Por suerte, ya ha terminado la Semana Santa de 2011. Cualquiera que escuche estas palabras de mi boca diría que me he vuelto loco, pero no es el caso. Ha sido una Semana Santa tan mala que antes de que llegásemos al ecuador ya quería que acabase. Ni los más viejos del lugar recuerdan una situación como la vivida este año, pues todos los días, a excepción del Domingo de Ramos, se han visto afectados por la indeseable lluvia, que ha provocado que numerosas cofradías hayan tenido que quedarse sin salir, además de otras que han reducido su itinerario habitual o que simplemente se han vuelto a las primeras de cambio. La foto superior resume a la perfección la que ha sido la tónica habitual de una Semana Santa que todos deseamos dejar en el olvido cuanto antes para centrarnos desde ya en la del año que viene.
El Domingo de Ramos amaneció soleado, como mandan los cánones. A las diez en punto de la mañana, se abrieron las puertas de la casa hermandad de la Pollinica en calle Parras para que salieran de su interior los tronos de Nuestro Padre Jesús a Su Entrada en Jerusalén y de María Santísima del Amparo, quienes estuvieron acompañados por los numerosos niños que pertenecen a esta cofradía. María Santísima de Lágrimas y Favores estrenó su nuevo manto, una auténtica maravilla del bordado para la Niña de San Juan que tanto adora su mayordomo de trono más conocido, Antonio Banderas, pregonero de esta Semana Santa. La archicofradía del Huerto volvió a inaugurar la tarde de esta jornada en lo que respecta al paso por el recorrido oficial, perdiendo parte del protagonismo de antaño, cuando era de las últimas en incorporarse a la Alameda Principal. El Dulce Nombre brilló de nuevo en calle Echegaray, gracias sobre todo a la acertada cruceta musical elegida para esta céntrica vía, con 'Reo de muerte' para el Cristo y 'Virgen del Amor Doloroso' y 'Caridad del Guadalquivir' para la Virgen. Salutación protagonizó una de las escenas más emotivas del día, pues su trono se introdujo en la Iglesia de San Juan para saludar al cortejo de Lágrimas y Favores, que se había encerrado pocos minutos antes. La hermandad de la Salud destacó a su paso por la Plaza del Obispo y en la curva para enfilar calle Strachan tras haber hecho estación de penitencia en el interior de la Catedral. Los dos tronos del Prendimiento subieron la empinada cuesta de calle Carrión de un solo tirón, pero, en vez de hacerlo de golpe como el pasado año, lo hicieron al compás de varias marchas enlazadas, lo cual otorgó más belleza al momento. Por último, Humildad cerró la jornada dominical al filo de las tres de la madrugada, y puede que por última vez, pues a partir del año que viene está previsto que sea de las primeras en pasar por el recorrido oficial.
El Lunes Santo empezaron las complicaciones. Crucifixión inició su cortejo a las cuatro menos veinte de la tarde y, apenas dos minutos después de salir el crucificado, empezó a chispear de forma constante hasta pasadas las cinco, aunque eso no impidió que la Virgen también saliera a continuación, pero por precaución se dirigieron a la Catedral antes de tiempo para hacer estación de penitencia. Ante tal panorama, Gitanos retrasó un cuarto de hora su salida y Pasión hizo lo propio, pero por cuarenta y cinco minutos. A las seis y media, cayó un chaparrón bastante considerable cuando Gitanos se encontraba por Carretería (tuvieron que tapar con un plástico al Cristo y el manto de la Virgen), Pasión a pocos metros de la Catedral, y Crucifixión por calle Strachan. Esta última decidió regresar a su tinglao por calle Larios y suprimiendo su paso por la Alameda, mientras que Gitanos completó su itinerario previsto y Pasión retornó a la Iglesia de los Mártires tras acudir a la Catedral. La hermandad de los Estudiantes retrasó una hora su salida, además de tirar por un recorrido alternativo para llegar lo antes posible al recorrido oficial; por otra parte, en la rotonda del Marqués de Larios se rompió la pletina de una de las barras de palio del trono de la Virgen, motivo que, unido a las gotas que empezaron a caer cuando el Cristo ya estaba en Molina Lario, obligó a la hermandad a suspender el tradicional acto de la Plaza del Obispo. Las otras dos cofradías del Lunes Santo, Dolores del Puente y Cautivo, decidieron suspender sus salidas procesionales, algo insólito para la primera de ellas, pues siempre había recorrido las calles de Málaga desde que ingresase en la Agrupación en el año 1987.
El Martes Santo también amaneció nublado y con previsiones de algunos chubascos. A pesar de la amenaza de lluvia, el Rocío salió a las tres y media desde su casa hermandad, al igual que Nueva Esperanza, quince minutos más tarde, en el barrio de Nueva Málaga. A las cinco, un pequeño chirimiri metió el miedo en el cuerpo de los cofrades, pero la hermandad de las Penas, que era la siguiente en echarse a la calle, lo hizo quince minutos después. Cuando el trono del Santísimo Cristo de la Agonía estaba ya a punto de girar para calle Compañía, empezó a caer una lluvia muy fina pero que se prolongó cerca de media hora, por lo que el cortejo regresó al Oratorio de Pozos Dulces a la espera de novedades meteorológicas. Nueva Esperanza, que se encontraba a la altura de la Ermita de Zamarrilla, tomó la difícil decisión de deshacer el camino recorrido, mientras que el Rocío siguió adelante. Humillación, Rescate y Sentencia salieron desde sus respectivas casas hermandad a sus horas previstas, ya que los partes meteorológicos anunciaban una tregua que no pondría en peligro el resto de la jornada del Martes Santo, pero las Penas sí tuvo que suspender definitivamente su salida debido a que su retraso afectaría al resto de cofradías. Nuestro Padre Jesús de la Humillación y Perdón se lució a su paso por la Tribuna de los Pobres, pues sus hombros de trono le dieron varios arreones al compás de la 'Malagueña' y lo subieron a pulso varias veces, mientras que María Santísima de la Estrella se puso de frente a la popular escalinata. El Rescate completó su recorrido procesional tras no poder haberlo hecho la pasada Semana Santa por culpa de la rotura de las barras de palio del trono de la Virgen de Gracia, que por fin mostró a Málaga su excepcional palio de estilo gótico. Por último, la cofradía de la Sentencia protagonizó un encierro en el que los tronos de sus dos titulares se pusieron frente a frente para saludarse con varios pulsos entre el clamor de los allí presentes.
El Miércoles Santo se presumía aún peor que las dos jornadas anteriores. Salesianos, que salía a las cuatro y cuarto de la tarde, decidió ponerse en la calle pero para dirigirse únicamente a la Catedral para hacer estación de penitencia descartando su paso por el recorrido oficial. Fusionadas era la siguiente que tenía que tomar una decisión sobre su salida procesional, la más extensa de la Semana Santa con sus cuatro tronos, y finalmente anunció que no iban a arriesgar su patrimonio debido a que esperaban lluvias al filo de la medianoche, cuando su cortejo todavía estaría en la calle. Poco más tarde, Paloma y Sangre suspendían también sus respectivas procesiones, pero la cofradía del Rico sí decidió salir a su correspondiente hora, las siete de la tarde. Pasadas las ocho y media, dio comienzo en la Plaza del Obispo el acto de la liberación del preso por parte de Nuestro Padre Jesús titulado 'El Rico', que bendijo al penado en presencia de María Santísima del Amor. Finalizado el acto, el hermano mayor de la cofradía mandó continuar con el itinerario previsto, pero los mayordomos y los capataces de los dos tronos se amotinaron porque consideraban que era una locura teniendo en cuenta que estaba nublado y que podía llover en cualquier momento, por lo que finalmente volvieron a su casa hermandad por el camino más corto, es decir, por Postigo de los Abades y Alcazabilla. Poco antes de las once de la noche, chispeó un poco, precisamente cuando la cofradía estaba a punto de encerrarse y cuando la de la Expiración anunció oficialmente que tampoco iba a procesionar a sus dos titulares, algo que ya estaba más que cantado.
El
Jueves Santo, el día más esperado por todos los cofrades, también comenzó mal desde primera hora, pues la hermandad de la
Santa Cruz anunció que retrasaba su hora de salida hasta la seis de la tarde,
hora en la que partiría hacia la Catedral para hacer estación de penitencia y volver a la Iglesia de San Felipe Neri sin pasar por el recorrido oficial.
La cofradía de la Cena tenía prevista su salida a las cinco de la tarde,
pero el frente nuboso que se acercaba poco a poco a la capital les hizo esperar inicialmente para descartarla por completo a las cinco y media, c
uando empezó a caer una tromba de agua que duró una hora; por el mismo motivo,
la hermandad de Viñeros decidió anular su procesión,
y también Santa Cruz, que canceló su visita al primer templo de la ciudad. A las siete, el cielo empezó a abrirse un poco, dejando ver algún que otro claro, pero los partes meteorológicos anunciaban fuertes precipitaciones a partir de la medianoche. Ante este panorama,
Misericordia,
Zamarrilla y Esperanza suspendieron sus respectivas salidas procesionales, pero la Congregación de
Mena decidió arriesgarse y se puso en la calle con el objetivo de completar su itinerario en sólo cuatro horas, por lo que se vieron obligados a acelerar el paso desde el comienzo para conseguir dicha proeza; a pesar de todo, les cayó una pequeña lluvia ya de regreso por Carretería.
El
Viernes Santo, día que históricamente siempre ha estado muy afectado por la lluvia, no fue menos este año, pues
a partir de las cinco de la tarde empezaron a caer unas gotas que llevaron al hermano mayor del Descendimiento a anular su salida procesional,
misma noticia que se dio a conocer minutos más tarde en la Iglesia de San Juan por parte de la archicofradía de Dolores de San Juan. La cofradía del
Monte Calvario decidió inicialmente retrasar su salida hasta las seis y media para hacer estación de penitencia en la Catedral,
pero a dicha hora seguía lloviendo tímidamente, por lo que también cancelaron su procesión.
La última hermandad que decidió no echarse a la calle fue la del Amor, pues a partir de las tres de la noche existía una pequeña probabilidad de lluvia que les pillaría finalizando su largo recorrido de vuelta hasta su casa hermandad de la calle Fernando El Católico.
Únicamente se pudo disfrutar de los desfiles procesionales del Santo Traslado,
Piedad,
Sepulcro y Servitas. La hermandad trinitaria estrenó el grupo escultórico que acompaña al titular cristífero, un estreno que tuvo sus críticas y alabanzas, pues ahora, aunque mejora la calidad del misterio anterior, el Cristo está más oculto con la incorporación de las tres Marías. La Piedad conmovió al público con su triste escena acompañada en varios momentos por las notas del 'Mater Mea', mientras que el Sepulcro hizo el silencio por las calles por las que avanzaba su catafalco al compás de la 'Marcha fúnebre' de Chopin. Por último, Servitas se sumergió en la oscuridad para resaltar a su titular vestida de luto en medio de los rezos de la Corona Dolorosa.
Tras una semana desastrosa, nos quedaba únicamente disfrutar del
Domingo de Resurrección, pero es que
ni siquiera pudieron procesionar el Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos, puesto que, ante el peligro de que hubiera algún chubasco a lo largo de la mañana, los hermanos mayores de todas las cofradías decidieron por unanimidad que los titulares oficiales de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga se quedasen resguardados en la Iglesia de San Julián; así pues, los cofrades tuvimos que conformarnos con ver las imágenes en su templo. Hacía veinte años que el Resucitado no ponía el punto y final a la Semana Santa.
Quién nos iba a decir cuando a principios de enero
se presentó el excepcional cartel anunciador de la Semana Santa de Málaga del año 2011, obra del pintor Pepe Palma,
y cuando el pasado 9 de abril
Antonio Banderas nos regaló un pregón que pasará a la historia,
que la Semana Santa de este año iba a ser tan maltratada por la lluvia. No se conoce ningún año en el que seis de los siete días de la Semana Mayor se hayan visto afectados por el agua caída del cielo, que 17 cofradías y 36 tronos se hayan quedado sin salir, que 3 tronos hayan tenido que dar media vuelta, que 6 cofradías hayan tenido que recortar su recorrido, que... En fin, que ha sido una Semana Santa que será recordada como una de las peores de la historia, si no ha sido la peor.
Como dije al principio, yo ya estaba deseando que terminase esta Semana Santa casi desde el principio, pero la procesión va por dentro y un servidor ha intentado mantener el tipo para disfrutar lo poco que se ha podido disfrutar. A pesar del mal tiempo, de las lluvias y de algún que otro remojón,
he estado 69 horas en la calle viendo procesiones o visitando cofradías en sus iglesias,
tinglaos o casas hermandad,
y haciendo 5.981 fotografías (serán bastantes menos cuando elimine las que han salido mal). Este año,
he estado presente en siete salidas y en cinco encierros,
mientras que en los días previos estuve en diecisiete traslados.
Este año, tenía pensado acudir por fin a la Semana Santa de Jerez de la Frontera, al menos un par de días, pero la enfermedad de mi padre lo ha impedido.
Esperemos que el año que viene todo vuelva a la normalidad y que el tiempo sí nos respete durante la Semana Santa,
que en 2012 dará comienzo el 1 de abril.