¿Quién le iba a decir a Kimi Räikkönen antes del GP de China, con 17 puntos de desventaja con respecto a Hamilton a falta de dos carreras, que hoy sería campeón del mundo de Fórmula 1?
Lo ocurrido ayer en Brasil debería servir de escarmiento a Ron Dennis, que no ha sabido llevar un equipo que lo tenía todo para ganar el Mundial: un bicampeón del mundo, una joven promesa con mucho futuro, un buen coche... Me gustaría ver la cara que se le quedó al terminar la carrera.
El fin de semana comenzó como se esperaba: en la clasificación, Ferrari demostró que un equipo sólido y unido puede lograr lo que se proponga, mientras que McLaren siguió con su tónica de dar un empujoncito a Hamilton y 'maltratar' a Alonso, cuyo coche se comportó, digámoslo suavemente, de forma sospechosa. Con Alonso 4º en la parrilla y Hamilton 2º, todo indicaba que el inglés se llevaría el título, con lo que se convertiría en el más joven campeón de Fórmula 1.
Pero en la salida de la carrera cambió todo: Räikkönen, que salía tercero, adelantó a un Hamilton que, unas curvas después, se salió de la pista en su pugna con Alonso, que se colocó detrás de los dos Ferrari. Además, el inglés sufrió problemas mecánicos en su coche, por lo que perdió varias posiciones hasta situarse decimoséptimo. En ese momento, Hamilton vio cómo el Mundial se esfumaba ante sus ojos. Massa y Räikkönen fueron aumentando su distancia con respecto a Alonso en cada vuelta y, tras la segunda parada en boxes, el finlandés se situó líder de una carrera que no olvidará en su vida. Al final, doblete 'rojo' (en la carrera y en el Mundial), Alonso 3º y Hamilton 7º.
Pero ahí no acabó la cosa. McLaren, en una muestra de no saber perder, denunció irregularidades en los coches de Rosberg, Kubica y Heidfeld, debido a que, supuestamente, la temperatura del combustible de estos coches se encontraba por debajo del límite permitido. La decisión de la FIA ante esta investigación era clave, ya que, en caso de ser sancionados los tres pilotos, que quedaron por delante de Hamilton en la carrera, éste se llevaría el Mundial. Afortunadamente, y por falta de pruebas, todo quedó como estaba. A saber la que se hubiera formado si el 'conguito' se hubiera proclamado campeón en los despachos... No me lo quiero ni imaginar.
Lo de McLaren tiene nombre y apellidos: RIDÍCULO ESPANTOSO. No se puede perder un Mundial a falta de dos carreras y teniendo a tus dos pilotos al frente de la clasificación. Ha sido la mayor derrota del siglo y sólo comparable al hundimiento del Titanic: todo era alegría antes de embarcar, pero las turbulentas relaciones entre los principales componentes de la tripulación acabaron chocando no contra un iceberg, sino con Ice-Man, que, finalmente, mostró su sonrisa ante las cámaras.
Por lo demás, Lorenzo se proclamó campeón del mundo de 250 c.c., mientras que Faubel lo tendrá complicado para emular a su compatriota dentro de dos semanas en Valencia, tras ceder nueve puntos ante el gran favorito en 125 c.c., Talmacsi.
Por su parte, el Málaga consiguió derrotar por 1-0 al Xerez en un partido muy pobre por parte del conjunto malacitano que, a pesar de todo, sigue liderando la clasificación en solitario y con 10 puntos de margen sobre el quinto clasificado (Elche, 14 puntos), ya que el Sevilla Atl., que va cuarto con 18 puntos, no puede ascender por su condición de filial.
Ya llegó el último día del año, y con él, cuestiones que serán resueltas dentro de pocas horas:
