En la tarde-noche de ayer tuvo lugar la salida extraordinaria de María Santísima de la Paloma con motivo del 50 aniversario de la bendición de la imagen que tallase Luis Álvarez Duarte en 1971.
La de ayer no era una procesión más, sino la primera con un trono de nuestra Semana Santa en la calle desde que la pandemia hizo acto de presencia en nuestras vidas, además con una de las advocaciones marianas con más tirón de la ciudad, por lo que la expectación era máxima, y el público cofrade así lo demostró llenando los alrededores de la plaza de San Francisco desde varios minutos antes de que comenzase la procesión. El cortejo se puso en marcha poco después de las siete de la tarde desde el interior de la capilla de la Paloma con la cruz guía al frente, seguida de varias parejas de hermanos portando cirios, el sine labe, el guión de la hermandad y la presidencia, entre la cual se encontraba una representación del Ayuntamiento de Madrid, hermano mayor honorario, con su alcalde a la cabeza. No fue hasta pasadas las siete y media cuando la Virgen de los ojos verdes cruzó el dintel de su capilla a los sones del Himno de España y de su marcha 'Malagueña, Virgen de la Paloma', interpretadas por la Agrupación Músico-Cultural de la Santa Vera-Cruz (La Pepa) de Alhaurín el Grande, al tiempo que se hizo una suelta de palomas.
Desde el Miércoles Santo de 2018 no veíamos a la Paloma en procesión, tres años y medio sin poder admirarla en el nuevo y descomunal trono dorado que estrenó aquella Semana Santa. Quizás esa falta de uso provocó que uno de los arbotantes traseros se fuese descolgando casi desde el principio, en las calles Carretería y Álamos, lo que provocó que se tuviera que amarrar a una de las barras de palio para evitar que se desprendiera, generándose así un considerable retraso. La procesión discurrió por lugares nada habituales para esta hermandad, como la plaza de la Merced y las calles Alcazabilla y Císter, lo que nos dejó bonitas estampas antes de llegar a las once y cuarto de la noche a la plaza del Obispo, donde tuvo lugar un pequeño acto en el que participó el coro de la Vera+Cruz, el deán de la Catedral y el periodista Santi Souvirón, quien dedicó unos emotivos versos a la Virgen. El cortejo discurrió a continuación por la plaza de la Marina y las calles Marqués de Larios, Granada, Calderería, Méndez Núñez, Tejón y Rodríguez, y Carretería hasta encerrarse en la capilla de la Paloma pasadas las tres de la madrugada.
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