Esta misma mañana he terminado con mi segunda lectura veraniega, que en este caso ha sido del libro 'El ángel perdido', obra del escritor español Javier Sierra.
Es la noche de Todos los Santos y Julia Álvarez se encuentra restaurando el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela. De repente observa que, a pesar de que ya está cerrado al público, alguien ha entrado en el templo, una persona con la que llega a tener contacto visual y que incluso le llega a hablar, pero en una lengua que Julia no logra entender. Casi sin esperarlo, comienza un tiroteo dentro de la catedral que provoca la huida de este oscuro personaje, siendo el causante de ello un agente de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de los Estados Unidos que muestra a Julia un vídeo en el que aparece un hombre que ha sido secuestrado: es Martin Faber, su marido. Le informa además de que parece ser que le han capturado en la zona del monte Ararat, en Turquía, donde se encontraba realizando investigaciones climatológicas. Los sucesos que acontecen a partir de ese momento llevan a Julia a adentrarse en una búsqueda en la que participan varios frentes están interesados en dos misteriosas piedras con poderes sobrenaturales que precisamente poseen ella y Martin.
Este libro no lo adquirí bajo mi propia elección, sino que fue un regalo, por lo que la incertidumbre que tenía acerca de su lectura era máxima. Tras haberlo leído, puedo decir que no me ha disgustado, pero tampoco me ha entusiasmado. La trama contiene todos los ingredientes del género novelístico que triunfa desde la irrupción de Dan Brown con su tan criticado 'El código Da Vinci': misterios, símbolos, mensajes encriptados, leyendas bíblicas, desastres apocalípticos, persecuciones, etc. Hay que reconocer que el cóctel que se obtiene es de los que entran por los ojos, y la verdad es que cuando comencé a leerlo pensé que iba a encandilarme; sin embargo, para mi gusto le ha faltado algo que terminase de engancharme del todo, que es lo que más busca en un libro cualquier lector. Probablemente haya sido que me ha resultado un tanto inverosímil todo el trasfondo referente al Diluvio Universal, los ángeles y las mágicas piedras que poseen Julia y Martin, y también los continuos cambios de ubicación y de narrador de la historia, lo cual dificulta e incluso llega a confundir durante la lectura; es más, incluso me atrevería a decir que ciertos personajes sobran totalmente, y eso ayudaría a centrarse algo más en la trama y no complicarla tanto. Lo que sí que es digno de admirar es lo bien que está escrito el libro, pues se deja leer con agilidad y está narrado con todo detalle, y es aquí donde se nota que el autor se ha documentado a la perfección para poder elaborar una historia que, siendo ficción, ha conseguido encajar con maestría numerosos personajes, hechos y textos reales. También tengo que decir que, tal y como está planteado el libro, varias veces he pensado mientras lo leía que bien podría ser el perfecto guión de una taquillera película hollywoodiense, las cosas como son. Creo que este libro ganaría puntos con una segunda lectura, pero antes prefiero seguir con mi lista de títulos pendientes, que son muchos, y quién sabe si algún día aumentará con otra obra de Javier Sierra, pues tengo entendido que ha escrito títulos mejores que éste.
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