Tras dos años inestables a causa de la lluvia, pudimos disfrutar de un
Lunes Santo completo y sin incidencias, aunque se echó en falta un cielo más azul y no tan nublado.
Crucifixión se sacó la espinita de las dos últimas Semanas Santas estrenando salida procesional desde su nueva casa hermandad, a muy pocos metros de la parroquia del Buen Pastor, mientras que
Gitanos volvió a poner música y baile calé en las calles malacitanas, presentando como grandes novedades el dorado del trono de Nuestro Padre Jesús de la Columna, que no se pudo estrenar el pasado año por la lluvia, y su paso por la céntrica calle Nueva, una vía que cada vez está ganando más adeptos en el mundo cofrade. Impecable como siempre estuvo
Dolores del Puente, una cofradía con un exquisito procesionar y con unas crucetas musicales muy estudiadas tanto para el Cristo del Perdón como para Nuestra Señora de los Dolores, imágenes que sin duda alguna habrán echado de menos la presencia del fallecido Jesús Castellanos, fundador y alma máter de esta corporación dominica. La procesión de la Archicofradía de la
Pasión fue otra de las gratas noticias del Lunes Santo después de que hace dos años apenas pudiera hacer estación de penitencia en la Catedral y que el pasado año simplemente no pudiera ni salir a la calle; por cierto, un tanto extraño el itinerario seguido por el cortejo a partir de la plaza de Félix Sáenz. Si por algo destaca la hermandad de
Estudiantes es por la inmensa cantidad de penitentes que saca a la calle, la que más de nuestra Semana Santa con bastante diferencia, y la gran mayoría de ellos jóvenes, como no podía ser de otra forma; si a eso le sumamos actos como el de la plaza del Obispo o que en los últimos años ha ampliado la cruceta de sus imágenes no quedándose únicamente con el 'Gaudeamus Igitur', nos resulta una procesión digna de admirar. Como colofón a la jornada, el
Cautivo, que es otra de las cofradías que intenta alejarse de las intempestivas horas a las que se encierra para ser la que abra el Lunes Santo. No parece sencillo principalmente por dos circunstancias: su lejanía del centro y las miles de promesas que van tras el Señor de Málaga. De alguna forma u otra y más tarde o más temprano, se acabará encontrando una solución, aunque todas las cofradías tendrán que poner de su parte.
El
Martes Santo se presentaba dudoso porque las previsiones meteorológicas anunciaban leves chubascos al atardecer, pero por suerte todo quedó en unos leves chispeos que tuvieron lugar a las siete y media de la tarde y a las dos de la madrugada. Comenzó la jornada en el barrio de la Victoria con la salida de la hermandad del
Rocío, que desde hace unos años es la que inaugura cada Martes Santo tras mucho tiempo siendo la que lo cerraba. La verdad es que ahora se encierra demasiado pronto, por lo que quizás habría que plantearse que saliera en mitad de la jornada, si es que el puzzle de los itinerarios del resto de cofradías lo permite; en cualquier caso, está claro que en uno de los momentos culmen de su recorrido, la Tribuna de los Pobres, siempre va a encontrar numeroso público. Y qué decir de las
Penas que no haya dicho ya. Siempre digo lo mismo, pero es que es imperdonable no ver al Santísimo Cristo de la Agonía en calle San Agustín a los sones de las marchas excepcionalmente interpretadas por la Banda de Cornetas y Tambores del Paso y la Esperanza (este año, 'Dios Padre, Dios del Amor', 'Noches de Lunes Santo', 'Regazo de Esperanza', 'Mi amor en tu corona' y 'Tus lágrimas', casi nada). Y chapó también para la Virgen y su manto de flores con el logotipo del Año de la Fe.
Nueva Esperanza es conocida en el mundillo cofrade por ser la que tiene el recorrido más largo, pero me da la impresión de que cada vez va a ser más conocida por lo enteros que están sus hombres de trono durante todo el itinerario y por lo bien que mecen y bailan a sus titulares en varios puntos de éste. La
Humillación y la Estrella, tras el cambio de hermano mayor, volvieron a salir del interior de la iglesia de Santo Domingo en vez de su casa hermandad, todo un acierto, aunque no se entiende que el encierro sea en ésta y no en el templo dominico; por otra parte, también hay que destacar que la cantidad de pulsos que hacían durante su recorrido procesional ha disminuido notablemente, lo cual es de agradecer porque algunos no tenían explicación alguna. El
Rescate volvió a poner la nota de color del Martes Santo gracias a sus vistosos nazarenos, y también merece reseñar el esfuerzo de sus hombres de trono por las pesadas andas de sus titulares, sobre todo la del Cristo, que tiene solamente seis varales; no vendría mal que se ampliaran a ocho al igual que se ha hecho con el trono de la Virgen de Gracia, ya que sin duda sería mejor llevado. La
Sentencia, cofradía de la que es hermano mayor el nuevo presidente de la Agrupación, Eduardo Pastor, fue la última que pasó por el recorrido oficial. El Cristo vistió una túnica totalmente lisa con motivo del Año de la Fe que, bajo mi punto de vista, no le va del todo, mientras que la Virgen del Rosario destacó una vez más por el buen exorno floral de su trono.
El cielo del
Miércoles Santo no tenía muy buena pinta, y prueba de ello fue que las primeras cofradías salieron con varios minutos de retraso debido a las dudas acerca de si se arriesgaban o no.
Salesianos lo hizo un cuarto de hora después de lo previsto desde un tinglao en los aledaños del templo de María Auxiliadora con la seriedad que les caracteriza. Por su parte, las puertas de la iglesia de San Juan se abrieron con un retraso de media hora para que se echaran a la calle los cuatro tronos de
Fusionadas de esta jornada. Había especial expectación por conocer el nuevo grupo escultórico de Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna, y ciertamente gustó mucho por la teatralidad de la escena representada, lo que unido al trono también estrenado en la última Semana Santa nos depara un conjunto muy a tener en cuenta en los próximos años. La hermandad de la
Paloma también se lo pensó bastante antes de echarse a la calle, y lo hizo finalmente, pero
a eso de las ocho y cuarto, cuando la cruz guía ya avanzaba por el Pasillo de Santa Isabel,
tuvo que dar marcha atrás debido a que empezaron a caer las primeras gotas de la noche, mientras que
Salesianos aceleró un poco el paso para llegar cuanto antes a la Catedral, donde haría estación de penitencia.
A las ocho y media, la lluvia apretó bastante, justamente cuando
Fusionadas se encontraba al inicio de calle Larios, por lo que decidieron no completar su recorrido;
las secciones de Azotes y Columna y la de la Exaltación, cuyos tronos fueron protegidos con plásticos,
cortaron por calle Martínez, mientras que las de Ánimas de Ciegos y el Mayor Dolor lo hicieron por Puerta del Mar. A la cofradía del
Rico le pilló el aguacero en pleno acto de la liberación del preso, es decir, en la plaza del Obispo, por lo que en cuanto terminó
se dirigió a su casa hermandad por el camino más corto. Como era de esperar,
tanto la Sangre como la Expiración suspendieron sus salidas procesionales ante la posibilidad de nuevos chubascos a lo largo de la noche, y de hecho llovió un poco de madrugada.
El
Jueves Santo es sin duda alguna el día más esperado para la gran mayoría de los cofrades malagueños, pero este año seguro que lo era para todos, pues quién no tenía ganas de ver de nuevo en la calle a la cofradía de la Esperanza tras la ausencia de los dos últimos años. Pero vayamos por partes. La primera del día fue la Seráfica Hermandad de la
Santa Cruz con su único trono, el de Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia, sola ante la cruz en la que ha muerto su hijo y que destaca muy especialmente discurriendo por calles recoletas como Arco de la Cabeza o Muro de las Catalinas. También había ganas de ver cómo habían quedado las imágenes de los titulares de la
Sagrada Cena tras sus respectivas restauraciones; en mi opinión, han sido un poco bruscas, lo cual no quiere decir que el trabajo realizado haya sido malo. Con respecto al procesionar de los dos tronos, poco malo y mucho bueno se puede decir.
Viñeros estrenó los faroles del trono del Nazareno, y aquí sí que voy a dar una crítica negativa, ya que pienso que son demasiado grandes para un trono tan pequeño, y además son plateados, lo cual choca demasiado con el dorado de las andas.
Mena congregó a numerosísimo público en todo su itinerario gracias al acompañamiento de La Legión al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, pero es una pena que solamente se le preste atención a escuchar cantar a los legionarios y no tanto al propio Cristo, y qué decir de cómo se olvidan siempre de la Soledad de Mena, una de las mejores vírgenes de nuestra Semana Santa. Las cofradías de la
Misericordia y
Zamarrilla se cruzaron en la Alameda y protagonizaron los ya habituales pulsos cada vez que sus titulares se encontraban a cada lado de esta arbolada vía para disfrute de los malagueños y turistas allí presentes. Por fin, la Archicofradía de la
Esperanza puso en la calle a sus dos titulares, el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza Coronada, que como ya es tradición caminaron sobre una alfombra de romero cuya fragancia ya se echaba en falta. El Nazareno bendijo al pueblo tanto en la plaza de la Constitución como en la Tribuna de los Pobres ante la mirada de la indiscutible Reina de Málaga, triunfal en su trono y a la que podremos ver de nuevo el próximo 22 de junio con motivo del XXV aniversario de su coronación canónica. Tras el encierro de la corporación perchelera a eso de las seis de la mañana, turno para terminar la jornada con la procesión de la
Vera Cruz en su camino hacia la Catedral para hacer estación de penitencia con su particular recogimiento.
El
Viernes Santo amaneció despejado, pero todo indicaba que la noche no iba a ser tan halagüeña, como así fue.
Dolores de San Juan fue la única corporación que no se vería afectada por la climatología. Como cada año, acudió al encuentro del convento de las Hermanas de la Cruz que le rezaron y cantaron a sus dos titulares; por cierto, que el Cristo de la Redención estrenó un trono de una bellísima factura. El
Descendimiento partió de su tinglao del Hospital Noble, mientras que el
Monte Calvario lo hizo desde el Santuario de la Victoria después de bajar al Cristo Yacente de la Paz y la Unidad desde la ermita. Las siguientes en salir fueron el
Santo Traslado y el
Amor, aunque en ese momento ya tenían constancia de que había peligro de lluvia cerca de la medianoche, y lo mismo hicieron la
Piedad y el
Sepulcro a sus respectivas horas. Fue
a las diez y cuarto cuando comenzó el cruce de decisiones. El
Amor, a punto de adentrarse en Carretería,
decidió no seguir con el itinerario previsto para dirigirse inmediatamente a su casa hermandad, ya que las últimas noticias daban agua para la medianoche. Esta decisión fue secundada por
la Piedad y el Sepulcro, que
se dieron media vuelta, el
Descendimiento, que nada más salir de la Catedral
cortó camino para llegar cuanto antes a su tinglao, y el
Monte Calvario, que
se resguardó en las naves catedralicias para no verse sorprendida por la lluvia en su regreso. Justamente
a las doce de la noche, comenzó a chispear y a llover, precisamente cuando el Descendimiento, el Amor y el Sepulcro se encontraban a muy pocos metros de sus respectivos encierros. La Piedad no llegó a mojarse, pero
el peor parado fue el Santo Traslado, a quien la lluvia le pilló en plena Carretería, por lo que tuvieron que proteger las imágenes con plásticos y acelerar el paso para llegar al barrio de la Trinidad.
Servitas, que a pesar de no estar agrupada también procesiona cada Viernes Santo,
ni siquiera se planteó la posibilidad de salir a la calle.
El Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos tampoco pudieron procesionar el Domingo de Resurrección ante la amenaza de lluvia, aunque finalmente no cayó ni una sola gota en toda la mañana. En los tres últimos años, el Resucitado se ha quedado dos veces sin poder salir de San Julián, lo cual es más que atípico. Tendremos que esperar un año para ver en la calle cómo le sientan al trono del Cristo los faroles que se le han añadido, así como el nuevo exorno floral y el nuevo recorrido.
Visto lo visto, la Semana Santa ha tenido sus luces (estrenos, la procesión de la Esperanza dos años después...) y sus sombras (las cofradías que no pudieron salir o que se mojaron por la lluvia), y en mi caso mucha más sombra porque
en la noche del Miércoles Santo dejó de funcionar mi cámara réflex; menos mal que unos días le pedí a un amigo una prestada por si acaso. Por esta circunstancia y por la ausencia de procesiones algunos días por las inclemencias meteorológicas, solamente
estuve en la calle algo más de 67 horas, en las que
pude hacer un total de 3.666 fotografías, bastantes menos de las que en mí son habituales, y luego se quedarán en menos cuando borre las que no salieron como uno quisiera. Este año
estuve presente en diez salidas y dos encierros, mientras que
pocos fueron los traslados a los que fui esta vez (
solamente siete).
Y hasta aquí la Semana Santa de 2013. Este año tenemos varias procesiones (el aniversario de la coronación de la Esperanza, actos con motivo del Año de la Fe), pero para lo que se dice Semana Santa
tendremos que esperar algo más de un año, concretamente hasta el 13 de abril de 2014. Larga será la espera, pero ojalá que merezca la pena y la próxima vez sí que podamos disfrutar de todas las cofradías en la calle y sin agua de por medio.