El Málaga cayó derrotado ayer por 1-2 por un Almería que se mostró superior en la mayor parte del encuentro y en el que dispuso de varias ocasiones para lograr una diferencia más amplia.
La primera media hora de juego estuvo más o menos nivelada, con un Málaga que nunca encontraba el último pase y un Almería que no se atrevía a penetrar en el área local; no obstante, cabe reseñar algunas ocasiones, como la que tuvo Weligton en una falta con dos remates a bocajarro que repelió un defensa almeriense, y dos tiros desde fuera del área de los visitantes Juanma Ortiz y Piatti que desbarató con ciertos problemas Munúa, en dos tiempos y con un despeje de puños, respectivamente. Poco a poco, se iba viendo que el Almería se sentía más cómodo en el césped y que tocaba con más criterio la pelota, lo que le permitía ir ganando terreno. A siete minutos del final, una falta al borde del área fue ejecutada magistralmente por Cisma, que colocó el esférico en la misma escuadra donde Munúa no podía llegar (0-1). Sin tiempo para asimilar el gol encajado, el Málaga vio cómo un minuto después recibía el segundo tras un fallo garrafal de Cuadrado al intentar regatear a Soriano siendo el último defensa de la zaga; el jugador almeriense se plantó solo delante del portero para batirle por bajo (0-2). El árbitro apenas cometió fallos importantes a lo largo del encuentro, aunque quizás abusó del diálogo en algunas ocasiones.
El descanso debería haber servido a los jugadores malacitanos para levantar la cabeza y saltar al terreno de juego con las ideas claras, pero nada de eso. Ni aún sacando dos delanteros más se generó mucho más peligro, y es que, en toda la segunda parte, el Málaga sólo dispuso de dos ocasiones claras de gol. La primera la tuvo Duda al poco de la reanudación, tras recibir un pase al hueco de Baha que le dejaba solo delante de Diego Alves, pero el meta brasileño supo repeler el remate del internacional portugués; la segunda ocasión significó el gol de los malaguistas, mediada la segunda mitad, gracias a un zurdazo cruzado de Edinho dentro del área grande (1-2). Y poco más se supo de los locales, porque el Almería fue el dueño y señor del esférico, y hasta dispuso de varias ocasiones para aumentar su ventaja en el marcador. A saber: un balón al poste de Piatti tras aprovechar una mala cesión de Weligton a su portero; un cabezazo de Cisma que se marchó cerca de la escuadra; un derechazo de Juanma Ortiz que fue repelido con apuros por Munúa; un remate otra vez de Ortiz que, tras rozar en un defensa, se estrelló en el larguero, etc.
El Málaga se encuentra ahora en penúltima posición con sólo 4 puntos de 21 posibles, únicamente por delante del Villarreal, próximo rival al que se medirá el domingo a las cinco. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que el conjunto blanquiazul corte esta mala racha de resultados y empiece a jugar al fútbol y a ser más resolutivo de cara al gol; yo, sinceramente, creo que el problema está en el banquillo, y lo vengo diciendo desde que empezó el verano...
La primera media hora de juego estuvo más o menos nivelada, con un Málaga que nunca encontraba el último pase y un Almería que no se atrevía a penetrar en el área local; no obstante, cabe reseñar algunas ocasiones, como la que tuvo Weligton en una falta con dos remates a bocajarro que repelió un defensa almeriense, y dos tiros desde fuera del área de los visitantes Juanma Ortiz y Piatti que desbarató con ciertos problemas Munúa, en dos tiempos y con un despeje de puños, respectivamente. Poco a poco, se iba viendo que el Almería se sentía más cómodo en el césped y que tocaba con más criterio la pelota, lo que le permitía ir ganando terreno. A siete minutos del final, una falta al borde del área fue ejecutada magistralmente por Cisma, que colocó el esférico en la misma escuadra donde Munúa no podía llegar (0-1). Sin tiempo para asimilar el gol encajado, el Málaga vio cómo un minuto después recibía el segundo tras un fallo garrafal de Cuadrado al intentar regatear a Soriano siendo el último defensa de la zaga; el jugador almeriense se plantó solo delante del portero para batirle por bajo (0-2). El árbitro apenas cometió fallos importantes a lo largo del encuentro, aunque quizás abusó del diálogo en algunas ocasiones.
El descanso debería haber servido a los jugadores malacitanos para levantar la cabeza y saltar al terreno de juego con las ideas claras, pero nada de eso. Ni aún sacando dos delanteros más se generó mucho más peligro, y es que, en toda la segunda parte, el Málaga sólo dispuso de dos ocasiones claras de gol. La primera la tuvo Duda al poco de la reanudación, tras recibir un pase al hueco de Baha que le dejaba solo delante de Diego Alves, pero el meta brasileño supo repeler el remate del internacional portugués; la segunda ocasión significó el gol de los malaguistas, mediada la segunda mitad, gracias a un zurdazo cruzado de Edinho dentro del área grande (1-2). Y poco más se supo de los locales, porque el Almería fue el dueño y señor del esférico, y hasta dispuso de varias ocasiones para aumentar su ventaja en el marcador. A saber: un balón al poste de Piatti tras aprovechar una mala cesión de Weligton a su portero; un cabezazo de Cisma que se marchó cerca de la escuadra; un derechazo de Juanma Ortiz que fue repelido con apuros por Munúa; un remate otra vez de Ortiz que, tras rozar en un defensa, se estrelló en el larguero, etc.
El Málaga se encuentra ahora en penúltima posición con sólo 4 puntos de 21 posibles, únicamente por delante del Villarreal, próximo rival al que se medirá el domingo a las cinco. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que el conjunto blanquiazul corte esta mala racha de resultados y empiece a jugar al fútbol y a ser más resolutivo de cara al gol; yo, sinceramente, creo que el problema está en el banquillo, y lo vengo diciendo desde que empezó el verano...
1 comentario:
Totalmente de acuerdo contigo, el próximo encuentro es vital para ambos equipos... esperemos que caiga del lado malagueño!
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