El primer libro que he leído este verano ha sido 'El símbolo perdido', obra del escritor estadounidense Dan Brown.
Una mañana de domingo, el experto en simbología Robert Langdon recibe una llamada de un asistente de su amigo Peter Solomon para comunicarle que éste le necesita para dar una conferencia sobre masonería esa misma noche en el Capitolio de Washington, una invitación que acepta a pesar de la premura. Al llegar allí, descubre que tal evento no existe y, minutos más tarde, que la mano cercenada de Peter se encuentra en el vestíbulo de este emblemático edificio con una serie de símbolos tatuados en sus dedos. Su amigo ha sido secuestrado por su supuesto asistente, Mal'akh, quien además tiene como objetivo acabar con la vida de Katherine Solomon, hermana de Peter y experta en ciencias noéticas. Inevitablemente, la CIA aparece en escena interesada no solamente en iniciar la investigación, sino también en un pequeño objeto masónico que Robert trae consigo y que permitirá a Mal'akh revelar un secreto guardado durante siglos.
Después de haber leído las dos primeras novelas de Dan Brown protagonizadas por Robert Langdon ('Ángeles y demonios' y el polémico 'El código Da Vinci'), uno ya sabe con un 100 % de seguridad lo que se va a encontrar en 'El símbolo perdido': un thriller lleno de misterios, símbolos indescifrables, secretos ocultos y ciertas referencias bíblicas que envuelven a una trama trepidante que tiene lugar en una famosa ciudad. Así pues, el resultado es una copia de las anteriores, siendo esta vez el telón de fondo Washington y los masones. Siempre es injusto comparar obras del mismo autor, como en este caso, pero no queda más remedio que hacerlo, y la conclusión es que, si bien 'El símbolo perdido' te mantiene plenamente enganchado con una lectura muy ágil al igual que consiguieron en su día los títulos que transcurren en Roma y París, este libro, para mi gusto, se queda un pelín por debajo de ambos. Su principal defecto son las últimas 30-40 páginas, sobran totalmente pues no aportan prácticamente nada, eso sí, el desenlace es totalmente inesperado. Muchas críticas ha recibido, y recibe, Dan Brown por una fama inmerecida, justificadas en su mayor parte porque sus best-sellers son simples y fáciles de leer y porque contienen especulaciones sobre el cristianismo, lo cual ya sabemos que en muchos círculos es un tema intocable. Y digo yo, ¿prefiere la gente un libro de difícil lectura que les impida seguir la historia que se relata? ¿No entiende la gente que los libros de Dan Brown son de ficción, por mucho que se ambiente en hechos y lugares reales? En fin, queda recomendado este libro para aquellos lectores que sepan obviar dichas críticas, y a los que no, que no hablen más de la cuenta.
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