sábado, 30 de mayo de 2020

Tragarse un sapo

Me considero una persona que nunca se cansa de aprender. Hay quien cree que todo se aprende en el colegio, en el instituto y en la universidad, y que después ya solamente toca trabajar y aplicar lo aprendido, pero esto es absolutamente falso. Es cierto que se aprende mucho en esos primeros años de nuestra vida que nos pasamos rodeados de libros y apuntes, aunque también lo es que nunca se deja de aprender, pues ya lo dice el refrán, y es que a la cama no te irás sin saber una cosa más. Raro es el día que yo no aprendo algo nuevo, a veces más, a veces menos y casi nunca nada, y resulta que hace unos días aprendí una expresión que había escuchado en muy pocas ocasiones, pero que por desgracia he tenido que escuchar o leer casi cada día en las últimas semanas.
Como todos sabréis, la pandemia del coronavirus ha paralizado el mundo y ha cambiado nuestra forma de vivir, y en el ámbito educativo ha provocado la suspensión de las clases presenciales, de tal manera que profesores y alumnos nos hemos visto obligados a continuar con el curso académico desde nuestras casas. Lo que inicialmente iba a ser una interrupción de dos semanas se va a convertir en más de tres meses de clases a distancia, y claro, tarde o temprano había que hacer exámenes. Dejar que un alumno de entre 12 y 16 años haga un examen de Matemáticas en casa, sin la vigilancia del profesor, con la compañía de padres y hermanos, y con el móvil a mano es como pedirle a Homer Simpson que te haga un huevo frito. Eso no puede salir bien, y no salió. Fue corregir el primero que hice en cada uno de mis grupos (dos de 1º ESO y dos de 4º ESO) y comprobar que muchos alumnos habían hecho trampas, y de muy diversas formas. No voy a especificar cuáles, pero os las podéis imaginar.
Se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Una de ellas era anular esos exámenes, lo cual implicaba perjudicar a aquellos alumnos que sí habían actuado con honradez y habían hecho su examen legalmente, sin recurrir a artimañas, como si yo hubiese estado delante; otra de las cosas que pensé hacer era suspender a aquellos alumnos de los que sospechaba que me habían engañado, pero corría el peligro de equivocarme con mis suposiciones. En resumen, tenía que elegir entre meter en la cárcel a presuntos inocentes o conceder la libertad a presuntos culpables. ¿Qué es más justo? Yo no lo sé, tan grave me parece una cosa como la otra, pero al final me decanté por lo segundo, es decir, me tuve que tragar muchos sapos.
Esta expresión fue la que aprendí hace unas semanas, "tragarse un sapo", no tener más remedio que aceptar un hecho que me fastidia bastante y que me genera mucha rabia, en este caso por la injusticia que supone que varios alumnos se hayan beneficiado de haber hecho un examen en sus casas, y que además esto haya sido posible 'gracias' al confinamiento al que todos nos hemos visto abocados por esta pandemia que está acabando con miles de vidas. Sinceramente, me cuesta encontrar calificativos para describir a estos alumnos que cobardemente han cometido este fraude en las circunstancias que nos está tocando vivir, pues en condiciones normales no habrían sido capaces, y tampoco se han atrevido a dar la cara cuando les rogué que por favor me reconocieran en privado que, en efecto, habían hecho su examen ilegalmente. Deleznable, rastrero o ruin podrían ser adjetivos aplicables a estos alumnos, pero incluso se me antojan insuficientes.
No voy a compartir evidencias gráficas de los exámenes de mis alumnos, pero sí que os voy a detallar algunos datos concluyentes, tanto a nivel global como a nivel particular, que prueban que esos exámenes no se hicieron de manera legal, o al menos eso creo, por eso me gustaría conocer vuestra opinión acerca de si mis sospechas están bien fundadas o no. Obviamente, voy a respetar la privacidad de mis alumnos (usaré nombres inventados, y en algunos casos el género del nombre no coincidirá con el real), de los cuales, a la hora de hacer recuentos y estadísticas grupales, solamente he tenido en cuenta a los que hicieron el examen a distancia, de Álgebra en el caso de 1º ESO (52 alumnos) y un trimestral de tres temas (curiosamente, también del bloque de Álgebra) en 4º ESO (44 alumnos), es decir, exámenes a priori complejos en los respectivos cursos. Quede por delante que debe prevalecer la presunción de inocencia de los alumnos, pues podría darse el caso de que alguno de los casos que voy a describir no se corresponda realmente con un alumno tramposo, y que mi intención no es la de señalar a nadie en concreto, sino demostrar que es innegable que he sido engañado por muchos de mis alumnos.
A nivel global me he encontrado con lo siguiente:
  • La nota media de los 14 alumnos de 1º ESO (el 26'92 %) que sospecho que hicieron trampas en el examen a distancia ha sido de 7'54, mientras que la nota media de estos mismos alumnos en el último examen realizado en el aula (del tema de Proporcionalidad y porcentajes) fue de 4'1.
  • Para 11 alumnos de 1º ESO (el 21'15 %), este examen a distancia ha sido en el que mejor nota han sacado de entre todos los exámenes realizados durante el curso, cuando en promedio tendrían que haber sido solamente 7-8 alumnos, incluso menos por la dificultad de la unidad didáctica y por haberse trabajado la mitad de dicha unidad desde casa.
  • 8 alumnos de 1º ESO (el 15'38 %) han obtenido en este examen a distancia al menos 2'5 puntos más que la media de los exámenes realizados con anterioridad, lo cual es sorprendente teniendo en cuenta la dificultad del álgebra para los alumnos de este nivel y que estos 8 alumnos habían suspendido al menos uno de los dos primeros trimestres.
  • 10 alumnos de 1º ESO (el 19'23 %) han obtenido en este examen a distancia al menos 2'5 puntos más que en el último examen realizado en el aula, lo cual también choca comparando la complejidad de los contenidos de dichos temas.
  • La nota media de los 21 alumnos de 4º ESO (el 47'73 %) que sospecho que hicieron trampas en el examen a distancia ha sido de 7'82, mientras que la nota media de estos mismos alumnos en el último examen realizado en el aula (del tema de Ecuaciones y sistemas de ecuaciones) fue de 4'71.
  • La nota media de todos los alumnos de 4º ESO en el examen a distancia ha sido de 7'17, mientras que la nota media de todos los exámenes realizados anteriormente por todos estos alumnos fue de 5'49.
  • Para 20 alumnos de 4º ESO (el 45'45 %), este examen a distancia ha sido en el que mejor nota han sacado de entre todos los exámenes realizados durante el curso, cuando en promedio tendrían que haber sido solamente 7-8 alumnos, incluso menos por haber sido un trimestral en vez de un examen de un solo tema.
  • 38 alumnos de 4º ESO (86'36 %) han obtenido en este examen a distancia una nota por encima de la media de todos los exámenes que habían realizado en el aula, cuando estadísticamente ese porcentaje debería rondar el 50 %, incluso menos teniendo en cuenta que se trataba de un trimestral.
  • 12 alumnos de 4º ESO (el 27'27 %) han obtenido en este examen a distancia al menos 2'5 puntos más que la media de los exámenes realizados con anterioridad, lo cual es sorprendente en el caso de un trimestral, y hay quien hasta ha mejorado en más de 6 puntos.
  • 12 alumnos de 4º ESO (el 27'27 %, no todos precisamente los mismos del caso anterior) han obtenido en este examen a distancia al menos 2'5 puntos más que en el último examen realizado en el aula, lo que no cuadra sabiendo que en el trimestral caían tres temas y el anterior era de solamente una unidad didáctica, y hay quien ha mejorado en más de 7 puntos.
Veamos ahora algunos casos particulares de alumnos sospechosos:
  • Ceferino es un alumno de 1º ESO que en el examen de Álgebra que hizo a distancia se ha quedado cerca del 8, y eso que no había entregado ninguna de las tareas de dicha unidad didáctica. Durante el curso ha destacado por su mal comportamiento, solamente hizo las tareas una vez a lo largo del segundo trimestre y suspendió los seis exámenes realizados de forma presencial, pero, a pesar de todo ello, ha sido capaz de sacar en el examen a distancia 2'7 puntos más que la suma de las notas obtenidas en los tres exámenes anteriores.
  • Nicolasa es una alumna de 1º ESO que ha ido empeorando conforme avanzaba el curso tanto a nivel de actitud como a nivel académico, de hecho su mejor examen fue el primero del curso, en el que no llegó al 4, y en los tres últimos sacó menos de 0'5; por otra parte, durante el confinamiento no ha entregado ni una sola de las tareas que le he pedido, supuestamente por problemas con la conexión a Internet. A pesar de todo esto, el día del examen de Álgebra sí que pudo acceder a la plataforma y sacar más de un 7, concretamente 36 veces la nota del examen anterior, y casi 2 puntos más que la suma de las notas de los cinco exámenes anteriores.
  • Norberta, de 1º ESO, es la típica alumna irregular en su trabajo diario, tal y como reflejan sus exámenes, todos ellos con notas comprendidas entre el 3 y el 6 y habiendo suspendido la mitad de los exámenes con menos de un 4. Ahora bien, en el examen a distancia ha sido capaz de obtener más de un 9, siendo la cuarta mejor nota de su grupo e incluso doblando su nota media de los seis exámenes realizados de forma presencial.
  • Renato, que también cursa 1º ESO, es ese alumno que muestra interés pero al que le cuesta horrores entender cualquier concepto matemático, y todavía más aplicarlo correctamente. Ha suspendido todos los exámenes del curso, a excepción de uno que consiguió aprobar con un 5 raspado. No sabe ni sumar dos fracciones con distinto denominador ni calcular un porcentaje, pero eso no importa, ya que es capaz de operar con monomios, resolver ejercicios y problemas de ecuaciones de primer grado y conseguir casi un 8 en el examen de Álgebra hecho en su casa, más nota que las de los dos mejores alumnos de su grupo, cuyas medias de exámenes realizados presencialmente son de 9'48 y 9'7.
  • Brunilda es una alumna de 4º ESO que ha suspendido los cinco exámenes realizados en el instituto, casi todos ellos con notas por debajo del 3. Ahora bien, es capaz de aprobar con cierta holgura un trimestral de tres temas realizado a distancia, en concreto con una nota superior a la suma de las notas de los tres últimos exámenes y que es 2'5 veces superior a su media del curso.
  • Gumersindo, de 4º ESO, es un alumno que ha ido cuesta abajo conforme ha ido avanzando el curso, pues en clase ha estado bastante pasivo, sin trabajar y sin hacer las tareas con regularidad, etc. Ha suspendido todos los exámenes con notas inferiores a 2, excepto uno que estuvo cerca de aprobar, y durante el confinamiento ha estado medio desaparecido. Pues bien, en el trimestral hecho a distancia ha sacado más de un 7, casi tanto como la suma de las notas de todos los exámenes del curso.
  • En 4º ESO tenemos también a Serafina, una alumna muy irregular, pues Matemáticas no es una materia que se le dé precisamente bien, tal y como prueban sus exámenes, en los que alterna suspensos con aprobados y cuya media no llega al 5. Esto no ha sido impedimento para sacar más de un 8 en el trimestral, mejorando en 5 puntos el último examen realizado en el instituto y con más nota incluso que dos alumnos que han aprobado todos los exámenes del curso con medias de 7 y 8.
  • Por último, exponemos el caso de Wilfredo, que se ha quedado a las puertas del 10 en el examen trimestral hecho a distancia, siendo solamente superado por los dos mejores alumnos de 4º ESO, y eso a pesar de que solamente había aprobado muy justito un examen a lo largo del curso y que la media de las notas de los exámenes que había hecho de forma presencial era de poco más de un 3.
Esto es solo una pequeña muestra de lo que me he encontrado en esos dos exámenes, pues luego me ha seguido ocurriendo lo mismo con las tareas que me han ido entregando los alumnos: tareas copiadas entre varios compañeros, ejercicios y problemas escritos con la letra de otra persona, alumnos que no sabían hacer prácticamente nada o que no habían dado un palo al agua durante el curso y que ahora milagrosamente saben hacer todas las tareas casi a la perfección, etc. Las matemáticas, entre otras muchas utilidades, sirven para analizar datos y sacar conclusiones; pues bien, yo no sé cuáles habréis sacado de todo lo anterior, pero la mía es que creo que no me equivoco si afirmo que muchos de mis alumnos me han engañado en esos exámenes y me siguen engañando cada día.
No quiero señalar única y exclusivamente a los alumnos (repito, no a todos, solo a los tramposos), sino también a las familias (solo a algunas) y a la Administración educativa (aquí meto a todos). Muchos padres han permitido que sus hijos hiciesen trampa en los exámenes en cuestión a pesar de que se supone que son los primeros responsables de la educación de sus hijos; es más, estoy seguro de que algunos le han hecho el examen a sus hijos y también sospecho que otros han pagado a profesores particulares para que se lo hagan, que ya les vale a estos que aspiran a ser futuros docentes, qué daño nos están haciendo, y encima lucrándose. Si los padres de estos alumnos actúan de esta forma, no están haciendo otra cosa que desacreditar a los profesores. ¿Cómo voy a exigirle yo a un alumno que estudie y que aprenda si en su casa le consienten esto?
Y qué decir de la Administración educativa, tanto a nivel nacional con el Ministerio de Educación como a nivel autonómico con la Consejería de Educación. Discuten entre ellos, no se ponen de acuerdo ni para decir la hora, actúan tarde y al final deciden que hay que facilitar la promoción y la titulación en este tercer trimestre, un "aprobado general" encubierto aunque no lo quieran decir. Básicamente, esto implica que si un alumno tiene aprobados los dos primeros trimestres, ya tiene aprobado el curso, y no se le puede bajar la nota aunque no haya cogido un bolígrafo o no haya abierto un libro desde el 16 de marzo hasta el 23 de junio. Y lo mejor de todo es que si un alumno ha suspendido los dos primeros trimestres y ahora en el tercer trimestre trabaja, entrega tareas y recupera dichos trimestres, también aprueba el curso.
Estoy de acuerdo con que una situación excepcional como la que por desgracia estamos viviendo requiere de medidas y decisiones excepcionales, pero no anormales. No es normal que un alumno pueda obtener un 5 en junio habiendo aprobado uno o dos exámenes realizados a distancia de una manera sospechosa y entregando unas pocas tareas que en realidad no sabe hacer, y de esta forma conseguir la misma nota que un alumno que se ha esforzado durante todo el curso. Bajo mi punto de vista, hubiese sido más justo que la nota de junio tuviese en cuenta exclusivamente lo evaluado hasta el 13 de marzo, y que las recuperaciones de las materias que haya suspendido cada alumno se hiciesen en junio de forma presencial aplicando las medidas sanitarias necesarias para que la evaluación fuese objetiva, o, en caso de no ser posible, esperar a la convocatoria de septiembre, que para eso está. Si se va a hacer una Selectividad en la que se va a juntar a decenas y decenas de estudiantes en un mismo aulario durante seis o siete horas, ¿no se puede convocar durante varios días y de forma escalonada al reducido grupo de alumnos de cada nivel que tiene que hacer una recuperación de cada materia?
¿Qué es lo que se está consiguiendo con todo esto? En primer lugar, ahora mismo estoy viviendo una gran mentira educativa, pues cada día a las 7:00 ya estoy sentado frente a mi ordenador para trabajar una media de 11-12 horas diarias preparando recursos, corrigiendo tareas, resolviendo dudas, buscando vídeos de canales de YouTube, atendiendo a las familias de mi tutoría, dando clases por videoconferencia, reuniéndome cada dos por tres con mi departamento y mucho más para que luego un alumno me engañe y consiga un aprobado falso. ¿Merece la pena tanto esfuerzo? Y el curso que viene tendremos las consecuencias de toda esta mentira, pues, si ya en condiciones normales nos encontramos con que en un grupo hay alumnos con diversos niveles curriculares, ahora resulta que en cada grupo habrá varios alumnos más que realmente no tienen el nivel académico suficiente para seguir las materias con normalidad porque han promocionado por imperativo legal del coronavirus, y claro, habrá que atenderles, hacerles una adaptación, rellenar todo el papeleo que conlleva, etc., y todo ello en grupos masificados.
Todo esto que estoy contando no es algo que me esté ocurriendo solamente a mí, sino que también le está pasando a mis compañeros de instituto y a otros muchos profesores de Matemáticas y de otras materias de otros centros educativos, pues raro es el día que en las redes sociales no me topo con una prueba o una queja de esta gran mentira que estamos viviendo en el ámbito educativo. Es de tal magnitud este engaño que me estoy tragando que por momentos he sentido que soy mal profesor, puesto que si mis alumnos han recurrido a la opción de hacer trampas en mi materia para engañarme y obtener un beneficio académico de ello es porque no he sabido inculcarles otros 'conceptos' que van más allá de las matemáticas, como son la honradez, la rectitud o la justicia. Yo creo que en mi día a día con ellos en las aulas, y ahora a distancia, siempre he intentado transmitirles estas y otras cualidades porque es parte de mi labor como docente y porque la sociedad necesita de personas que las tengan; sin embargo, visto lo visto parece que he fracasado en ese intento, y esto me entristece muchísimo.
Hay otra cosa que siempre les recalco cada dos por tres a mis alumnos, y es que están muy equivocados cuando piensan que el objetivo de estudiar es aprobar, pues la verdadera finalidad es aprender. Muchos alumnos están tan obsesionados con aprobar un examen o una materia que han preferido recurrir al engaño en vez de aceptar que no habían estudiado lo suficiente, cuando dicha obsesión tendría que ser la de las ansias por aprender, esto tendría que ser lo realmente importante para todos ellos. Se puede aprobar sin haber aprendido, pero ese aprobado será de poca utilidad. Se puede aprender habiendo suspendido, pero ese suspenso no será un fracaso, sino algo provechoso.
Yo he aprendido una nueva expresión, la de "tragarse un sapo", y no me conformo únicamente con haberla añadido a mi sabiduría, sino que ahora también sé cómo usarla, además de haber "engordado" tras este desagradable e indigesto atracón de sapos. Lo que además quiero es que mis alumnos aprendan no solamente matemáticas, sino sobre todo honradez, y que después la pongan en práctica y la usen a diario para que sean personas íntegras y que puedan ir por la calle con la cabeza bien alta.

Nota: este post forma parte del Carnaval de Matemáticas, que en esta octogésima novena edición, también denominada 11.3 "Space and Maths", está organizado por Francisco Martínez Seoane a través de su blog Astronautas y Robots vs Coronavirus.

domingo, 24 de mayo de 2020

Viaje a España 2018: día 2

Miércoles, 11 de julio de 2018

8:00
Nos pusimos en pie bien tempranito para asearnos y aprovechar al máximo el día completo que íbamos a pasar en Salamanca. Salimos del hotel en busca de un lugar para desayunar, y al final fuimos a La Tahona de la Abuela Caffe, donde me pedí una tostada con aceite, un croissant y un vaso de leche con Cola Cao. En total, lo de mi madre y lo mío nos salió por 8'6 €.

Empezamos la visita a la ciudad poco antes de las diez de la mañana callejeando y viendo el Palacio de Monterrey, el Colegio del Arzobispo Fonseca, el Campo de San Francisco, la capilla de la Vera Cruz, el convento de la Anunciación, la iglesia de Santa María de los Caballeros, la Casa de las Muertes y el Monumento a Miguel de Unamuno, situado justo enfrente de la casa en la que vivió y murió este escritor y filósofo español.

A continuación, nos dirigimos a la iglesia de San Juan de Barbalos, que, al igual que la mayoría, estaba cerrada, para luego acercarnos a la Casa-Convento de Santa Teresa, el lugar en el que vivió Santa Teresa de Jesús y donde escribió su famoso "Vivo sin vivir en mí". Seguidamente, continuamos nuestro paseo pasando por delante de la casa de doña María la Brava y de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, para finalmente poder entrar en dos templos que pillamos abiertos, primero en la iglesia de Santa María Magdalena, y luego en la iglesia de San Marcos, de estilo románico y llamativa por su peculiar planta circular.

Continuamos nuestro callejeo por la ciudad por la iglesia de San Boal, el Palacio de los Fermoselle o Torre del Aire, la iglesia de Sancti Spiritus, en la que pudimos entrar para admirar su reconocible estilo gótico y la capilla con artesonado mudéjar donde se venera la imagen del Cristo de los Milagros, la iglesia de San Cristóbal, la iglesia de San Julián y Santa Basilisa, y el Mercado Central.

Atravesamos la plaza Mayor para visitar la iglesia de San Martín de Tours, pues la tarde anterior estaba cerrada, y en cuyo interior destacan varias capillas y sepulcros. Volvimos a la plaza Mayor para hacernos unas fotos, y tras ello nos acercamos al convento de las Agustinas e Iglesia de la Purísima, un imponente templo de inconfundible estilo barroco cuyo retablo mayor está presidido por el cuadro de la "Inmaculada Concepción" de José de Ribera.

12:05
Recorrimos la calle de la Compañía pasando por la iglesia de San Benito, otra de las que estaban cerradas, y llegando hasta el majestuoso edificio de La Clerecía, sede de la Universidad Pontificia de Salamanca, y justo enfrente la Casa de las Conchas, llamada así porque su fachada está decorada con multitud de conchas.

Después, cogimos por la calle Libreros para ir al Patio de Escuelas, una pequeña plaza en la que se encuentra el Rectorado y que está presidida por una estatua de Fray Luis de León y situada frente a la portada plateresca del edificio de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca, en la cual pudimos encontrar la rana que está esculpida sobre una de las calaveras de dicha fachada. En ese momento, comenzó a lloviznar y aprovechamos para refugiarnos y visitar el edificio de las Escuelas Menores, en concreto su claustro y el Cielo de Salamanca, una pintura mural que tiene más de 500 años y que era parte de la bóveda de la antigua biblioteca de la universidad.

Cuando escampó, nos dirigimos a la Catedral de la Asunción de la Virgen, también conocida como la Catedral Nueva porque aneja a ella está la Catedral de Santa María (la Catedral Vieja). Accedimos al templo por la fachada norte, previo pago de los 5 € de la entrada de cada uno, y ya en el interior pudimos intuir que estábamos en una de las catedrales más grandes de España por la grandiosidad de sus naves, sus columnas y sus bóvedas.

Recorrimos la catedral con tranquilidad siguiendo las indicaciones de la audioguía que nos dieron al entrar, de tal forma que fuimos visitando las numerosas capillas que hay en ella, entre las que habría que destacar la de Nuestra Señora de la Soledad, la del Cristo de las Batallas, la del Santísimo y la Capilla Dorada.

También visitamos la Capilla Mayor, que para ser la de una catedral no es que fuese muy llamativa, y el coro, con una sillería y dos órganos de gran belleza, mientras que sobre nuestras cabezas pudimos admirar la cúpula que se sitúa en el crucero.

A continuación, pasamos a la Catedral Vieja, con la que comparte uno de sus laterales, y cuyas dimensiones son más reducidas, pero no por ello es menos interesante. Sin duda alguna, lo mejor de este templo es su retablo mayor y el ábside, aunque también merecen mención los sepulcros y las pinturas murales que recorren sus paredes, algunas de sus capillas y el Museo Catedralicio que forma parte de ella.

Concluimos con la visita poco antes de las dos, pero todavía nos quedaba visitar la catedral por el exterior para admirar su inmensa torre, la fachada oeste y la fachada norte, en cuya Puerta de Ramos conseguimos localizar al astronauta que está esculpido en ella. Antes de almorzar, aprovechamos para hacernos unas fotos con la catedral de fondo y para ver los edificios que la rodean, entre ellos el Palacio de Anaya y el Palacio Episcopal, que actualmente es la sede del Museo de Historia de Salamanca.

14:20
Siendo ya la hora de comer, tocaba decidir el sitio, y al final elegimos ir a uno de los restaurantes que tenía apuntados en mi lista, concretamente El Ave. Nos decantamos por la opción del menú de 12 €, en mi caso para beber pedí agua, mientras que para comer pedí unos macarrones boloñesa gratinados y secreto a la plancha; finalmente, natillas para el postre. Correcto, sin más.

Después de reposar un poco la comida, reanudamos el paseo por la ciudad por los edificios de la Universidad de Salamanca, la Casa-Museo de Unamuno, el Archivo General de la Guerra Civil Española, la Casa Lis (sede del Museo de Art Nouveau y Art Déco) y el Patio Chico, desde donde se puede contemplar tanto la fachada sur de la Catedral Nueva como la Torre del Gallo de la Catedral Vieja.

Seguidamente, entramos en el Huerto de Calixto y Melibea, un frondoso jardín que fue el que escogió Fernando de Rojas para recrear algunas escenas de "La Celestina", y después nos acercamos a la Cueva de Salamanca, que realmente es la cripta subterránea de la desaparecida iglesia de San Cebrián y en la que según la leyenda Satanás impartía sus clases de ciencias ocultas.

A las cuatro y diez estábamos de vuelta en el hotel para descansar un rato. Mi madre tenía pensado quedarse el resto de la tarde en la habitación, pero yo quería seguir callejeando y conociendo la ciudad, así que a las cinco y media cogí mi cámara de fotos y me fui directo a La Clerecía, donde aboné los 6 € de la entrada que combina la subida a las dos torres y la visita a los diversos espacios de la Universidad Pontificia.

La visita guiada comenzaba a las seis y media, por lo que primero subí a lo alto de las torres, desde donde se tienen unas vistas y unas panorámicas inmejorables de toda la ciudad, pues conseguí divisar la majestuosa Catedral Nueva, la fachada del Ayuntamiento en la plaza Mayor, la Casa de las Conchas, el convento de San Esteban, así como la cúpula de la propia iglesia de La Clerecía.

A la hora prevista dio comienzo la visita guiada, en la que una mujer nos fue llevando por los diferentes espacios que componen este complejo al tiempo que nos los iba explicando con todo lujo de detalles. Empezamos por el Aula Magna para luego seguir por la Escalera de Honor y el Patio de los Estudios; después accedimos a la galería interior donde se exponen cuadros que narran la vida de San Ignacio de Loyola, y por último visitamos la iglesia.

19:05
Al salir de La Clerecía, aproveché que se podía entrar de forma gratuita en la Casa de las Conchas para visitar su patio interior, el cual llama la atención por sus arcos, gárgolas, blasones y por la crestería que lo remata. A continuación, me acerqué a Viandas de Salamanca para comprar un hornazo, una especie de empanada típica de la región que suele llevar chorizo, lomo, jamón y huevo duro. Me costó 4'5 € y la verdad es que me gustó mucho, además de que llenaba bastante.

Mientras me lo comía, bajé en dirección al río hasta llegar a la altura de la Cruz de los Ajusticiados, para seguidamente repetir el camino que hice la noche anterior, pero ahora de día. Pasé por delante de la iglesia de Santiago del Arrabal, del Monumento al Lazarillo de Tormes y del Verraco del Puente Romano, y luego continué mi paseo por el Puente Romano.

Desde la otra orilla del río Tormes, volví a tomar varias fotos de la catedral, aunque esta vez apenas se reflejaba en las aguas del río, tras lo cual crucé por el Puente de Enrique Estevan para emprender el camino de regreso al hotel, adonde llegué sobre las ocho de la tarde.

Poco antes de las nueve, salimos del hotel en dirección al centro para dar un paseo tranquilo hasta el sitio en el que teníamos pensado cenar, concretamente en La Tostita, junto a la iglesia de San Marcos. Tanto mi madre como yo nos pedimos una Coca-Cola Zero de refresco y tres tostas para compartir: una de pollo, una charra y una San Marcos. Las tres estaban muy sabrosas, y todo por apenas 11 €.

Ya cenados, nos acercamos a la plaza Mayor, la cual esta vez sí la pude ver iluminada y más bella si cabe de lo que ya de por sí es, por lo que no dudé en sacar mi cámara para hacer varias fotos; además, aproveché para ver en los televisores de las terrazas de la plaza los últimos minutos de la prórroga de la semifinal Croacia-Inglaterra del Mundial de Rusia.

De camino al hotel, también pudimos disfrutar de ver iluminados algunos de los monumentos más notables de Salamanca, entre ellos La Clerecía, la Casa de las Conchas, el Palacio de Anaya, la Catedral Nueva, la Catedral Vieja y el Convento de San Esteban.

Cuando llegamos al hotel, a eso de las once y cuarto, dejamos nuestras maletas medio preparadas porque al día siguiente nos tocaba continuar con el viaje para ir hasta León. Tras poner las alarmas de nuestros móviles para que nos despertasen a las ocho de la mañana, nos acostamos definitivamente pasados ya unos minutos de la medianoche.

sábado, 16 de mayo de 2020

Premio #CarnaMat11_2

La Edición 11.2 del Carnaval de Matemáticas llega hoy a su fin, justo un mes después desde que se anunciase su puesta en marcha. Hace un par de semana publiqué el resumen con las 23 aportaciones participantes, momento en el cual dio comienzo el plazo para elegir la mejor entrada de dicha edición con vuestros votos. En total han votado catorce personas, las cuales han asignado sus puntos a 16 de las 23 aportaciones recibidas, pero solamente una de ellas puede proclamarse como la ganadora.
Una vez realizado el recuento de votos, os anuncio que el Premio a la Mejor Entrada de la Edición 11.2 del Carnaval de Matemáticas es para
Mi más sincera enhorabuena al ganador, que se lleva este premio tras obtener 17 puntos repartidos en 6 votos (4 + 4 + 4 + 2 + 2 + 1). Las otras entradas participantes que han conseguido al menos un voto, y ordenadas por puntuación, han sido las siguientes:
Con el anuncio del Premio a la Mejor Entrada queda oficialmente clausurada la Edición 11.2 del Carnaval de Matemáticas. Muchas gracias a todos los que habéis participado, votado y seguido esta edición, pues entre todos estamos poniendo de nuestra parte para transmitir las matemáticas de una forma divulgativa, amena y atractiva para todo el mundo. Por mi parte nada más, solamente recordar que en breve tendremos una nueva edición y que si te animas a organizar alguna en el futuro no tienes más que pasarte por la web del Carnaval de Matemáticas y seguir las instrucciones que se indican allí, seguro que disfrutarás de la experiencia.

domingo, 10 de mayo de 2020

No es mío, pero es interesante (CXXXVII)

Aquí tenemos una nueva entrega de 'No es mío, pero es interesante', una sección en la que os recomiendo las entradas de otros blogs y webs que más me han interesado en las últimas semanas. De nuevo, hay blogs que consiguen colar más de un post, como son los casos de Microsiervos y Ya está el listo que todo lo sabe, con once y dos aportaciones respectivamente. En cuanto a la variedad de contenidos, lo acostumbrado: matemáticas, ciencia, astronomía, coronavirus, curiosidades, vídeos, etc.
Echémosle un vistazo a los enlaces de esta entrega:
¿Os han gustado las recomendaciones de esta entrega? Espero que sí y que me lo hagáis saber a través de un comentario ;)

sábado, 2 de mayo de 2020

Resumen de la Edición 11.2 del Carnaval de Matemáticas

Hace un par de días expiró el plazo para poder participar en la Edición 11.2 del Carnaval de Matemáticas, de tal manera que ahora lo que toca es compartir con todos vosotros el resumen con todas las aportaciones de los participantes para que podamos votar y elegir cuál de ellas ha sido la mejor de la presente edición.
En total se han recibido 23 aportaciones procedentes de 20 fuentes distintas (blogs y Twitter) que han intentado divulgar matemáticas y hacerlas llegar a todo el mundo desde enfoques muy diversos y atractivos. A continuación, os dejo con el listado de las aportaciones participantes; por cierto, si alguien detecta que se me ha olvidado incluir alguna, no tiene más que notificármelo a través de un comentario en esta misma entrada y la agregaré lo antes posible:
Entrada 1: Curvas mágicas, publicada en Magia y Matemáticas.
Entrada 3: Descartes: ¿filósofo o matemático?, publicada en Pimedios.
Entrada 4: SIR: el modelo dinámico para el Covid-19 que inspira a las matemáticas actuales, publicada en Disertaciones matemáticas sobre el color.
Entrada 5: La potencia del 2 (III), publicada en El mundo de Rafalillo.
Entrada 6: Pedro Puig Adam en la actualidad, publicada en profeteremath.
Entrada 7: La "cuadratura del círculo" de Ramanujan, publicada en El último verso de Fermat.
Entrada 8: Fibonacci en tiempos de COVID-19, publicada en Carnaval de Química.
Entrada 9: Generador de exámenes aleatorios en GeoGebra, publicada en Twitter de Pablo J. Triviño.
Entrada 10: Humor para aprender matemáticas. Libro repleto de tareas matemáticas para reír y aprender, publicada en MatemáTICas: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13....
Entrada 11: Lo que se puede hacer con GeoGebra (X): funcionamiento de una cerradura, publicada en Gaussianos.
Entrada 12: Mateschef: Un sofrito de números y formas para chefs y gourmets de Claudi Alsina, publicada en Los Matemáticos no son gente seria.
Entrada 13: El experimento de las urnas de Pólya, publicada en Mates a tu lado.
Entrada 14: John H. Conway (1937-2020), un prolífico matemático británico conocido por el "juego de la vida", publicada en La Ciencia de la Mula Francis.
Entrada 15: Los tres actos de los enteros, publicada en Tierra de números.
Entrada 16: Encuentros en la primera fase, publicada en Twitter de Carnaval de Química.
Entrada 17: ¿Por qué son notables esos puntos del triángulo?, publicada en Rincón de Matemáticas.
Entrada 18: Canal YouTube Matematicandrea, publicada en Que no te aburran las M@TES.
Entrada 19: Mapas mentales manuales = móvil+email, publicada en Que no te aburran las M@TES.
Entrada 20: El método de Fujimoto, o cómo dividir un papel en partes iguales, publicada en Gaussianos.
Entrada 21: El caso del ojo de Sauron: problemas de álgebra (breakout), publicada en Qué vamos a hacer hoy.
Entrada 22: Cómo enviar fotos y vídeos sin "compresión", publicada en El mundo en un chip.
Entrada 23: Neotrie VR - Avanzado, publicada en Virtual and manipulative geometrical and topological games.
Muchas gracias a todos los participantes que han colaborado en la Edición 11.2 del Carnaval de Matemáticas, la cual en realidad todavía no ha llegado a su fin. Ahora toca elegir con vuestros votos la mejor de las 23 aportaciones que os acabo de desglosar, para lo cual tenéis que dejar un comentario (estarán temporalmente ocultos para no influir en los votos de otras personas) en esta entrada y votar con 4, 2 y 1 punto a las tres entradas que más os hayan gustado. Solamente tienen derecho a ejercer su voto aquellas personas que hayan participado en alguna edición del Carnaval de Matemáticas, por lo que es obligatorio que esa persona que vaya a votar incluya en el comentario junto con sus votos un enlace a una de las entradas con las que haya participado. El plazo para votar terminará el próximo 15 de mayo, y, tras el correspondiente recuento de puntos, sabremos quién se lleva el Premio al Mejor Post de la Edición 11.2 del Carnaval de Matemáticas.
De nuevo os agradezco a todos los que habéis participado que hayáis puesto vuestro granito de arena para que esta fiesta de las matemáticas se mantenga con vida y ojalá que siga así muchos años más. De momento ya tenemos confirmados los anfitriones para las ediciones de mayo y junio, así que os animo a que cojáis el testigo a partir de septiembre apuntándoos aquí. ¡Larga vida al Carnaval de Matemáticas!