lunes, 6 de abril de 2015

La mejor Semana Santa de la historia

No se le puede poner otro título a los últimos días que se han vivido en Málaga, y es que es imposible recordar una Semana Santa mejor en la historia cofrade de nuestra ciudad. Todas y cada una de las cofradías han completado sus recorridos procesionales, algo que no ocurría desde 2009 (el año pasado nos tuvimos que conformar con el casi por la lluvia que obligó a volverse antes de tiempo al Resucitado), pero nunca antes habíamos tenido tantos tronos en la calle, ya que para esta Semana Santa se han incorporado dos nuevas hermandades, la de Humildad y Paciencia el Domingo de Ramos y la de la Mediadora el Miércoles Santo, ambas desde la zona oeste de la ciudad. A esto habría que añadir otras importantes novedades a nivel de enseres e itinerarios que iré desgranando a lo largo de esta crónica, así como el excepcional tiempo que hemos podido disfrutar, con las tres primeras jornadas de un calor sofocante, impropio de estas fechas, y una segunda mitad más agradable que también invitaba a estar en la calle. No cabe duda de que calificar a la Semana Santa de 2015 como la mejor de la historia está más que justificado.
Comenzó el Domingo de Ramos, como siempre, con la procesión de la Pollinica, que partió desde su casa hermandad de calle Parras con uno de los grandes estrenos de este primer día, el del trono de Nuestro Padre Jesús a Su Entrada en Jerusalén, aunque todavía le falta el dorado. Lágrimas y Favores se consolida como una de las grandes atracciones de la jornada por muchos motivos, y a ello aspira una de las debutantes, la hermandad de Humildad y Paciencia, que incorpora a nuestra Semana Santa la escena de la espera de Jesucristo para ser crucificado mientras los soldados romanos se sortean su túnica. La cofradía de la Humildad parece que va atrayendo más público e importancia en el día desde que decidió adelantar varias horas su salida para poder recogerse antes, algo que perdió en su momento el Huerto, archicofradía de la que cabe destacar y aplaudir la restauración de Nuestra Señora de la Concepción. El Dulce Nombre sigue con su evolución como joven hermandad que es, pero todavía tiene aspectos que pulir, especialmente dotar a su Virgen de un manto a la altura de la belleza de la misma. Salutación nos volvió a dejar bonitas estampas cofrades en el entorno de la Catedral y la Plaza de la Merced con un cortejo serio y ordenado, así como el de la hermandad de la Salud, que sigue pecando de impuntualidad una vez que sale del recorrido oficial. Por último, el Prendimiento, que de nuevo estuvo espectacular subiendo del tirón sus dos tronos por la cuesta de calle Carrión al ritmo de las marchas que interpretaban las respectivas bandas, estrenó su paso por el entorno de la Plaza de Camas, al igual que harían muchas otras cofradías a lo largo de la semana.
Los primeros toques de campana del Lunes Santo se escucharon en la casa hermandad de Crucifixión, una hermandad que no hace mucho ruido, pero que da gusto ver en la calle; sin embargo, se sigue esperando un grupo escultórico para el trono del crucificado. Gitanos aportó un sabor especial con el ya tradicional acompañamiento calé tras los tronos de Nuestro Padre Jesús de la Columna y María Santísima de la O con sus bailes y cánticos. El polo opuesto lo encontramos en Dolores del Puente, uno de los mejores ejemplos de buen procesionar, de seriedad y de lo que realmente es una estación de penitencia, al igual que ocurre con la archicofradía de la Pasión, otra de las que apetece ver en varios puntos de su recorrido: Catedral, calle Nueva, doble curva, etc. Estudiantes sacó a la calle el cortejo de nazarenos más amplio de toda la semana, superando incluso el millar, al igual que también es numeroso el público que siempre congrega a su alrededor. A pesar de sus deseos de ser la primera del día, la cofradía del Cautivo cerró un año más el Lunes Santo, esta vez inmersa en una más que complicada situación institucional que podría dejar en un lado esas ansias de no ser la última en pasar por el recorrido oficial; por cierto, no se entiende el estreno del techo del palio del trono de la Virgen de la Trinidad con las bambalinas lisas si hasta ahora tenía un palio completo y bordado.
El Rocío es otra de las cofradías a las que le ha venido de perlas pasar de ser la última a ser la primera de su día, en este caso el Martes Santo, pero ya de por sí siempre ha estado muy arropada por un público que se entrega por completo en puntos como la Tribuna de los Pobres; por cierto, que este año la Virgen será coronada canónicamente, en concreto el 12 de septiembre. No me canso de decirlo, pero para mí el mejor momento de la Semana Santa es ver pasar las Penas por calle San Agustín, especialmente al Cristo de la Agonía, que estuvo absolutamente espectacular en esta céntrica vía con la marcha 'Misericordia' interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores del Paso y la Esperanza; en cualquier caso, se podría recomendar casi cualquier punto del itinerario para disfrutar de esta hermandad, siempre tan criticada, pero siempre tan envidiada. Nadie diría que Nueva Esperanza ha sido una de las últimas incorporaciones a la Agrupación de Cofradías, pero mucho menos que sea la que más recorrido tiene, porque si no no tendría sentido lo bien que van los tronos después de tantas horas en la calle. La hermandad de la Humillación dio mucho que hablar por diversos aspectos: el trono del Cristo volvió a contar con el acompañamiento musical de una banda de cornetas y tambores, medida bastante acertada, así como la de callejear por el barrio del Perchel de vuelta a su casa hermandad, y esto es precisamente lo inexplicable, que siga saliendo y encerrándose allí pudiendo hacerlo en la iglesia de Santo Domingo. El Rescate fue otra de las cofradías que estrenó recorrido de regreso, en este caso optando por Madre de Dios en vez de Álamos, aunque la principal novedad fue la túnica morada y lista de Nuestro Padre Jesús del Rescate. Finalmente, de la Sentencia podemos afirmar con total rotundidad que la petalada que cae sobre el trono de María Santísima del Rosario en calle Cárcer, justo antes de llegar al Teatro Cervantes, es uno de los momentos que hay que marcar en rojo cada Martes Santo.
El Miércoles Santo supuso el debut de la hermandad de la Mediadora, aunque con un único trono, el de su titular mariana, pues todavía habrá que esperar para que se incorpore al cortejo Nuestro Padre Jesús Nazareno Redentor del Mundo. Compartió estación de penitencia en la Catedral con la siguiente cofradía de la jornada, la de Salesianos, otro de los muchos ejemplos de cortejos sobrios y serios que únicamente encuentra un lunar en el acompañamiento musical de las cornetas y tambores, que no es el género que mejor le viene precisamente. Fusionadas, la cofradía que saca más tronos a lo largo de la semana (seis repartidos en tres días, cuatro concretamente el Miércoles Santo), fue otra de las que probó suerte con una pequeña modificación en el recorrido; en su caso, pasó por las plazas del Carbón y del Siglo y por las calles Granada y Méndez Núñez en vez de cortar directamente por Calderería, lo cual generó retrasos, aunque eso no quita que es uno de los cortejos más vistosos y variados. La Paloma sigue siendo una de las hermandades con más atractivo del día, especialmente para ver a su Virgen rodeada de palomas revoloteando, pero por contra hay que decir que el trono del Cristo estuvo muy mal llevado en prácticamente todo el recorrido, sin ir al compás de la música. El Rico, que mantuvo su histórica tradición de conceder la libertad a un preso en el correspondiente acto celebrado en la Plaza del Obispo, representó uno de los mejores ejemplos de cómo llevar sus tronos, que no son pequeños precisamente, mientras que la Sangre da la sensación de que es otra de esas cofradías que aparentemente pierden importancia con el paso de los años, a pesar de ser una de las históricas y la penúltima del día. Por su parte, la Expiración procesionó a su Cristo sin potencias y en una cruz plana con motivo del 75 aniversario de su talla (en mayo volverá a salir de forma extraordinaria por dicha efeméride).
El Jueves Santo empezó en la iglesia de San Felipe Neri con el serio cortejo de Santa Cruz, cuya Virgen sufrió mínimas modificaciones, tales como llevar la corona de espinas colgando de una mano en vez de sujeta con las dos. La hermandad de la Cena se confirma como uno de los grandes alicientes del día más esperado de la Semana Santa con unos tronos muy bien portados y un con un considerable número de penitentes. Viñeros adelantó su salida a modo de prueba, y la verdad es que la jugada le salió mal porque luego tuvo que hacer un parón, y tampoco fue muy bien recibida la nueva estética de la Virgen. Mena sigue siendo un imán de público gracias a la participación de la Legión, que es a lo que realmente va la gente cuando quiere ver esta cofradía, puesto que, una vez que pasa el Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, la Soledad se queda prácticamente así, sola. Por cierto, que al crucificado tampoco es que le hagan mucho caso, y es que estoy seguro de que si lo cambiaran por otro muchos no se darían ni cuenta, como por ejemplo en el próximo mes de octubre, cuando saldrá acompañado de la Soledad en su trono. En junio también saldrá en procesión extraordinaria la Misericordia, en concreto su nazareno, 'El Chiquito', que junto con Nuestra Señora del Gran Poder nos deleitó con varios momentos de gran sabor cofrade en este Jueves Santo. Zamarrilla sigue estancada desde hace bastante tiempo, aunque se atisban pequeñas mejoras que con el paso de los años le deben devolver el protagonismo que tenía antiguamente. La Esperanza volvió a congregar a numeroso público a su alrededor, ya sea para coger romero, recibir la bendición del Nazareno del Paso o simplemente ver a la Virgen de la Esperanza en cualquier punto del recorrido, como por ejemplo por calle Fajardo, enclave por el que pasó por vez primera y donde recibió una considerable petalada. La jornada la cerró Vera Cruz, que este año sí que pasó por el recorrido oficial saliendo al filo de la medianoche a costa de no hacer estación de penitencia en la Catedral; también habría que destacar que el crucificado fue llevado en el antiguo trono de Azotes y Columna y que, por culpa de los camiones de Limasa, no pudo transitar por calle Nueva, por lo que tuvo que soportar un parón a la espera de que la Esperanza pudiera dejarle vía libre para poder continuar y encerrarse.
El Viernes Santo resulta ser el día más cansado y monótono por ser el último y el más fúnebre de todos, pero siempre hay detalles que lo hacen especial. Buen ejemplo de ello es Dolores de San Juan, cofradía de silencio de las que ya no quedan y que, como de costumbre, se acercó hasta el convento de las Hermanas de la Cruz para que las monjas le rezaran y cantaran a sus dos titulares. Este año la hermandad del Monte Calvario fue la segunda en pasar por el recorrido oficial en lugar del Descendimiento para tratar de hacer más fluido el paso por la Catedral de los tres primeros cortejos de la jornada, pero sigue sin ser la solución a este histórico problema. La hermandad del Santo Traslado se mantiene como otro de los lunares del Viernes Santo, especialmente la sección del Cristo, puesto que, aunque el nuevo grupo escultórico resultó bienvenido hace unos años por lo novedoso y peculiar de su disposición y vestimentas, ya resulta un tanto chillón y excesivo, y mención aparte se merece que durante tramos bastante largos el trono sea llevado a ritmo rápido de tambor, lo cual no encaja en un Viernes Santo de luto. El Amor sacó a relucir las nuevas túnicas de sus nazarenos que les dotan de una personalidad propia, y también volvieron al género de cornetas y tambores para el Cristo, que el tiempo dirá si es una decisión acertada o no. La Piedad volvió a dejarnos la imagen más triste de la semana, como es la de una madre que mira impotente el cuerpo muerto de su hijo entre sus brazos, mientras que el Sepulcro provocó el silencio al paso del catafalco sobre el que yace Cristo y el respeto ante Nuestra Señora de la Soledad. Respeto fue el que le faltó a Servitas, ya que muchos comercios no apagaron las luces de sus locales y luminosos a su paso, y tampoco el público es que estuviese muy callado a su alrededor, y el remate fue que, tras encerrarse la imagen en su templo, hubo aplausos bastante fuertes y generalizados entre los asistentes, algo impropio de un Viernes Santo, teniendo en cuenta además cómo es esta corporación.
Esta vez si que relució el sol en todo su esplendor el Domingo de Resurrección y por fin pudimos disfrutar de la alegre y colorida procesión del Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos. Recordemos que en los últimos cuatro años solamente pudo completar su recorrido procesional una vez, ya que dos veces se lo impidió la lluvia, y concretamente el año pasado se tuvo que volver a la iglesia de San Julián al poco tiempo de echarse a la calle por el mismo motivo. Como de costumbre, las cofradías del Domingo de Ramos, Lunes Santo y Martes Santo precedieron al trono del Cristo, mientras que las del Miércoles Santo, Jueves Santo y Viernes Santo hicieron lo propio con la Virgen, todas ellas con una representación de nazarenos y el guión corporativo, aunque algunas prefirieron llevar otros enseres.
Espectacular semana la que hemos vivido, repleta de procesiones y de grandes momentos que quedarán en el recuerdo de la Málaga cofrade, más si cabe si tenemos en cuenta que el año que viene está previsto que haya una auténtica revolución en lo que a itinerarios se refiere. Salvo que haya nuevos retrasos, las obras del metro llegarán a la Alameda Principal, lo cual va a obligar a la Agrupación de Cofradías a cambiar el recorrido oficial y, con casi total seguridad, el orden de paso de las cofradías de cada día, lo cual podría solucionar algunos de los problemas que hay actualmente, tales como satisfacer los deseos de ciertas cofradías que quieren salir antes, desahogar días como el Miércoles o el Viernes Santo o mejorar el tránsito de las cofradías que hacen estación de penitencia en la Catedral (se habla incluso de habilitar una segunda puerta), y también por qué no revisar los tiempos de paso, que en algunos casos es excesivo. Volviendo a lo que ha sido esta Semana Santa, por segundo año no he tenido acreditación de fotógrafo (esta vez no me he molestado en solicitarla), pero eso no ha impedido que haya hecho casi 6.500 fotos, que serán bastantes menos cuando las revise y elimine las que han salido mal, durante las algo más de 72 horas que he estado viendo procesiones, que podrían haber sido más, pero este año he querido descansar un poco más.
Se acabó la Semana Santa de 2015, pero eso no quiere decir que la actividad cofrade de este año haya terminado, puesto que en los próximos meses tendremos varias salidas extraordinarias para celebrar efemérides (Expiración, Misericordia, Viñeros y Mena) e incluso una coronación canónica (Rocío), así que las penas serán pocas porque en nada estaremos de nuevo en la calle viendo tronos y escuchando marchas procesionales. En cualquier caso, la próxima cita con la gran semana del año será el 20 de marzo de 2016. Ya va quedando menos.

2 comentarios:

Rojo Merlin dijo...

No tengo mucho que añadir, ha sido realmente espectacular en todos los sentidos.
Si acaso, solo comentarte un dato, las Fusionadas, cuando yo empecé a ver las procesiones en Málaga (ya sabes, no soy de aquí) no pasaban por Calderería, entre otras cosas, porque en la plaza del Carbón había una tribuna delante de lo que entonces era la Peña Malaguista (Liceo de Málaga). Quizá la desaparición de esa tribuna fue uno de los motivos para el cambio de itinerario, que ahora se ha recuperado.

Enhorabuena a todos los malagueños, y así mismo, para mi, por esta Semana Santa tan formidable.

Un abrazo.

Rafalillo dijo...

Lo de la tribuna que comentas no lo sabía, pero sí, tengo entendido que antiguamente muchas cofradías hacían esa ruta, y que en concreto la curva de calle Granada con Méndez Núñez se llama la Curva del Águila. Supongo que para cuadrar horarios con las nuevas cofradías se tuvo que perder ese camino y ahora se está intentando recuperar.

Saludos ;)