jueves, 16 de diciembre de 2010

Aquellos maravillosos juguetes

¿Quién no echa de menos aquellos tiempos en los que ignorábamos la realidad en estas fechas? ¿Quién no ha deseado alguna vez quitarse diez, veinte, treinta o los años que sean y revivir esos momentos de ilusión? ¿Quién no añora esas noches del 5 al 6 de enero que se hacían interminables hasta que el sueño se apoderaba de nosotros? ¿Quién no saltaba de su cama raudo y veloz hacia el salón para abrir los regalos que habíamos pedido?
¿A que ahora estáis con esa sonrisilla en la boca y pensando: "¡Qué tiempos aquéllos!"? Sabemos que ya no volveremos a ser niños y que tenemos que conformarnos con disfrutar con los que ahora viven en ese sueño del que algún día estarán obligados a despertar. ¿Quién no se acuerda con todo detalle de ese día en concreto? Sí, ése en el que te dijeron la verdad para hacerte ver que tu verdad era, por desgracia, mentira. Yo lo recuerdo como si hubiera sido ayer, y, si bien fue una enorme decepción, me sorprendo al pensar que realmente acepté esa verdad como si nada, como si me hubieran dicho "Ve a la panadería por una barra de pan".
Quizás, justo en ese preciso instante es cuando uno se hace mayor, o, al menos, así se siente uno y se dice así mismo "Ya no soy un niño". En mi caso, y supongo que en el de muchos de vosotros, a partir de entonces las cartas dejaron de enumerar decenas de juguetes, esos juguetes que tú sabías que no te iban a traer por más que quisieras, pero que tú pedías por si acaso los Reyes Magos eran más generosos que en los años anteriores. Además, desde el día de la revelación de la gran verdad, empezábamos a estar ciegos ante esos juguetes que pocos días atrás eran el mayor divertimento del mundo y que ahora se convertían en chorradas de niños pequeños.
Pues bien, hoy os vengo a pedir que cerréis los ojos y viajéis en el tiempo. Quiero que recordéis cuáles eran esos juguetes que os dibujaban una sonrisa en la cara y con el que estabais deseando jugar nada más salir del colegio. Yo, por ejemplo, no era de tener muñecos, aunque sí tuve el Playmobil 'Fort Glory' con el que recreaba escenas del oeste con vaqueros y sheriffs. Los juguetes que más me pedía eran los educativos, como los de Superniño o el Conector 4, que no debe ser confundido con el Conecta 4, al que estuve enganchado meses y meses. Otro de esos juguetes míticos que se me vienen a la cabeza es el Tragabolas, cuyas palancas han sufrido conmigo lo que no está escrito. Conforme me iba haciendo mayor, mis miradas se fueron posando en los juegos de mesa más conocidos (Trivial Pursuit, Monopoly...) y en los que se basaban en programas de televisión de la época y que por entonces veía (Cifras y letras, Saber y ganar...).
Ojalá esa verdad no existiera, ¿verdad? Ojalá pudiésemos recuperar esa ilusión que ahora disfrutan las nuevas generaciones. Nada podemos hacer ya para remediarlo, pero sí rememorar esas cabalgatas con sus lluvias de caramelos y, por qué no, irse a la cama la noche del 5 al 6 de enero con la esperanza de que en nuestros sueños volvamos a vivir sueños como éste:


10 comentarios:

soledad dijo...

mis padres me dejaban los juguetes y chucheria en elsofa,era uno de los momentos mas importantes de mi vida hasta que supe quien eran los reyes. ahora para que los reyes no se equivoquen yo me compro lo que quiero y ya esta. lo mas grande es ver la cara de un noño cuando ve el dia de reyes lo que le han dejado aunque no lo hayan pedido. si en el futuro teneis hijos,lo comprobareis.de todas maneras que te traigan lo que pides y si no despues te lo compras en las rebajas con el dinerillo sobrante.de todas maneras deja algo para cuando vayas a londres,alli hay buenas rebajas.felicidades.

Andres dijo...

Pues aunque imagino que la nostalgia es buena y soy adicto a ella, también reconozco que hubiese dado todo por tener ordenador con Internet, o una Super Nintendo o Playstation de pequeño. A veces pienso que los juguetes eran muy tristes.

Yo también jugué a Conecta 4, al Tragabolas, al Séneca (un juego de preguntas tipo trivial Pursuit), también recuerdo un microscopio, un camión naranja o unna maquinita de comecocos, así como muchos libros de cuentos.

También solía jugar a lo que mi hermana y yo llamábamos "los animales", ya que jugábamos a crear historias ficticias en pueblos donde los personajes eran animales de plástico pequeños. Colocábamos lápices de colores para crear las barreras de las casas, y nos hacíamos nuestros propios teatros e historias, hablando por nuestra boca lo que decían los animales. Ya ves, cuando eres niño flipas tú solo XD. Supongo que esto vino bien para desarrollar la imaginación.

Pero vamos, que tengo que reconocer que ahora el panorama es mucho mejor, ya que puedes escoger juguetes del pasado, y juguetes que dan más conocimiento al niño.

Saludos.

Rafalillo dijo...

Jota: yo ni siquiera recuerdo haber conocido los Exin Castillos, y eso que tú eres más joven que yo. Supongo que no me fijaría lo suficiente jeje.
A mí el Playmobil no es que me marcara mucho, pero si es uno de los primeros juguetes que recuerdo haber tenido, incluso me acuerdo de dónde lo guardaba.

Soledad: pues igual que a mí, en el sofá y siempre con alguna bolsita de chucherías o bombones.
Yo también me compro mis regalos; no es lo normal hacer esto, pero es la única forma de que después haya que cambiar regalos.
Ojalá yo tenga hijos algún día y pueda recordar esos momentos :D
Yo en Londres no me voy a gastar ni un penique en caprichos ni regalos, sólo la típica camiseta que me compro de recuerdo en todas las ciudades que visito. Los viajes son para conocer cosas nuevas, no para gastar dinero.
Felices fiestas ;)

Andrés: pues sí, pero también pasará que dentro de 20 o 30 años yo diré lo mismo que tú pero con otros productos que se inventarán en ese futuro.
Los juguetes que mencionas no están nada mal, eh? Lo de los libros no lo he incluido porque no es un juguete en sí, pero sin duda es el mejor regalo que me pueden hacer, siempre y cuando me guste el libro, lógicamente.
La imaginación de los niños es infinita, se montan sus historias de la nada jeje.

Gracias a los tres por vuestros comentarios ;)

soledad dijo...

en los viajes siempre hay que gastar dinero porque hay que comer,beber,hacer visitas y comprar alguna que otra cosa.de todas maneras no es lo mismo ir de viaje cuando uno es joven a cuando vas con tu pareja y tus hijos,porque ves las cosas de otra manera.te encantara londres,la verdad es que europa es muy bonita.

soledad dijo...

se me olvidaba,que haya suerte este fin de semana con el malaga.suerte.

Pepe Soldado dijo...

Yo soy del club de Andrés, de los que hacíamos las voces de los muñecos. También recuerdo con especial cariño bastantes juguetes de Playmovil: el fuerte, el castillo y ¡el barco pirata! Todavía me acuerdo de cuando monté todas las piezas. Otra cosa que recuerdo con cariño son los distintos artilugios con los que caerse y hacerse heridas que iban cambiando de tamaño y color... Véanse bicicletas, patines, patinetes, creo que hasta llegué a tener el mítico coche con pedales, pero de eso hace ya mucho tiempo. Gracias, Rafa, por hacernos recordar: ahora tendré que limpiar las lágrimas del teclado...

En fin, volviendo a los tiempos actuales. Deberíamos hacer un grupo en Facebook que se llame "Yo también me compro mis propios regalos" Porque aquí ya somos tres personas y creo que vamos a ser muchos más. A mí lo que más me gusta, y no es broma, es regalarle a mis hermanos y a mis padres. Y, a su vez, esos regalos sorpresa que yo recibo son los mejores.

Un saludo y ¡Feliz Navidad!

Rafalillo dijo...

Soledad: esos gastos ya sé que hay que hacerlos. Yo me refería a gastar por gastar, como comprar ropa así porque sí. El dinero hay que usarlo cuando hay que usarlo, no para cosas innecesarias, que además Londres no es que sea especialmente barato.
Siendo joven es cierto que se viaja más cómodo y sin ataduras; cuando después viene la pareja y los niños supongo que es un poco más rollo, salvo que vayas solo con tu pareja.
Seguro que me gustará, aunque temo al mal tiempo que siempre tienen allí.
Y el Málaga ya se ha visto que ni suerte ni na...

Jose Soldado Serrano: yo tuve una bicicleta con ruedas traseras de apoyo, pero lo que es una bicicleta de verdad, nunca, de hecho no sé montar, como ya sabes.
Jaja, anda, anda, te he hecho llorar? La melancolía de los viejos tiempos...
Ese grupo tendría muchos seguidores. Yo creo que más de la mitad de los adultos se compra sus regalos. Regalarle a los demás es divertido si el regalo les gusta, y lo mismo al revés. Te dejo con una frase que dijo el otro día la hija del gran Eduardo Punset: "Es mejor no hacer un regalo que hacer un mal regalo". Ahí queda eso.

Gracias por vuestros comentarios y felices fiestas ;)

Juan Aguarón de Blas dijo...

El vídeo del final no tiene precio XD

Pepe Soldado dijo...

Lo del llanto era una licencia "literaria", pero sí me ha hecho recordar y ponerme un poco nostálgico.

Un saludo.

Rafalillo dijo...

Juan Aguarón de Blas: es uno de los mejores que pululan por Youtube. Supongo que lo conocerías de antes, no?

Jose Soldado Serrano: ya lo sé, te lo decía en broma, pero sí, esa nostalgia es lo más parecido que se puede sentir.

Gracias por vuestros comentarios ;)