lunes, 2 de julio de 2012

La mejor selección de todos los tiempos

Histórico. Fantástico. Alucinante. Imperial. Espléndido. Mágico. Espectacular. Único. Irrepetible. Brutal. Insuperable. Perfecto. Grandioso. Inolvidable. Magistral. Deslumbrante. Inalcanzable. Maravilloso. Inigualable. Legendario. Épico. Formidable. Genial. Increíble. Bestial. Inimaginable. Fabuloso. Magnífico. Soberbio. Emocionante. Impresionante. Asombroso. Extraordinario. Anormal. Sensacional. Excelente. Bárbaro. Memorable. Colosal. Impecable. Prodigioso. Admirable. Bravísimo. Mítico. Heroico. Inmortal. Eterno. Celestial. Sideral. Galáctico. Universal.
No se me ocurren más calificativos para describir lo que acaba de conseguir la selección española de fútbol. Los que falten, ponedlos vosotros. España se ha ganado el cielo balompédico redactando las mejores páginas que jamás se han escrito de este deporte en lo que a nivel de selecciones se refiere. Ganar de forma consecutiva una Eurocopa, un Mundial y otra Eurocopa es un hito que nadie hasta la fecha había conseguido. Ni la Alemania de Beckenbauer, ni la Holanda de Cruyff, ni la Francia de Zidane, ni tampoco la Brasil de Pelé o la Argentina de Maradona con la Copa América en vez del entorchado europeo. Es la España de Casillas, la de Sergio Ramos, la de Xavi, la de Iniesta o la de Torres la que pasará a los anales de la historia, ésa que recordará que España es y será la mejor selección de todos los tiempos hasta que algún otro combinado nacional ose superar este trío de victorias.
Es la victoria del fútbol moderno, aquél que se basa en un estilo de toque y posesión en el centro del campo y en el que el mejor ataque es una buena defensa, porque entonces cómo se explicaría que España ha materializado doce goles sin tener un delantero centro de referencia durante media Eurocopa y que ha recibido solamente uno en casi 600 minutos. Añádanle a esto que Iniesta, ése que nos hizo campeones del mundo hace dos años, ha sido nombrado el mejor jugador del torneo, que Torres se ha llevado Pichichi, que diez jugadores de la selección han sido elegidos entre los 23 mejores de esta edición o que el 4-0 de la final ha sido el resultado más abultado de todas las finales de Eurocopas y Mundiales. Y, para terminar, resulta que con ésta son ya tres las Eurocopas conquistadas por España, lo que le convierte en la selección con más trofeos europeos junto con Alemania. Pocos registros quedan ya por batir. Todo esto comenzó hace poco más de cuatro años, pero tanto la Eurocopa de Austria y Suiza 2008 como el Mundial de Sudáfrica 2010 ya tuvieron su momento, así que centrémonos ahora en la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012.

España 1-1 Italia
El primer partido de la fase de grupos nos deparaba un rival vestido con piel de cordero, Italia, que venía de fracasar estrepitosamente en la cita africana y que buscaba 'vendetta' por la eliminación en cuartos de final en la anterior edición de la Eurocopa. Resultó que el cordero se convirtió en lobo, sobre todo cuando Di Natale puso por delante a la 'azurra' a la hora de partido. No tardó España en reaccionar y en poner las tablas definitivas en el marcador por medio de Cesc, la gran sorpresa del once, puesto que todos esperábamos que iba a jugar Torres, lo cual generó críticas dirigidas a Del Bosque, que, en su línea habitual de respeto, hizo oídos sordos a las opiniones de los demás.


España 4-0 Irlanda
El que a priori se presentaba como el encuentro más asequible acabó siéndolo con una incontestable goleada que se fraguó al poco de comenzar con un tanto de Torres que, esta vez sí, saltó al césped de titular e incluso logró un doblete en el tercer gol español. Su sustituto a pocos minutos del final, Cesc, se encargó de finiquitar el resultado junto con Silva, que hizo el segundo de la noche. Pudieron ser muchos más goles para una España que falló varias ocasiones, todo lo contrario que Irlanda, que apenas se acercó al área defendida por un Casillas que sí que tuvo que trabajar en los demás envites.

Croacia 0-1 España
El partido decisivo de la fase de grupos estuvo marcado por la desconfianza italiana, que temía un 'biscotto' (pasteleo) entre ambos contendientes, y es que un empate a dos goles eliminaría a Italia hiciese lo que hiciese en el otro encuentro. España, fiel al juego limpio pero muy lenta y espesa, sólo tenía en mente buscar la victoria, pero costó lo indecible hacerse con ella, pues el gol de Jesús Navas, tras una excepcional jugada de Cesc e Iniesta, llegó a falta de tres minutos para el descuento. Antes, Casillas se puso el traje de santo para repeler un cabezazo de Rakitic que nos pudo haber dejado fuera a las primeras de cambio. Finalmente, España e Italia pasaron respectivamente como primera y segunda de grupo.

España 2-0 Francia
Rival complicado en los cuartos de final, una Francia que empieza a olvidar los años gloriosos de hace una década, pero a la que nunca habíamos ganado en competición oficial. Las ganas de vencerles eran todavía mayores debido a las continuas mofas que han recibido señalados deportistas españoles de lo guiñoles franceses, y mira por dónde que quien ríe último ríe mejor. España se adueñó del partido de principio a fin, dejando muestras del juego que le caracteriza, aunque todavía carente de la pegada necesaria para finiquitar antes los encuentros. Xabi Alonso fue el autor de los dos goles, el primero de un soberbio cabezazo y el segundo de penalty.

Portugal 0-0 España
Cristiano Ronaldo nos esperaba en semifinales. Portugal sería el penúltimo obstáculo a rebasar para lograr el ansiado triplete, y la verdad es que no lo puso nada fácil. Del Bosque sorprendió con Negredo como nueve titular, probablemente su único lunar a lo largo de esta competición en lo que a decisiones se refiere, pues el sevillista estuvo desaparecido. El astro portugués apenas apareció en los lanzamientos de falta, su supuesta especialidad, y tanto su selección como la española nos regalaron unos pobres noventa minutos que acabaron en prórroga. Aquí, España estuvo muy cerca de evitar en un par de ocasiones la fatídica tanda de penalties, pero fue imposible. Xabi Alonso falló el primero. Casillas hizo su parada. Sergio Ramos se atrevió con un penalty a lo Panenka. Bruno Alves mandó el esférico al larguero. Cesc, al igual que hace cuatro años contra Italia, transformó en penalty definitivo que nos llevaba a una nueva final.


España 4-0 Italia
España se citaba con la historia en Kiev. Jamás una selección de fútbol había encadenado dos Eurocopas y un Mundial de forma consecutiva, e Italia, que sorprendentemente eliminó a la todopoderosa Alemania en semifinales con más facilidad de la esperada, sería el rival que trataría de impedir dicha proeza. Ni por asomo. España jugó probablemente el mejor partido de estas tres competiciones que nos han llevado a la gloria. Ayer compuso una ópera primera con tres grandes tenores (Xavi, Silva e Iniesta) y un director de orquesta como Del Bosque que ha estado prácticamente espléndido en esta Eurocopa, sobre todo a la hora de acertar con los cambios en cada encuentro. Silva nos puso por delante culminando con un remate de cabeza una larga sucesión de pases, mientras que Jordi Alba sentenció poco antes del descanso tras una gran galopada que le dejó sólo frente a Buffon. Bien es cierto que entre medias pasamos unos quince minutos de apuros con continuas acciones a balón parado y remates a media y larga distancia de los italianos, aunque casi no pusieron en apuros a Casillas. Sí tuvo que intervenir éste a un disparo de Di Natale justo al comenzar la segunda parte, pero poco más. Italia jugó con diez la última media hora por lesión de Motta, que no pudo ser sustituido porque ya habían realizado los tres cambios reglamentarios, lo cual facilitó la labor de España, que fue acumulando más y más acercamientos al área rival. En los últimos diez minutos, Torres y Mata dieron lustre a un resultado y a un partido memorable que nos coronó como campeones de Europa por tercera vez.

Casillas, ése que se merece el Balón de Oro y que nunca lo conseguirá por haber nacido español y ser portero, volvió a levantar al cielo ese trofeo que ahora parece tan fácil de tocar. En el césped, las lágrimas de los jugadores italianos, a destacar las del pétreo y alocado Balotelli, y también las de Pirlo, quizás el único que encajaría en el juego de España y que sí, se merecía añadir una Eurocopa a su palmarés, pero el final no puede ser feliz para todos. Lo fue ayer para Casillas, Albiol, Piqué, Javi Martínez, Juanfran, Iniesta, Pedro, Xavi, Fernando Torres, Cesc Fàbregas, Negredo, Víctor Valdés, Mata, Xabi Alonso, Sergio Ramos, Busquets, Arbeloa, Jordi Alba, Fernando Llorente, Cazorla, Silva, Jesús Navas y Reina, pero nadie pone en duda que en esta lista de veintitrés faltan Puyol y Villa. Ambos jugadores fueron claves en 2008 y 2010, pero sus respectivas lesiones les han impedido completar un trío de éxitos del que sí pueden presumir algunos de sus compañeros de selección. Por cierto, aunque por suerte no fue decisivo, todavía me pregunto cómo es posible que el penalty por mano de un defensa italiano en el partido de ayer no lo viera ni el árbitro, ni el juez de línea ni siquiera el árbitro de área. Se supone que con un árbitro más en cada área se amplía el campo de visión, pero parece ser que no, que no es así, y luego dirán les criticamos por criticar...
¿Quién nos lo iba a decir hace poco más de cuatro años? Por aquél entonces, nuestras vitrinas solamente guardaban una Eurocopa en blanco y negro, y ahora, dos Eurocopas más y un Mundial. Ni por asomo imaginábamos que los penalties dejarían de ser malditos para convertirse en aliados, que venceríamos en una final y en una semifinal a esa selección que siempre gana en ese deporte que juegan once contra once, que nuestros dos vecinos caerían rendidos ante nuestros pies de seda, que subiríamos a la cima del mundo derrotando a la que antaño era mecánica o que alcanzaríamos la gloria infinita goleando a la selección más competitiva de todas.
Es el momento de olvidarse durante un tiempo de todo, aunque no de todos. De nada sirve ahora hablar de la crisis económica, de la prima de riesgo, del rescate, de los recortes o del euro. Toca disfrutar de esta generación de futbolistas que nos ha tocado vivir, que tiene pinta de mantenerse unos años más, y de un hecho histórico para nuestro deporte y para nuestro fútbol que a lo mejor nadie igualará por muchos años que pasen. El siguiente objetivo, sin contar ese invento innecesario de la Copa Confederaciones, es el Mundial de Brasil 2014, donde seremos recibidos como claros favoritos y donde tendremos que defender y pelear por un trofeo que será muy difícil de revalidar. Visto lo visto, va a parecer un paseo, pero no, no lo será. Vivamos el momento, que ya es mucho, que ahora podemos gritar que...
 
¡¡¡SOMOS HISTORIA!!!

2 comentarios:

Rojo Merlin dijo...

Como diría un amigo mío, esto se resume en dos palabras: Im-presionante!!!
Más adelante diré más cosas, de momento, sólo comentar una cosa, antes de que se me olvide, vaya racha más malita que lleva el pobrecito de Platini, jajajajajajajaja.
Otro trofeo más para los "españolitos".
Bueno, pues eso, ahora a disfrutar del momento, a digerirlo, si se puede, y a soñar con el siguiente triunfo de nuestra selección.
Demostrado queda, somos los mejores!!!!
Saludos.

Rafalillo dijo...

Impresionante es poco. Siempre éramos los eternos aspirantes y ahora resulta que somos simplemente eternos porque hemos logrado lo que nadia antes había conseguido.

Pues sí, Platini ya tiene que estar un poco harto de premiar a España, pero bueno, como dices, ahora toca disfrutar y seguir soñando con nuevos éxitos.

Saludos ;)