Ya terminó. La semana más importante del año finalizó ayer, como suele ser habitual, con la procesión del Resucitado. Pero ha sido una Semana Santa agridulce: si la del año pasado fue mala, ya que se quedaron sin salir cofradías el Domingo de Ramos, el Martes Santo y el Viernes Santo, la de éste ha sido, si cabe, peor, porque quedarse sin procesiones el Miércoles y el Jueves Santo, los días con más tirón, es un 'delito'.
El Domingo de Ramos empezó con los primeros rayos de sol iluminando a la cofradía de los niños, la Pollinica, espléndida como siempre. Lágrimas y Favores volvió a demostrar que, a pesar de su juventud, tiene mucho tirón, como demuestra la gente que se agolpa en San Juan a su salida. Huerto, Salud y Humildad se resarcieron este año tras quedarse sin salir el pasado año, sobre todo la última, que, en el 25 aniversario de la bendición de sus imágenes, procesionó al Santísimo Cristo de la Humildad con otras vestiduras y a Nuestra Madre y Señora de la Merced sin la compañía de San Juan en el trono. Dulce Nombre, que por vez primera sacaba en Semana Santa a su Virgen, María Santísima del Dulce Nombre, y Salutación también completaron su itinerario, al contrario que el año anterior, en el que tuvieron que suprimir parte del recorrido, la primera de ellas, y retornar a la iglesia al poco de salir, la segunda. Por último, el Prendimiento se vio afectado por un vehículo mal estacionado en calle Ollerías, lo que generó un notable retraso en este día, que acabó más tarde de lo habitual.
El Lunes Santo nos trajo dos importantes estrenos: el primero que pudimos disfrutar fue el del plateado del trono de María Santísima del Mayor Dolor en su Soledad, titular de la cofradía de la Crucifixión; el segundo de ellos fue el nuevo manto de María Santísima de la Trinidad Coronada, cuyo profuso bordado dio más lustre a un cortejo que sigue estando protagonizado por el 'Señor de Málaga', el Cautivo. La cofradía de los Gitanos volvió a ofrecer la nota festiva del día, con numerosos gitanos cantando a 'El Moreno' tras su trono, y Dolores del Puente impuso el orden y la seriedad que le caracteriza, destacando el singular trono antequerano de su titular mariana. Pasión hizo estación de penitencia en la Catedral como pocas, y es que su paso por el templo mayor es algo que no hay que perderse cada Lunes Santo. Y Estudiantes, con sus trajeados hombres de trono, volvió a llenar la Plaza del Obispo en el acto que cada año celebra en la citada plaza; otro momento inolvidable.
Nueva Esperanza tenía ganas de salir este año, y más cuando el año pasado tuvo de renunciar a su salida para no entorpecer al resto de cofradías debido a los retrasos que se establecieron por culpa de las lluvias de primera hora de la tarde; Jesús Nazareno del Perdón estrenó túnica bordada y un ángel cirineo, y María Santísima de Nueva Esperanza, los primeros bordados del palio. Las Penas volvió a lucirse el Martes Santo; primero, con el manto de flores que caracteriza a la Virgen, y segundo, con el mágico paso, especialmente del Santísimo Cristo de la Agonía, por calle San Agustín. Y todo hay que decirlo: para mi gusto, el itinerario que sigue esta cofradía, si no es el mejor, es uno de los mejores, gracias a que sus pequeños tronos permiten ser procesionados por calles recogidas, como Nosquera, Nueva, San Agustín o Granada, además de su visita a la Catedral. Humillación rindió homenaje a un hermano fallecido el último año colocando su escapulario en el frontal del trono del Cristo. El Rescate coloreó, como cada año, la tarde-noche del Martes Santo con sus llamativas túnicas y capas; la Sentencia estrenó un soldado romano y las vestiduras de los dos que tiene el trono, en un intento de ofrecer más realismo histórico; y el Rocío estuvo apoteósico, subiendo Peña, Mariblanca y Cruz Verde casi del tirón, y con un encierro, en la nueva casa hermandad, en el que los dos tronos fueron subidos a pulso varias veces.
El Miércoles Santo fue el primer día afectado por la lluvia. Desde 1981 no se había suspendido este día, por lo que la decepción fue notoria entre los cofrades, sobre todo los de la Sangre, que estrenaba el trono de María Santísima de Consolación y Lágrimas, y los de la Expiración, que sacaría a la calle la imagen de María Santísima de los Dolores Coronada recién restaurada. La única hermandad que se atrevió a salir fue Salesianos, aunque tuvo que cortar camino e ir directamente a la Catedral sin pasar por el recorrido oficial. Fusionadas informó de que una hora más tarde del horario establecido intentaría salir, pero la espera fue en vano. La cofradía de la Paloma se quedó sin procesión, aunque la tristeza fue menos con el numeroso público que se acercó a la Plaza de San Francisco para ver a sus titulares. El Rico, no obstante, si salió, aunque sólo lo hizo el Cristo, en el trono y con las vestiduras de traslado, para el acto de liberación del preso que tiene lugar cada Miércoles Santo en la Aduana.
El Jueves Santo amaneció con un gran diluvio acompañado de granizo, lo que obligó a las cofradías a reunirse y decidir salir una hora más tarde para evitar la lluvia. A la hora dictada salieron Santa Cruz y Cena, que completaron sus respectivos recorridos como estaba previsto. Viñeros fue la primera del Jueves Santo que tomó la difícil decisión de quedarse en su casa hermandad, por lo que habrá que esperar al año que viene para ver el nuevo trono de Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros. Tampoco arriesgaron Zamarrilla y Esperanza, las dos últimas cofradías del Jueves; esta última, a pesar de todo, volvió a repartir romero a los fieles que se encontraban en las inmediaciones de la Basílica de la Esperanza. Mena llegó con el Cristo hasta la rotonda del Marqués de Larios, pero se dio media vuelta al enterarse de que en poblaciones cercanas estaba lloviendo y de que la otra cofradía que salió, Misericordia, también retornó a su casa hermandad al caerle unas gotas por la calle Ancha del Carmen. Y al final, no llovió durante toda la noche y la madrugada...
El Viernes Santo se vengó de los dos últimos años y, por fin, salieron todas las cofradías. Dolores de San Juan, fiel a su estilo, se paseó en silencio por las calles de Málaga y volvió a reunir a bastante público en Plaza de Arriola durante su estación ante las Hermanas de la Cruz. Descendimiento presentó dos grandes novedades: el nuevo estandarte de María Santísima de las Angustias y el palio del trono de ésta. Monte Calvario, tras trasladar al Santísimo Cristo Yacente de la Paz y de la Unidad desde su capilla, salió desde el Santuario de la Victoria, y también estrenó algunas cartelas del trono del Cristo. La gran novedad del día fue la del trono del Cristo del Santo Traslado, de Rafael Ruiz Liébana, que también ha tallado el de la Virgen de la cofradía de la Sangre. El Amor, tras dos años en los que se tuvo que volver apenas iniciado el cortejo procesional, completó el recorrido con sus dos titulares. La Piedad nos mostró la restauración de parte de la talla, que se había visto afectada tras las lluvias de los últimos años. El Sepulcro hizo el silencio al paso de su impresionante catafalco con la 'Marcha fúnebre' de Chopin. Por último, Servitas apagó las luces de la ciudad para contemplar la implorante imagen de María Santísima de los Dolores.
Finalmente, el Domingo de Resurrección puso punto y final a la Semana Santa de 2008 con la procesión del Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos, acompañados por representaciones, unas más numerosas que otras, de todas las cofradías.
En mi haber quedan 21 traslados, 5 salidas, 6 encierros, 63 horas en la calle y 5260 fotografías, que después se verán reducidas cuando descarte las que han salido mal. Como mejores momentos de cada día, recordaré los siguientes: el Domingo de Ramos, el encierro de la Pollinica; el Lunes Santo, el acto de los Estudiantes en la Plaza del Obispo; el Martes Santo, el paso del Cristo de la Agonía por calle San Agustín; del Miércoles y el Jueves Santo no quiero destacar nada por respeto a las cofradías que no completaron su salida procesional o que ni siquiera pudieron salir; el Viernes Santo, el encierro del Sepulcro; y el Domingo de Resurrección, el encierro del Resucitado. Un día de estos, os pondré unas diapositivas con una foto de cada trono, y en el caso de que no haya salido este año, una de años anteriores.
Hasta el 5 de abril de 2009. Quedan 377 días...
El Lunes Santo nos trajo dos importantes estrenos: el primero que pudimos disfrutar fue el del plateado del trono de María Santísima del Mayor Dolor en su Soledad, titular de la cofradía de la Crucifixión; el segundo de ellos fue el nuevo manto de María Santísima de la Trinidad Coronada, cuyo profuso bordado dio más lustre a un cortejo que sigue estando protagonizado por el 'Señor de Málaga', el Cautivo. La cofradía de los Gitanos volvió a ofrecer la nota festiva del día, con numerosos gitanos cantando a 'El Moreno' tras su trono, y Dolores del Puente impuso el orden y la seriedad que le caracteriza, destacando el singular trono antequerano de su titular mariana. Pasión hizo estación de penitencia en la Catedral como pocas, y es que su paso por el templo mayor es algo que no hay que perderse cada Lunes Santo. Y Estudiantes, con sus trajeados hombres de trono, volvió a llenar la Plaza del Obispo en el acto que cada año celebra en la citada plaza; otro momento inolvidable.
Nueva Esperanza tenía ganas de salir este año, y más cuando el año pasado tuvo de renunciar a su salida para no entorpecer al resto de cofradías debido a los retrasos que se establecieron por culpa de las lluvias de primera hora de la tarde; Jesús Nazareno del Perdón estrenó túnica bordada y un ángel cirineo, y María Santísima de Nueva Esperanza, los primeros bordados del palio. Las Penas volvió a lucirse el Martes Santo; primero, con el manto de flores que caracteriza a la Virgen, y segundo, con el mágico paso, especialmente del Santísimo Cristo de la Agonía, por calle San Agustín. Y todo hay que decirlo: para mi gusto, el itinerario que sigue esta cofradía, si no es el mejor, es uno de los mejores, gracias a que sus pequeños tronos permiten ser procesionados por calles recogidas, como Nosquera, Nueva, San Agustín o Granada, además de su visita a la Catedral. Humillación rindió homenaje a un hermano fallecido el último año colocando su escapulario en el frontal del trono del Cristo. El Rescate coloreó, como cada año, la tarde-noche del Martes Santo con sus llamativas túnicas y capas; la Sentencia estrenó un soldado romano y las vestiduras de los dos que tiene el trono, en un intento de ofrecer más realismo histórico; y el Rocío estuvo apoteósico, subiendo Peña, Mariblanca y Cruz Verde casi del tirón, y con un encierro, en la nueva casa hermandad, en el que los dos tronos fueron subidos a pulso varias veces.
El Miércoles Santo fue el primer día afectado por la lluvia. Desde 1981 no se había suspendido este día, por lo que la decepción fue notoria entre los cofrades, sobre todo los de la Sangre, que estrenaba el trono de María Santísima de Consolación y Lágrimas, y los de la Expiración, que sacaría a la calle la imagen de María Santísima de los Dolores Coronada recién restaurada. La única hermandad que se atrevió a salir fue Salesianos, aunque tuvo que cortar camino e ir directamente a la Catedral sin pasar por el recorrido oficial. Fusionadas informó de que una hora más tarde del horario establecido intentaría salir, pero la espera fue en vano. La cofradía de la Paloma se quedó sin procesión, aunque la tristeza fue menos con el numeroso público que se acercó a la Plaza de San Francisco para ver a sus titulares. El Rico, no obstante, si salió, aunque sólo lo hizo el Cristo, en el trono y con las vestiduras de traslado, para el acto de liberación del preso que tiene lugar cada Miércoles Santo en la Aduana.
El Jueves Santo amaneció con un gran diluvio acompañado de granizo, lo que obligó a las cofradías a reunirse y decidir salir una hora más tarde para evitar la lluvia. A la hora dictada salieron Santa Cruz y Cena, que completaron sus respectivos recorridos como estaba previsto. Viñeros fue la primera del Jueves Santo que tomó la difícil decisión de quedarse en su casa hermandad, por lo que habrá que esperar al año que viene para ver el nuevo trono de Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros. Tampoco arriesgaron Zamarrilla y Esperanza, las dos últimas cofradías del Jueves; esta última, a pesar de todo, volvió a repartir romero a los fieles que se encontraban en las inmediaciones de la Basílica de la Esperanza. Mena llegó con el Cristo hasta la rotonda del Marqués de Larios, pero se dio media vuelta al enterarse de que en poblaciones cercanas estaba lloviendo y de que la otra cofradía que salió, Misericordia, también retornó a su casa hermandad al caerle unas gotas por la calle Ancha del Carmen. Y al final, no llovió durante toda la noche y la madrugada...
El Viernes Santo se vengó de los dos últimos años y, por fin, salieron todas las cofradías. Dolores de San Juan, fiel a su estilo, se paseó en silencio por las calles de Málaga y volvió a reunir a bastante público en Plaza de Arriola durante su estación ante las Hermanas de la Cruz. Descendimiento presentó dos grandes novedades: el nuevo estandarte de María Santísima de las Angustias y el palio del trono de ésta. Monte Calvario, tras trasladar al Santísimo Cristo Yacente de la Paz y de la Unidad desde su capilla, salió desde el Santuario de la Victoria, y también estrenó algunas cartelas del trono del Cristo. La gran novedad del día fue la del trono del Cristo del Santo Traslado, de Rafael Ruiz Liébana, que también ha tallado el de la Virgen de la cofradía de la Sangre. El Amor, tras dos años en los que se tuvo que volver apenas iniciado el cortejo procesional, completó el recorrido con sus dos titulares. La Piedad nos mostró la restauración de parte de la talla, que se había visto afectada tras las lluvias de los últimos años. El Sepulcro hizo el silencio al paso de su impresionante catafalco con la 'Marcha fúnebre' de Chopin. Por último, Servitas apagó las luces de la ciudad para contemplar la implorante imagen de María Santísima de los Dolores.
Finalmente, el Domingo de Resurrección puso punto y final a la Semana Santa de 2008 con la procesión del Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos, acompañados por representaciones, unas más numerosas que otras, de todas las cofradías.
En mi haber quedan 21 traslados, 5 salidas, 6 encierros, 63 horas en la calle y 5260 fotografías, que después se verán reducidas cuando descarte las que han salido mal. Como mejores momentos de cada día, recordaré los siguientes: el Domingo de Ramos, el encierro de la Pollinica; el Lunes Santo, el acto de los Estudiantes en la Plaza del Obispo; el Martes Santo, el paso del Cristo de la Agonía por calle San Agustín; del Miércoles y el Jueves Santo no quiero destacar nada por respeto a las cofradías que no completaron su salida procesional o que ni siquiera pudieron salir; el Viernes Santo, el encierro del Sepulcro; y el Domingo de Resurrección, el encierro del Resucitado. Un día de estos, os pondré unas diapositivas con una foto de cada trono, y en el caso de que no haya salido este año, una de años anteriores.
Hasta el 5 de abril de 2009. Quedan 377 días...
1 comentario:
Pos a mi, sin ánimo de ofender, me gusta mucho más la Navidad. Es más alegre, la familia se reúne y puedes cruzar las calles sin que te insulten xD.
Pero bueno, admiro tu devoción. Yo nunca seré taaan devota de algo como para llenar tantas entradas de un blog (bueno, sí, pero no serían cosas para poner en internet).
A mí también me da pena que no salgan las procesiones, muchas ilusiones se quedan en el camino.
Aunque me alegro mucho por las cofradías del Viernes Santo, que al fin han podido salir después de varios años.
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