Martes, 17 de julio de 2018
8:00
Al igual que en los días anteriores, nos levantamos temprano para ducharnos y, esta vez, para hacer las maletas definitivamente, puesto que el viaje llegaba hoy a su fin, pero, al contrario que los otros días, el desayuno fue en el propio hotel, ya que estaba incluido en el precio. En mi caso, cogí del bufé pan tostado y un panecillo para tomarlos con mantequilla, tres piezas de bollería y un vaso de leche con Cola Cao.
Antes de emprender el regreso a Málaga, dimos una vuelta por Cáceres para visitar algunos de los sitios que estaban cerrados la tarde anterior. El primer lugar al que fuimos fue el Centro de Divulgación de la Semana Santa Cacereña, en el cual pudimos ver, entre otras cosas, las túnicas de las diferentes cofradías que la componen y una maqueta con una procesión en la plaza Mayor, así como el aljibe del convento de los Jesuitas, pues está ubicado en la cripta de la iglesia de San Francisco Javier.
Precisamente a continuación entramos en la iglesia de San Francisco Javier, puesto que la tarde anterior no estaba abierta. Tras pagar 1'5 € por la entrada, accedimos al interior del templo, de un evidente estilo barroco y en el que destacan su retablo mayor, sus numerosas capillas y, sobre todo, su cúpula.
La entrada incluía la subida a una de las dos torres, pero mi madre prefirió no subir. Al llegar arriba, pude contemplar unas vistas excelentes de la ciudad y divisar algunos de los monumentos que rodean a esta iglesia, tales como la Torre de las Cigüeñas, la Torre de Sande y la Concatedral de Santa María, por citar algunos ejemplos.
Luego, tras una breve visita al patio del Palacio Episcopal, nos dirigimos a la iglesia de Santiago de los Caballeros. Me llamó mucho la atención la gran cantidad de imágenes de la Semana Santa cacereña que se veneran en este templo, entre ellas las de la Sagrada Cena, Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Misericordia; además, allí también estaba el trono de la Virgen del Carmen que vimos procesionar la tarde anterior.
De vuelta al hotel, pasamos por la plaza Mayor para hacernos una última foto de despedida de Cáceres, y también entramos en una tienda de productos típicos para comprar unas tortas. Antes de ir a la habitación para recoger las maletas, subimos a la terraza del hotel, pues desde allí hay muy buenas vistas de algunos de los principales monumentos de la ciudad, como por ejemplo el Palacio de los Golfines de Arriba o el Palacio de Toledo-Moctezuma.
11:45
Antes de emprender el regreso a Málaga, dimos una vuelta por Cáceres para visitar algunos de los sitios que estaban cerrados la tarde anterior. El primer lugar al que fuimos fue el Centro de Divulgación de la Semana Santa Cacereña, en el cual pudimos ver, entre otras cosas, las túnicas de las diferentes cofradías que la componen y una maqueta con una procesión en la plaza Mayor, así como el aljibe del convento de los Jesuitas, pues está ubicado en la cripta de la iglesia de San Francisco Javier.
Precisamente a continuación entramos en la iglesia de San Francisco Javier, puesto que la tarde anterior no estaba abierta. Tras pagar 1'5 € por la entrada, accedimos al interior del templo, de un evidente estilo barroco y en el que destacan su retablo mayor, sus numerosas capillas y, sobre todo, su cúpula.
La entrada incluía la subida a una de las dos torres, pero mi madre prefirió no subir. Al llegar arriba, pude contemplar unas vistas excelentes de la ciudad y divisar algunos de los monumentos que rodean a esta iglesia, tales como la Torre de las Cigüeñas, la Torre de Sande y la Concatedral de Santa María, por citar algunos ejemplos.
Luego, tras una breve visita al patio del Palacio Episcopal, nos dirigimos a la iglesia de Santiago de los Caballeros. Me llamó mucho la atención la gran cantidad de imágenes de la Semana Santa cacereña que se veneran en este templo, entre ellas las de la Sagrada Cena, Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Misericordia; además, allí también estaba el trono de la Virgen del Carmen que vimos procesionar la tarde anterior.
De vuelta al hotel, pasamos por la plaza Mayor para hacernos una última foto de despedida de Cáceres, y también entramos en una tienda de productos típicos para comprar unas tortas. Antes de ir a la habitación para recoger las maletas, subimos a la terraza del hotel, pues desde allí hay muy buenas vistas de algunos de los principales monumentos de la ciudad, como por ejemplo el Palacio de los Golfines de Arriba o el Palacio de Toledo-Moctezuma.
11:45
Tras recoger el equipaje de la habitación, fui a por el coche mientras mi madre me esperaba en la recepción del hotel para no tener que cargar con todas las maletas, de tal forma que, entre una cosa y otra, salimos de Cáceres a las doce del mediodía. Hicimos una parada en un área de servicio pasado Mérida para comprar una botella de agua, mientras que la siguiente, a eso de las dos y media, fue en otra área de servicio a la altura de Monesterio, donde almorzamos dos menús a 10'5 € cada uno, en mi caso una sopa de picadillo, filete empanado con patatas y melón.
Sobre las cuatro de la tarde, y tras repostar diésel allí mismo, reemprendimos el camino de regreso a Málaga. Paramos de nuevo para estirar las piernas entre Paradas y La Puebla de Cazalla, de tal manera que cuando llegamos a casa eran las ocho menos cuarto de la tarde. Punto y final para un viaje que me ha permitido conocer Salamanca, León, Ávila y Cáceres, unas ciudades a las que sin duda alguna me gustaría volver para disfrutarlas de nuevo.
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