A la vuelta del viaje a Valencia, me leí dos libros con las matemáticas como tema principal. El primero de ellos fue 'El tío Petros y la conjetura de Goldbach', del escritor griego, aunque nacido en Australia, Apóstolos Doxiadis.
Petros Papachristos es un anciano que vive retirado de la vida social y familiar que pasa el tiempo jugando al ajedrez. Tras una reunión familiar en su casa, su sobrino descubre que su tío, a pesar de ser considerado la oveja negra de la familia por su padre, fue un gran matemático, además de profesor en países como Alemania o Inglaterra. Esto despierta gran interés en el joven y decide hacerse matemático, pero su tío no lo ve con buenos ojos. Por eso, Petros le propone un problema que deberá resolver durante el verano: si halla la solución, le dejará estudiar Matemáticas, pero si no lo consigue, tendrá que prometerle que no se dedicará a lo mismo que hizo él. Al no dar con la solución, el sobrino de Petros tiene que conformarse con matricularse en Económicas. Un día, su compañero de piso le descubre que el problema que le propuso su tío es en realidad la conjetura de Goldbach, la cual lleva más de dos siglos y medio sin poder ser demostrada. En ese momento, el sobrino de Petros estalla en cólera y decide romper la promesa que hizo.
Sin duda alguna, éste es el mejor de los cuatro libros que me leído este verano. Muchos podrían pensar que un libro relacionado con las matemáticas tiene que ser un tostón, o que está lleno de fórmulas. Para nada. En 'El tío Petros y la conjetura de Goldbach', el autor consigue una narración ágil y entretenida, y los pocos contenidos puramente matemáticos son explicados tan clara y detalladamente que cualquiera puede entenderlos. En la trama, también aparecen varias personalidades matemáticas, como Turing o Gödel, que intervienen en la historia del tío Petros. Además, el libro no es muy largo en cuanto al número de páginas; cuando no te das cuenta, resulta que ya te lo has terminado y piensas: ¿por qué es tan corto? En fin, que tenéis que leeros el libro, sobre todo si os gustan las matemáticas.
Petros Papachristos es un anciano que vive retirado de la vida social y familiar que pasa el tiempo jugando al ajedrez. Tras una reunión familiar en su casa, su sobrino descubre que su tío, a pesar de ser considerado la oveja negra de la familia por su padre, fue un gran matemático, además de profesor en países como Alemania o Inglaterra. Esto despierta gran interés en el joven y decide hacerse matemático, pero su tío no lo ve con buenos ojos. Por eso, Petros le propone un problema que deberá resolver durante el verano: si halla la solución, le dejará estudiar Matemáticas, pero si no lo consigue, tendrá que prometerle que no se dedicará a lo mismo que hizo él. Al no dar con la solución, el sobrino de Petros tiene que conformarse con matricularse en Económicas. Un día, su compañero de piso le descubre que el problema que le propuso su tío es en realidad la conjetura de Goldbach, la cual lleva más de dos siglos y medio sin poder ser demostrada. En ese momento, el sobrino de Petros estalla en cólera y decide romper la promesa que hizo.
Sin duda alguna, éste es el mejor de los cuatro libros que me leído este verano. Muchos podrían pensar que un libro relacionado con las matemáticas tiene que ser un tostón, o que está lleno de fórmulas. Para nada. En 'El tío Petros y la conjetura de Goldbach', el autor consigue una narración ágil y entretenida, y los pocos contenidos puramente matemáticos son explicados tan clara y detalladamente que cualquiera puede entenderlos. En la trama, también aparecen varias personalidades matemáticas, como Turing o Gödel, que intervienen en la historia del tío Petros. Además, el libro no es muy largo en cuanto al número de páginas; cuando no te das cuenta, resulta que ya te lo has terminado y piensas: ¿por qué es tan corto? En fin, que tenéis que leeros el libro, sobre todo si os gustan las matemáticas.
1 comentario:
Como te prometí, comento.
Es un magnífico libro que leí hace tiempo... incluso jugueteé en una hoja, haciendo los dibujos de los guisantes..
Un saludo.
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