El Málaga venció en la noche de ayer por 3-2 al Hércules, un resultado que, unido al 0-0 cosechado en Alicante en el encuentro de ida, le otorga el pase a la ronda de octavos de final de la Copa del Rey.
El conjunto blanquiazul salió enchufado al terreno de juego, con ganas de agradar a la poca afición que había acudido a La Rosaleda para presenciar el primer partido de Pellegrini como entrenador del Málaga. Las cosas no pudieron empezar mejor, pues, a los diez minutos, Eliseu aprovechó un pase al hueco de Quincy para definir ante la salida del portero (1-0). El Hércules respondió con una volea de Cristian que sacó Weligton bajo palos con la cabeza, pero fue de nuevo el Málaga el que atinó en la portería rival en una acción en la que la presión de Eliseu sobre Juanra en la línea de fondo provocó que éste cediera a su portero, pero Edinho estuvo atento para anticiparse y colar el esférico por el hueco que quedaba entre el poste y Velthuizen (2-0). El Málaga quería decidir la eliminatoria lo antes posible y pudo sentenciarla con varias ocasiones: un cabezazo de Fernando que se marchó rozando el segundo palo y un trallazo desde fuera del área de Quincy que se topó con la madera. A la media hora, el Hércules redujo distancias tras un centro desde la izquierda de Thomert para que Portillo fusilara a Arnau (2-1). Los locales dispusieron de otras dos grandes oportunidades antes del descanso con una brutal volea de Eliseu que se estrelló en la cruceta y con un remate de Edinho a centro de Jesús Gámez que despejó a córner Calatayud, quien minutos antes había sustituido al lesionado Velthuizen. El árbitro no dejó contento a nadie, pues pecó de falta de criterio al sancionar de diferente manera las mismas infracciones según qué equipo las cometiera.
En la segunda mitad, los malaguistas vieron cómo el Hércules se hacía con el control del partido. Aunque los alicantinos no mostraban demasiado peligro en la zona de tres cuartos, consiguieron empatar el encuentro con una buena triangulación en la frontal entre Cristian y Abel Aguilar, que se plantó ante Arnau para batirle por bajo (2-2). El empate le daba el pase al Hércules por el valor doble de los goles conseguidos fuera, sin embargo, por fortuna de los locales, vieron cómo el mismo Abel Aguilar era expulsado en el ecuador del segundo período por doble amonestación. Todo hacía pensar que el Málaga iba a acumular varias ocasiones de gol en los veinticinco minutos restantes, pero sólo dispuso de un disparo del joven Recio que, tras rozar en un defensa, obligó a Calatayud a estirarse. Cuando parecía que estaba todo resuelto, en el minuto noventa apareció Sebastián Fernández para cabecear al fondo de las mallas un centro desde la banda derecha de Jesús Gámez (3-2).
De esta forma, el Málaga obtuvo su billete para los octavos de final de la Copa del Rey y, de paso, su primera victoria en casa de la temporada. Esperemos que el domingo contra el Levante siga la racha, esta vez en la liga.
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