El Málaga empató 2-2 frente al Getafe tras rescatar un punto en el último suspiro de un encuentro que evidenció las numerosas carencias del conjunto blanquiazul, especialmente desastroso en la primera mitad.
Pronto empezaron a torcerse las cosas para los locales, concretamente a los ocho minutos, cuando un remate de Adrián Colunga rebotó en un defensa y el esférico, en tierra de nadie, lo intenta despejar con la manopla Arnau pero hacia el cuerpo de Miku, que casi sin querer logró el primero de la tarde (0-1). En la siguiente jugada, el meta malaguista volvió a mostrarse nervioso al blocar en dos tiempo un duro disparo de Casquero desde fuera del área. Pasado el ecuador de la primera mitad, Adrián Colunga aprovechó el hueco dejado por Weligton en la defensa y también la mala salida de Arnau para batirle con una vaselina (0-2). El partido parecía sentenciado, pues el Málaga mostraba muy poca actitud y aptitud sobre el terreno de juego, aunque más orgullo que por capacidad fue en busca de un gol que le metiese en el encuentro. Lo intentó Baptista con una rosca desde la frontal que se marchó rozando el segundo palo, y, ya casi en el descuento, hizo lo propio Maresca con un potente disparo a botepronto que blocó bien Ustari. El árbitro estuvo mal por varias decisiones importantes, empezando por el primer gol getafense, que lo logró Miku con el brazo; por otra parte, no mostró el mismo criterio a la hora de mostrar tarjetas, pues debió sacar la amarilla al Cata Díaz y a Marcano en dos faltas idénticas a las que cometieron jugadores malaguistas y que sí fueron amonestados.
La segunda mitad fue otra cosa bien distinta, principalmente porque los cambios de Sebas Fernández y Portillo por Fernando y Maresca dieron más frescura y más movimientos a un equipo estático e impreciso. El Getafe prácticamente no se acercó a los dominios de Arnau, que únicamente tuvo que intervenir para atajar un disparo raso de Pedro Ríos. El Málaga empezó a acumular ocasiones cada dos por tres: un cabezazo de Camacho que se marchó rozando el larguero, una rosca de Baptista que buscaba la escuadra, dos remates de cabeza de Rondón que se fueron desviados... El gol llegó finalmente a falta de diez minutos por una clarísima mano de Marcano cuando Recio se disponía a internarse en el área; Baptista fue el encargado de materializar el penalty (1-2). Tuvo Rondón el empate a cinco minutos del final tras un gran centro de Sebas Fernández desde la derecha, pero su remate al primer toque se marchó fuera. Parecía que la derrota estaba consumada, pero en el último segundo llegó un empate milagroso: Sandro Silva manda el balón al área, Sebas Fernández se lo cede con el pecho a Rondón y el venezolano bate a Ustari (2-2). Y no hubo tiempo para más. El árbitro siguió en la línea del primer tiempo, muy permisivo con las continuas faltas que cometían los getafenses. Si hubiera mostrado a Marcano aquella tarjeta amarilla del primer tiempo, habría sido expulsado en la acción del penalty, cuando sí la vio.
Este empate no saca al Málaga de los puestos de descenso, es más, se mantiene una jornada más como farolillo rojo. Puntito a puntito va a ser imposible salvarse, máxime cuando el resto de conjuntos de la zona baja suman más puntos incluso rascando alguno que otro contra equipos de la zona alta. El próximo envite de los blanquiazules será el domingo a las cinco frente al Villarreal en tierras castellonenses.
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