El Málaga venció ayer por 2-1 a un Espanyol que perdonó muchas ocasiones y que acabó pagándolo con una injusta derrota en La Rosaleda.
Los malaguistas salieron entonados al terreno de juego y comenzaron a acercarse con relativo peligro al área rival con jugadas hilvanadas y controlando el esférico. A los doce minutos, se adelantó en el marcador tras un magistral saque de falta de Duda que remató de cabeza Fernando al fondo de las mallas (1-0). A partir de ahí, el Málaga se diluyó poco a poco y eso lo supo aprovechar el Espanyol, que se fue adueñando del partido, aunque sin encontrar el camino para entrar en el área local; las escasas ocasiones de las que dispuso consistieron únicamente en remates lejanos, como uno de Chica que tuvo que despejar Munúa a córner tras rozar en Caicedo, que tuvo que ser sustituido por Obinna al sentir un pinchazo. Nada más salir, el delantero nigeriano a punto estuvo de aumentar la ventaja en el marcador, pero su disparo se encontró con el cuerpo de un defensa en la trayectoria del balón. Cuando ya todos estaban pensando en los vestuarios, a un minuto del descanso, el Espanyol puso las tablas: falta botada por Javi Márquez que peina Toribio hacia atrás en un intento de despejar y que Víctor Ruiz se encuentra a un palmo de la línea de gol para empujarla (1-1). El árbitro no estuvo demasiado fino en la primera mitad, ya que no midió con el mismo rasero las acciones de ambos conjuntos, dejando sin amonestar a jugadores españolistas por faltas idénticas a las cometidas por los locales, que sí vieron la amarilla; además, la falta del gol del empate deja muchas dudas.
El Espanyol salió con las ideas claras en la segunda mitad, pero no supo finalizar los numerosos acercamientos que tuvo: una internada en el área de Verdú cuyo remate se topó con la pierna de Toribio; un disparo desde la frontal de Callejón que repelió Munúa; de nuevo Callejón con una preciosa vaselina que se estrelló en el larguero; una falta directa lanzada por Pareja que se marchó rozando la escuadra; un remate de Luis García desde el punto de penalty ligeramente cruzado, etc. El que perdona suele pagarlo y no tardaría mucho en llegar el castigo. Obinna lo intentó con una potente volea desde la frontal que se fue por encima del travesaño, pero no falló en un córner botado por Duda que cabeceó Weligton, tocó Manu Torres y que le llegó casi sin querer a sus pies para marcar a placer (2-1). El Málaga sufrió para llevarse los tres puntos, sobre todo en los últimos cinco minutos, cuando jugó con un hombre menos tras la roja directa que vió Jesús Gámez por una fea entrada sobre un jugador rival, pero el Espanyol no llegó a disponer de más ocasiones claras. El árbitro redondeó su particular tarde con un clamoroso penalty de Munúa sobre Iván Alonso nada más comenzar la segunda mitad que no quiso ver y con decisiones erróneas en acciones puntuales que perjudicaron siempre a los locales; de hecho, en una de ellas, el entrenador malaguista no dejó de quejarse llamativamente, lo que llevó al trencilla a expulsarle.
Diez puntos de doce posibles en la segunda vuelta dejan al Málaga con siete de ventaja sobre los puestos de descenso, algo impensable hace apenas dos meses. Esta cómoda renta le permite viajar con más tranquilidad a Barcelona para medirse al líder el próximo sábado a las diez de la noche.
Los malaguistas salieron entonados al terreno de juego y comenzaron a acercarse con relativo peligro al área rival con jugadas hilvanadas y controlando el esférico. A los doce minutos, se adelantó en el marcador tras un magistral saque de falta de Duda que remató de cabeza Fernando al fondo de las mallas (1-0). A partir de ahí, el Málaga se diluyó poco a poco y eso lo supo aprovechar el Espanyol, que se fue adueñando del partido, aunque sin encontrar el camino para entrar en el área local; las escasas ocasiones de las que dispuso consistieron únicamente en remates lejanos, como uno de Chica que tuvo que despejar Munúa a córner tras rozar en Caicedo, que tuvo que ser sustituido por Obinna al sentir un pinchazo. Nada más salir, el delantero nigeriano a punto estuvo de aumentar la ventaja en el marcador, pero su disparo se encontró con el cuerpo de un defensa en la trayectoria del balón. Cuando ya todos estaban pensando en los vestuarios, a un minuto del descanso, el Espanyol puso las tablas: falta botada por Javi Márquez que peina Toribio hacia atrás en un intento de despejar y que Víctor Ruiz se encuentra a un palmo de la línea de gol para empujarla (1-1). El árbitro no estuvo demasiado fino en la primera mitad, ya que no midió con el mismo rasero las acciones de ambos conjuntos, dejando sin amonestar a jugadores españolistas por faltas idénticas a las cometidas por los locales, que sí vieron la amarilla; además, la falta del gol del empate deja muchas dudas.
El Espanyol salió con las ideas claras en la segunda mitad, pero no supo finalizar los numerosos acercamientos que tuvo: una internada en el área de Verdú cuyo remate se topó con la pierna de Toribio; un disparo desde la frontal de Callejón que repelió Munúa; de nuevo Callejón con una preciosa vaselina que se estrelló en el larguero; una falta directa lanzada por Pareja que se marchó rozando la escuadra; un remate de Luis García desde el punto de penalty ligeramente cruzado, etc. El que perdona suele pagarlo y no tardaría mucho en llegar el castigo. Obinna lo intentó con una potente volea desde la frontal que se fue por encima del travesaño, pero no falló en un córner botado por Duda que cabeceó Weligton, tocó Manu Torres y que le llegó casi sin querer a sus pies para marcar a placer (2-1). El Málaga sufrió para llevarse los tres puntos, sobre todo en los últimos cinco minutos, cuando jugó con un hombre menos tras la roja directa que vió Jesús Gámez por una fea entrada sobre un jugador rival, pero el Espanyol no llegó a disponer de más ocasiones claras. El árbitro redondeó su particular tarde con un clamoroso penalty de Munúa sobre Iván Alonso nada más comenzar la segunda mitad que no quiso ver y con decisiones erróneas en acciones puntuales que perjudicaron siempre a los locales; de hecho, en una de ellas, el entrenador malaguista no dejó de quejarse llamativamente, lo que llevó al trencilla a expulsarle.
Diez puntos de doce posibles en la segunda vuelta dejan al Málaga con siete de ventaja sobre los puestos de descenso, algo impensable hace apenas dos meses. Esta cómoda renta le permite viajar con más tranquilidad a Barcelona para medirse al líder el próximo sábado a las diez de la noche.
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