligro de lluvia cerca de la medianoche, y lo mismo hicieron la Piedad y el Sepulcro a sus respectivas horas. Fue a las diez y cuarto cuando comenzó el cruce de decisiones. El Amor, a punto de adentrarse en Carretería, decidió no seguir con el itinerario previsto para dirigirse inmediatamente a su casa hermandad, ya que las últimas noticias daban agua para la medianoche. Esta decisión fue secundada por la Piedad y el Sepulcro, que se dieron media vuelta, el Descendimiento, que nada más salir de la Catedral cortó camino para llegar cuanto antes a su tinglao, y el Monte Calvario, que se resguardó en las naves catedralicias para no verse sorprendida por la lluvia en su regreso. Justamente a las doce de la noche, comenzó a chispear y a llover, precisamente cuando el Descendimiento, el Amor y el Sepulcro se encontraban a muy pocos metros de sus respectivos encierros. La Piedad no llegó a mojarse, pero el peor parado fue el Santo Traslado, a quien la lluvia le pilló en plena Carretería, por lo que tuvieron que proteger las imágenes con plásticos y acelerar el paso para llegar al barrio de la Trinidad. Servitas, que a pesar de no estar agrupada también procesiona cada Viernes Santo, ni siquiera se planteó la posibilidad de salir a la calle.
El Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos tampoco pudieron procesionar el Domingo de Resurrección ante la amenaza de lluvia, aunque finalmente no cayó ni una sola gota en toda la mañana. En los tres últimos años, el Resucitado se ha quedado dos veces sin poder salir de San Julián, lo cual es más que atípico. Tendremos que esperar un año para ver en la calle cómo le sientan al trono del Cristo los faroles que se le han añadido, así como el nuevo exorno floral y el nuevo recorrido.
Visto lo visto, la Semana Santa ha tenido sus luces (estrenos, la procesión de la Esperanza dos años después...) y sus sombras (las cofradías que no pudieron salir o que se mojaron por la lluvia), y en mi caso mucha más sombra porque en la noche del Miércoles Santo dejó de funcionar mi cámara réflex; menos mal que unos días le pedí a un amigo una prestada por si acaso. Por esta circunstancia y por la ausencia de procesiones algunos días por las inclemencias meteorológicas, solamente estuve en la calle algo más de 67 horas, en las que pude hacer un total de 3.666 fotografías, bastantes menos de las que en mí son habituales, y luego se quedarán en menos cuando borre las que no salieron como uno quisiera. Este año estuve presente en diez salidas y dos encierros, mientras que pocos fueron los traslados a los que fui esta vez (solamente siete).
Y hasta aquí la Semana Santa de 2013. Este año tenemos varias procesiones (el aniversario de la coronación de la Esperanza, actos con motivo del Año de la Fe), pero para lo que se dice Semana Santa tendremos que esperar algo más de un año, concretamente hasta el 13 de abril de 2014. Larga será la espera, pero ojalá que merezca la pena y la próxima vez sí que podamos disfrutar de todas las cofradías en la calle y sin agua de por medio.
Muy buen resumen (como siempre).
ResponderEliminarEstaba esperándolo, a ver como has visto tu esta Semana Santa.
Aparte de que no hayamos coincidido, lo que es lógico, debido a la multitud que acompaña las procesiones, igual puedo darte algunos datos de cosas que yo también he vivido en directo.
Por ejemplo, el Sepulcro se mojó un poquito, poquísimo, por suerte, por tener que ceder el paso al Amor, que también estaba de vuelta, y
éste, a su vez, por ceder el paso a la Piedad por el mismo motivo. Como yo ya me imaginaba que esto podía pasar, y al no poder estar en las tres salidas a la vez, opté por el Amor (de mi antiguo barrio) y el Sepulcro. Al menos vi esas dos salidas. Y de la Piedad, pude disfrutar del traslado, que fue de los que se libraron de la lluvia, y es la que tengo más cerca de mi casa.
En cuanto al Traslado, no se como se las apañan, pero siempre que llueve los pilla en mitad de camino. A este paso, va a ser la cofradía que va a salir siempre, pase lo que pase, por lo que he podido observar estos últimos años.
En cuanto al Jueves Santo, pues te digo una cosa, es un día especial, por muchas cosas. Y está claro que la Legión tiene mucha culpa de eso. A estas alturas a nadie debería extrañarle el poder de convocatoria que tiene este cuerpo, y a la vista está, después del desfile que nos ofrecieron, que no se si será impresión mía, pero cada año es mejor. Además, ya sabes que la mayoría de los hombres de trono también son legionarios. De ahí, su paso tan marcial desfilando al ritmo de los tambores de la legión.
Y en cuanto al Cautivo, pues el traslado muy emocionante como siempre, y sobre su encierro, pues aquí si tengo algo que comentarte. Como sabes, vivo al lado, y es una especie de privilegio para verlo. Pero este año ha sido distinto. La procesión llegó a la casa hermandad a las 4,30. Ahí se paró todo. La tres bandas, los tronos, los nazarenos y la gente que quedaba a su lado para disfrutar del encierro. Tras hora y media de procesión parada en calle Trinidad, yo decidí irme a dormir, porque no podía más. Los nazarenos se despojaban de sus capirotes y algunos hacían lo mismo, se alejaban del sitio, mirando hacia atrás, sin comprender nada, al igual que mucha gente, como yo, que llevábamos un buen rato esperando. Los músicos de las bandas, se sentaron en los bordillos de la acera, y los hombres de trono hicieron lo mismo, bostezando, mirando el reloj, y mirándose entre ellos sin saber que hacían allí.
Pero bueno, supongo que habrá alguna razón, igual estaban esperando que saliera el sol.
En fin, eso ya no importa.
En resumen, quitando la mala suerte de los ratos de lluvia, el resto de Semana Santa que hemos podido disfrutar a pesar de la incertidumbre ha sido muy especial, intenso, vibrante y emocionante.
Y ya falta menos para la próxima (un año pasa volando).
Ah!, y antes de que se me olvide... las fotos!!!! Que esto es gratis. Ponlas por aquí que podamos verlas!!
Un abrazo.
¡Vaya comentario!
ResponderEliminarPues es raro que no hayamos coincidido. De hecho, era raro que pasara media hora sin encontrarme con alguien, incluso un mismo día me encontré cuatro veces a la misma persona.
El Viernes Santo yo estuve tanto en la salida como en el encierro del Sepulcro, así que fíjate si podíamos haber coincidido jeje.
La Legión a mí me gusta, pero ya me cansa un poco que la gente vaya exclusivamente a verles a ellos y no realmente a las imágenes que se procesionan, pero bueno, cada uno verá lo que hace.
Yo nunca he estado en el encierro del Cautivo y creo que nunca lo veré por cosas como las que comentas. Siempre he escuchado que se hace eterno, y la verdad es que paso. Prefiero encierros como los de Expiración o Esperanza, que nunca me los pierdo.
Pues sí, quitando los momentos meteorológicos, yo he disfrutado mucho, aunque los últimos días estuve un poco desanimado por lo de la lluvia o por lo de mi cámara rota.
Como comprenderás, aquí no voy a colgar todas las fotos, primero porque es inviable y segundo porque en principio muchas de ellas se publicarán el año que viene en el libro Ruta Cofrade. Yo no tengo ningún problema en compartirlas siempre y cuando nadie se lucre de ellas, así que si quieres alguna en especial te la puedo pasar por correo.
Saludos ;)
Aquí estoy de nuevo.
ResponderEliminarSobre las fotos, te dejo a tu elección enviarme por correo las que a ti te parezcan más emotivas, o más representativas de nuestra semana santa. Si te sirve, yo sólo las utilizo para reenviar a familiares y amigos que tengo repartidos por el mundo.
Para que te hagas una idea, amigos de Venezuela, Agentina y Guatemala me han enviado a mi, fotos de la legión haciendo el traslado. Y eso, porque sabían que yo estaba allí, viéndolo en directo.
También me ha llegado un correo con banda sonora del sepulcro (la marcha fúnebre de Chopin) y la canción de los paracas, "la muerte no es el final".
Y lo mejor de todo, mis primos en Argentina me han enviado el video de Diana Navarro cantando en el traslado del Cautivo.
Y sobre los encuentros, una anécdota. Tengo unos paisanos de mi pueblo, que viven aquí mismo, al lado de mi casa, y me los he encontrado todos los días entre la multitud.
En cualquier caso, tu ya sabes donde estoy, para cuando quieras venir a tomar café y charlar de samana santa, de matemáticas, o de lo que nos parezca. Y si no, pues igual el año que viene nos encontramos todos los días varias veces en las procesiones, jajaja.
Saludos.
Con respecto a las fotos, ya ves que hay muchas, así que es mejor que me escribas un correo y me pidas algunas en concreto para no perder mucho tiempo, que no me sobra...
ResponderEliminarSi el uso que le vas a dar a las fotos es únicamente compartirlas con familiares y amigos no hay ningún problema.
Lo de vernos un día está complicado. Ya sabes que es mi primer año de profesor y eso quita mucho tiempo, más de lo que parece por mucho que la gente piense que los profesores trabajamos poco, que no es así. Será más fácil que nos encontremos en alguna procesión de este año (la de la Esperanza, la del Año de la Fe...).
Saludos ;)