Miércoles, 23 de julio de 2008
7:30
Nos levantamos a la misma hora de ayer. Una duchita y al comedor. Desayuno más o menos lo mismo que ayer, aunque hoy también me he tomado un zumo de naranja. Tras subir a nuestras habitaciones para coger la cámara y el plano de Valencia, nos dirigimos a la parada del metro para bajarnos en el centro. Andamos unos minutos hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento; allí, preguntamos dónde para el autobús que pasa por la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ya que estábamos todavía un poco cansados del día anterior. En la calle que une la plaza con la estación de trenes, cogemos dicho autobús.
10:15
Al llegar al Oceanográfico, lo primero que hacemos es preguntar en Información cuál es la ruta recomendada para visitarlo, ya que se compone de varias zonas. Allí mismo, también nos dijeron el horario del Delfinario, ya que las exhibiciones de los delfines están programadas a ciertas horas.
En primer lugar, fuimos al Mediterráneo, compuesto por siete acuarios que presentan varios ecosistemas marinos del mar que baña parte de la península, como el Mediolitoral, el Infralitoral y el Coralígeno; en ellos podemos contemplar bancos de peces, estrellas de mar, cangrejos, rayas, etc. Después, entramos en una cúpula esférica, la de los Humedales, donde conviven especies acuáticas y aves. La vegetación permite que éstas puedan crear nidos, en los que pudimos ver a varios polluelos.
12:00
Sin duda, éste fue uno de los mejores momentos de la visita al Oceanográfico. En la exhibición, participaban varios domadores de delfines que hacían piruetas con ellos; cuando actuaban solamente los delfines, éstos saltaban una tirolina, jugaban con los aros, nadaban hacia atrás, de pie sobre el agua, hacían volteretas, saludaban al público... Simplemente, asombroso. Y de regalo por haberlo hecho tan bien, una buena ración de pescado.
Después, entramos en un gran iglú, que albergaba la zona denominada Ártico, compuesto por dos grandes tanques donde pudimos contemplar a las simpáticas belugas, unas pequeñas ballenas blancas que siempre parecen sonrientes, y a las morsas, con sus largos colmillos y bigotes. Ya para terminar, pasamos a la última zona que nos quedaba, la de los Océanos; sus dos torres unidas por un túnel albergaban especies como tiburones, impresionantes cuando pasan por encima de ti, rayas, tortugas...
Antes de irnos, fuimos a la tienda del complejo para comprar algún recuerdo de nuestra visita al Oceanográfico, como una camiseta, en mi caso.
14:00
Como teníamos previsto, nos fuimos anadando hacia la playa para tomarnos una paella en el paseo marítimo. Estaba un poco lejos, pero con el plano delante calculamos que en poco más de media hora estaríamos allí... Pero cuando llegamos a una glorieta y vimos que habíamos llegado a una carretera, no tuvimos más remedio que dar media vuelta.
Eran ya casi las tres de la tarde y a las cinco y media teníamos que estar de vuelta para ir al Hemisférico. Empezamos a discutir sobre si era mejor coger un autobús que nos llevase a la playa, o si buscar algún sitio para almorzar cerca de dónde nos encontrábamos y dejar la paella para mañana... En fin, que entre el calor que hacía y que si hoy no íbamos a la playa nos quedaríamos sin probar una paella en Valencia, decidimos coger un autobús. En el trayecto, pasamos por el circuito en el que semanas más tarde se celebraría el Gran Premio de Europa de Fórmula 1; se podían ver las gradas supletorias ya construidas y cómo los operarios montaban las vallas de protección y apilaban los neumáticos.
15:30
A esta hora, llegamos al paseo marítimo de la playa de las Arenas, colindante con el puerto de Valencia. Tras un paseo de reconocimiento de los restaurantes y chiringuitos, nos decidimos por uno que pintaba bastante bien, pero nos encontramos conque estaban todas las mesas u ocupadas o reservadas, así que nos fuimos a otro. En éste, pedimos una paella con calamares para cuatro; tras media hora de espera, llegó el ansiado momento de comer, que hacía bastante falta. La paella no estaba mal, la verdad, pero no era gran cosa, ni en sabor ni en cantidad; además, junto con el agua, nos costó 13€ a cada uno, un poco caro bajo mi punto de vista. Vamos, que si lo que me comí cuesta eso, el que hace mi madre, por lo menos, 50.
17:30
Lo primero que hicimos al llegar al Hemisférico fue entrar en los baños para refrescarnos, porque el calor que hacía no era normal. Media hora más tarde, entramos al edificio en sí tras coger unos cascos que nos permitirían escuchar el contenido de la proyección; los cascos, todo hay que decirlo, un poco incómodos y 'galácticos', por llamarlo de alguna forma.
El Hemisférico, aparte de albergar la sala más grande de España que proyecta cine en formato IMAX, es también un planetario en el que se simulan más de 9000 estrellas, planetas, nebulosas, cúmulos, etc., sobre una pantalla gigante; además, los asientos de la grada tienen una inclinación de 30º, lo que aporta más realismo.
Las proyecciones a las que asistimos trataban temas muy relacionados entre sí. La primera, 'Orígenes de la vida', aborda la aparición de la vida en La Tierra. Empezando con el Big Bang, el documental avanza con la formación de las estrellas y los sistemas solares, las grandes extinciones y lo que provocó que nuestro planeta fuera habitable. La segunda proyección se titulaba 'La búsqueda de vida... ¿Estamos solos?'. En ella, se intenta responder a la pregunta de si estamos solos en el Universo. Desde las profundidades de los océanos hasta los confines del cosmos, este documental aborda la relación que puede existir entre la vida en La Tierra y en otros planetas.
19:00
Tras abandonar el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, nos encaminamos al centro de Valencia con tranquilidad paseando por los Jardines del Turia. Estos jardines se extienden por el antiguo cauce del río Turia y, actualmente, es uno de los más grandes y visitados de España. En su interior, además de un gran número de árboles y fuentes, podemos encontrar el Parque Gulliver, una zona recreativa infantil con una escultura de 70 metros del personaje creado por Jonathan Swift, el Palau de la Música, el Bioparc, el Zoo de Valencia, etc; además, podemos contemplar el gran número de puentes de varios estilos que lo atraviesan. Casualmente, uno de ellos es del mismo arquitecto que hizo la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Santiago Calatrava.
20:00
Como todavía teníamos tiempo por delante, aprovechamos para ver algunos monumentos. Entre ellos, la Puerta del Mar, muy parecida a la Puerta de Alcalá de Madrid, el edificio de la Capitanía General, la Iglesia de Santo Domingo, una escultura de San Vicente Ferrer, el Palacio de Justicia, la Plaza de Alfonso el Magnánimo, etc.
Ya de vuelta en el hotel, me puse a estudiar en el plano lo que nos quedaba por visitar de Valencia y establecer una ruta para el último día que nos quedaba realmente, porque el viernes, el tren salía a las once y media de la mañana, por lo que no podíamos dejarnos nada importante en el camino. La visita a Valencia del jueves, en la próxima entrada.
1 comentario:
Rafaaaaaaaaaa, muy buena la ciudad de las artes y ciencias jeje. Oyeee, eso del 100 montaditos no o sabía yooo jeje, ya l sé para otra vez.
Tu viaje fue muy guay, cuando tenga tiempo contaré el mío ;)
Besitossss y hasta prontooo guapooo
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