Estoy seguro de que me habré dejado algo en el tintero cuando le dé al botón de 'Publicar entrada', pues son tantas las cosas que contar y protestar que mi mente no da para más, pero procuraré no olvidar nada importante por el camino y que todo lo pueda aclarar. Así pues, para hacerlo fácil, me guiaré por la sucesión de los hechos tal y como acaecieron, minuto a minuto, con todo detalle.
- Minuto 25 (1-1 en el marcador): el jugador del Málaga Baptista salta para cabecear el balón y golpea sin intencionalidad con su brazo en la cabeza de un defensa del Valencia. El árbitro, Rubinos Pérez, pita falta y amonesta con tarjeta amarilla a Baptista. ¿Acierto? Si el árbitro interpreta que hay agresión, sí, pero vamos a esperar unos minutos...
- Minuto 27 (1-1 en el marcador): Eliseu se interna en el área valencianista y es derribado por Miguel, que se apoya en su hombro derecho frenando el avance de su compatriota. El trencilla no pita el claro penalty y deja seguir la jugada, por lo que se deduce que, según él, el jugador malaguista se ha tirado para intentar engañarle; en este caso, tendría que mostrarle tarjeta amarilla, pero no lo hace. Error grave, puesto que o señalas el punto fatídico o amonestas a Eliseu. Los periodistas de Deportes Cuatro, en su emisión del domingo por la tarde, afirman con rotundidad que no fue penalty. ¿Qué habrían dicho si hubiera sido al revés o si en vez de un jugador del Málaga fuera del Real Madrid?...
- Minuto 31 (1-1 en el marcador): el delantero Aduriz comete falta sobre un jugador rival que el árbitro pita. Pasan unos segundos mientras el jugador malaguista se repone de la entrada recibida y se ve que Rubinos Pérez muestra una tarjeta amarilla que supuestamente va dirigida a Aduriz, pero tras leer el acta se observa que no ha sido a él, sino al jugador del Málaga Duda, que se acercó para reprocharle su decisión equivocada. Error que después tendrá sus consecuencias.
- Minuto 42 (1-2 en el marcador): el jugador del Valencia Stankevicius salta por el esférico y su brazo impacta con el hombro y la cabeza del malaguista Apoño. El árbitro no duda en pitar falta, pero considera que no es merecedora de tarjeta amarilla, a pesar de que la acción es calcada a la que protagonizó Baptista en el minuto 25 anteriormente referido.
- Minuto 53 (1-2 en el marcador): Soldado recibe un pase de Pablo Hernández y consigue el empate para su equipo. Nada que objetar, pero los comentaristas de La Sexta se inventan que el Málaga protesta que hay fuera de juego del delantero del Valencia, como se puede comprobar en este vídeo, pero se aprecia perfectamente que apenas un jugador del Málaga levanta el brazo por la costumbre de solicitar fuera de juego al linier; en cualquier caso, finalizada la jugada, ningún integrante del equipo se dirige al árbitro cuestionando un supuesto fuera de juego, es decir, que no existe dicha protesta que asegura La Sexta que hubo.
- Minuto 63 (2-2 en el marcador): Helder Rosario y Pablo Hernández pugnan por el esférico, que se marcha por la línea de fondo tras ser el jugador valencianista el último que lo toca, pero el linier señala córner en contra del Málaga. Helder Rosario le recrimina al juez de línea su decisión levantando su dedo índice y, acto seguido, se le acerca el árbitro para mostrarle tarjeta roja directa por hacer un corte de mangas a dicho linier, según consta en el acta. En ningún momento se aprecia con claridad tal acción, aunque Deportes La Sexta, en este vídeo (instante 0:49), amplía un fotograma en el que se intuyen dos dedos del referido defensa que justificarían la decisión arbitral. Pero ¿nos podemos fiar de dicha prueba? Parece que no, porque, según se observa en la imagen inferior y en dicho fotograma, las puntas de los dos dedos presentan un color más claro que se parece bastante al de las uñas de un gorila, teniendo en cuenta que el jugador llevaba guantes negros en su totalidad; además, en la imagen de abajo, se comparan dos fotogramas de la acción casi idénticos que apenas estarán separados por una décima de segundo y en los que parece inviable que haya dado tiempo a que Helder Rosario a poner su mano izquierda sobre su brazo derecho. ¿Manipulación de La Sexta entonces? Es posible, pero vamos a confiar en la buena fe de las personas y que realmente sí hubo tal gesto. ¿Fue realmente un corte de mangas? No, si nos atenemos a la definición de la RAE: "Ademán de significado obsceno y despectivo que se hace con la mano, extendiendo el dedo corazón entre el índice y el anular doblados. A la vez se levanta el brazo y se golpea en él con la otra mano". En la imagen, se observa con total claridad que el dedo que levanta Helder Rosario es el índice, y no el corazón. ¿Acierto? No, pues no existió tal corte de mangas. ¿Qué ha resuelto el Comité de Competición de esta acción? Copio textualmente: "(...) el Comité, revisado detenidamente el vídeo de la jugada, entiende que se constata de forma indubitada que dicho jugador no efectúa la acción que se le imputa en el acta (...). No coincide, pues, el contenido del acta con la realidad fáctica, por lo que procede dejar sin contenido disciplinario la acción". Error corregido en los despachos, pero el daño ya está hecho, pues el Málaga tuvo que jugar con dos jugadores menos durante la media hora restante.
- Minuto 67 (2-2 en el marcador): tras el revuelo generado por la injusta expulsión, el Valencia saca el córner mal pitado y, tras un rechace, Banega logra el 3-2. Varios jugadores del Málaga se amontonan alrededor de Rubinos Pérez para protestarle una posible falta sobre el portero que en realidad no existió. El meta Asenjo fue el que más se quejó al pensar que había sido un jugador del Valencia el que le había molestado en el salto y, por ello, el árbitro no tardó es mostrarle la amarilla por dichas protestas. ¿Acierto? Sí, aunque es comprensible que un portero se confunda teniendo en cuenta que sólo está mirando el balón que está en el aire y no a quien tiene delante, por lo que tendría que haber entendido su queja y haberle dejado sin amonestar. Por otra parte, Rubinos Pérez le dijo lo siguiente al portero: "Eres muy malo, a ver si aprendes a salir". ¿Quién es el árbitro para decirle a un jugador lo que tiene que hacer? ¿Y después piden que no se hable de sus decisiones? Manolo Gaspar, presente en dicha conversación, le espetó al árbitro que lo que había dicho era una falta de respeto, a lo que Rubinos Pérez le añadió: "Cómo le pito la falta si lo que tiene que hacer el portero es no salir a por uvas y usted dedíquese a tapar la banda que entran todos por ahí". Como se puede comprobar, el árbitro continuó con su falta de respeto y su desprecio, claro que sus declaraciones no las incluyó en el acta...
- Minuto 69 (3-2 en el marcador): Manolo y Aduriz van en busca del balón y éste golpea con su pie en la cabeza del defensa malagueño, aunque afortunadamente sin consecuencias graves. El árbitro pita juego peligroso, pero no cree conveniente amonestar con amarilla al delantero valencianista a pesar de que la falta es merecedora de amonestación. Recordamos que en el minuto 31, Aduriz ya debió ser amonestado, por lo que ahora tendría que estar expulsado.
- Minuto 79 (3-2 en el marcador): Baptista recibe un pase de Recio y, tras zafarse de dos defensas, dispara a puerta y consigue empatar el encuentro. Nadie protesta nada en el partido, pero el diario deportivo Marca opina desacertadamente en su moviola que Baptista está en fuera de juego en el momento del pase; en la imagen inferior se observa perfectamente que el jugador se encuentra en posición legal, ya que está habilitado por el defensa que está más a la derecha en dicha imagen. Otro invento más de la prensa con tal de hacer ver que la actuación del trío arbitral no fue tan mala como critican con motivo los malaguistas.
- Minuto 81 (3-3 en el marcador): Aduriz se lleva el esférico tras dejar la planta de su bota en el tobillo de Jesús Gámez, quien acaba en el suelo dolorido. El Valencia decide no echar la pelota fuera y continúa la jugada, que acaba rematando el mismo Aduriz con peligro sobre la portería rival. El entrenador del Málaga, exaltado por todas las decisiones arbitrales, se acercó al cuarto árbitro para protestar dicha jugada, que el árbitro tendría que haber sancionado con falta y con tarjeta amarilla para Aduriz, quien, recordemos, debería haber sido ya expulsado. El árbitro, informado de las quejas de Pellegrini, se acercó a él y le expulsó por el siguiente motivo registrado en el acta: "(...) entrar en el terreno de juego a la altura de la línea central durante una detención, protestando insistentemente nuestras decisiones". Tras alegaciones presentadas por el club, el Comité de Competición decidió ayer lo siguiente: "(...) el mismo entra indebidamente en el terreno de juego protestando de forma insistente una decisión arbitral, no cabiendo la admisión de que pretendía llamar la atención sobre un jugador necesitado de atención médica, hecho plausible pero que no queda acreditado con el vídeo de la jugada. Procede por tanto la imposición de la sanción de suspensión durante un partido". En resumen, que no se puede demostrar que el entrenador pedía atención médica para su jugador, a pesar de que en la imagen inferior, aunque no se corresponde con el instante justo de la infracción, se observa claramente que Aduriz entra con la planta por delante, lo cual se sanciona con tarjeta amarilla. Así pues, se deduce que se puede expulsar a un entrenador por cualquier cosa que le diga al cuarto árbitro, pues después será imposible demostrar lo que le ha dicho a éste. ¿Acierto? No, pues la queja es totalmente comprensible, incluso el Comité alaba el gesto del entrenador al afirmar que es un "hecho plausible".
- Minuto 89 (3-3 en el marcador): Soldado se interna en el área y cede el balón a Aduriz, quien marca a placer para darle la victoria a su equipo. Recordemos que Aduriz debería haber sido amonestado ya con tarjeta amarilla en tres ocasiones, más que suficientes como para haber sido expulsado y que no hubiese intervenido en esta jugada tan decisiva.
- Minuto 92 (4-3 en el marcador): Apoño se queja al cuarto árbitro insistentemente por las decisiones que han tomado a lo largo del encuentro, por lo que Rubinos Pérez no duda en acercarse para mostrarle la amarilla al jugador malagueño, una tarjeta que le acarrea suspensión por acumular cinco amarillas en el campeonato. ¿Acierto? No, porque las quejas están fundamentadas; además, la resolución del Comité indica que "no son desconsideradas y pueden entenderse como aceptables con arreglo a los usos del fútbol. No son argumentos que destruyan la presunción de veracidad del acta arbitral, por lo que debe prevalecer el contenido de ésta". Es decir, que un jugador no puede quejarse a ningún integrante del cuarteto arbitral por sus fallos, pero el árbitro sí puede decirle a los jugadores que lo están haciendo mal, como demuestran las declaraciones que hizo Rubinos Pérez tras el 3-2.
- Final de partido (4-3 definitivo): en el túnel de vestuarios, el árbitro de la contienda redacta en el acta lo siguiente: "(...) se arremolinaron varios jugadores y miembros de la expedición del Málaga C. F. SAD a nuestro alrededor, increpándonos nuestra actuación. De entre ellos, distinguimos al dorsal nº 10 D. Antonio Galdeano Benítez, que se dirigió a mí diciéndome: "¡Cabrón, hijo de puta!" y al jugador no relacionado en el acta, pero identificado a través de las fichas, D. Welington Robson Pena de Oliveira, que se dirigió a mí en los términos: "¡Eres un hijo de puta!", los cuales repitió, al menos, cuatro veces". El Comité de Competición, basándose en el contenido del acta, decidió sancionar a los dos jugadores del Málaga referidos con dos encuentros de suspensión para cada uno. Por otra parte, agrega que "(...) el Comité entiende que la identificación que efectúa el árbitro del segundo jugador es suficiente, y que el hecho de que hubiere visto el encuentro en el palco no es óbice para que bajara, al concluir, al túnel de vestuarios en donde se produjo en los términos reflejados en el acta". Resumiendo, encontramos una clara contradicción, pues con pruebas videográficas existe la duda de si Helder Rosario hizo o no hizo un corte de mangas al juez de línea, por lo que la roja que se le mostró queda anulada, pero no existiendo pruebas videográficas de lo sucedido en el túnel de vestuarios sí se confía en lo que afirma el árbitro y, en consecuencia, se sanciona a los dos jugadores según la normativa vigente.
Pues esto es lo que ha dado de sí el partido del pasado sábado y todo lo surgido posteriormente, tanto a nivel informativo como a nivel de sanciones.
No termina aquí mi análisis, ya que hay mucho más de lo que hablar. Empecemos por ejemplo con las
declaraciones de Rubinos Pérez, el árbitro del encuentro, obtenidas de una entrevista que se le hizo el lunes en Radio Marca. No se atrevió a desmentir las palabras que los jugadores del Málaga aseguran que salieron de su boca, como las que espetó a Asenjo y Manolo, sino que intentó rehuirlas y salirse por la tangente: "Es una polémica que yo no genero, que sean ellos quienes alimenten esto. Todo el mundo pudo ver las decisiones que tomé y que las juzguen. Yo estoy muy tranquilo". Señor Rubinos, usted sí es el que genera la polémica, pues si usted hubiese arbitrado correctamente nadie se hubiera quejado de nada, ni nadie le hubiera insultado ni nadie hubiera hecho un supuesto corte de mangas. Sí, hemos visto y juzgado las decisiones que tomó, las cuales, como se ha demostrado en esta entrada, fueron totalmente desacertadas y siempre en contra del Málaga. Y encima dice que está muy tranquilo... ¡Qué poca vergüenza!
Más declaraciones: "Si yo digo Asenjo dijo o no dijo, ya me contestan y se forma. Yo no soy quién para juzgar lo que diga Asenjo fuera del campo". A ver, si es que aunque usted no haya contestado ya se ha formado. Además, usted es ese quién que tiene que juzgar lo que Asenjo ha afirmado una vez terminado el partido, pues se refiere a lo que usted le dijo en el terreno de juego. ¿No puede decir nada fuera pero sí dentro, no? Más declaraciones: "Será que no vemos la misma televisión. Todo el mundo lo pudo ver en los resúmenes. No seré el que valore mi actuación. He tomado notas sobre lo que tengo que mejorar. Yo sólo le puedo decir que en un partido en abierto todo lo que se dice y se habla puede ser captado. Si yo digo cualquier cosa que se salga ligeramente de tono, se puede liar. Dialogamos y después le saco la tarjeta". Pues será usted el que no ve la misma televisión que la mayoría, porque es evidente que sus errores son innumerables y parece ser que no los quiere reconocer. ¿Que usted no valora su actuación? Pero si justo después dice que ha tomado notas sobre lo que tiene que mejorar, entonces sí está valorándose; por cierto, que supongo que habrá llenado una libreta entera de notas sobre lo que debe mejorar en su modo de arbitrar. Ya ha dicho cosas que se salen de tono, pues usted no es el indicado para valorar la actuación de los jugadores si después vosotros pedís que no les valoremos a ustedes. Y más declaraciones a la pregunta de si niega lo que le dijo a Asenjo: "No voy a alimentar esa polémica. No tengo por qué justificar mis acciones en el campo. No voy a entrar ni a darle más vueltas". Señor Rubinos, si ni afirma ni niega lo que dijo lo único que hace es no cerrar esa polémica, por lo que al mismo tiempo la seguirá alimentando. ¿Cómo que no tiene que justificar lo que hace en el campo? O sea que puede pitar lo que le dé la gana, total, si después no tiene que demostrar nada. Y por último, la mejor declaración: "Somos la diana y lo tenemos asumido". Pues sí, sois la diana porque vosotros lo provocáis. Si arbitraseis en condiciones y correctamente, no lo seríais. En fin, seguid colgándoos el cartel de víctimas para que el fútbol siga siendo igual de justo como es ahora.
Seguimos ahora con las
decisiones adoptadas por el Comité de Competición. Me sigue sorprendiendo que hayan dejado sin efectos la tarjeta roja de Helder Rosario pero sí sancionen las demás tarjetas cuando es evidente que todas ellas son consecuencia directa de decisiones erróneas del trío arbitral. ¿Por qué se rearbitran unas acciones y otras no? ¿Qué diferencia existe entre anular la roja a Helder porque no se puede demostrar que hubiera hecho un corte de mangas y anular la roja a Demichelis cuando se puede demostrar que el penalty que comete viene precedido de un fuera de juego no señalizado? Muchos dirán que porque el Málaga no ha protestado dicha jugada, pero digo yo esto entonces: ¿por qué el Comité ha rearbitrado la acción de Messi de la pasada jornada en la que celebra un gol levantando su camiseta y mostrando un mensaje? Dicha acción conlleva tarjeta amarilla y, como el árbitro del partido no vio esta infracción, pues en los despachos sí se ha rearbitrado. ¿Por qué no hacen lo mismo con todas las acciones? ¿Por qué no sancionan a Aduriz con un partido de suspensión por las tres faltas de tarjeta amarilla que cometió y que el árbitro no quiso amonestar? Y ahora que recuerdo... Se me viene a la cabeza aquella jornada del último Barcelona-Real Madrid, en el que Sergio Ramos, en las postrimerías del partido, zancadilleó a Messi por detrás con dureza, acción por la que fue expulsado con roja directa, y después agredió a Puyol y Xavi, además de soltar alguna que otra palabrita subidita de tono. Y, ¡vaya!, por todo ello solamente fue sancionado con un partido de suspensión. ¡Qué curioso! ¡Era del Real Madrid! ¿Curioso o casualidad?
Otra cosa que quiero puntualizar con respecto a la
actuación arbitral del pasado sábado. ¿Cómo es posible que un equipo que sólo ha cometido siete faltas acabe con dos jugadores expulsados más el entrenador, además de varios jugadores con amarilla, y el Valencia, habiendo cometido quince faltas más las muchas que no se pitaron, sólo viese una amonestación? Bien es cierto que la gran mayoría las tarjetas que vieron los jugadores malaguistas fueron por protestas, pero, exceptuando la de Asenjo, todas las quejas estaban debidamente justificadas y se debían a decisiones incorrectas del trío arbitral. Resulta también que algún que otro jugador valencianista insultó al árbitro a lo largo del encuentro, pero se deduce que el trencilla se quedó sordo por momentos y no oyó los improperios que recibía de dicho jugador local. Esto, unido a las diferentes decisiones tomadas en acciones calcadas y protagonizadas por jugadores de diferentes equipos, demuestra que Rubinos Pérez no aplicó el mismo criterio para ambos conjuntos y que sus decisiones estaban destinadas a beneficiar al Valencia.
Más de lo que quiero hablar:
los medios informativos. Me parece indignante que la prensa y la televisión no sean imparciales, más todavía cuando es evidente que en las acciones referidas al comienzo de esta entrada el árbitro siempre se equivocó. Ya no solo defienden siempre al equipo más grande, al igual que los árbitros, sino que también empiezan a inventarse cosas, al igual que los árbitros también. Hemos visto que, por ejemplo, La Sexta se ha sacado de la manga que el Málaga protestó el gol de Soldado por un supuesto fuera de juego que nadie reclamó, y también es posible que hayan manipulado el fotograma en el que muestran el supuesto corte de mangas de Helder Rosario. Por su parte, Marca, a través de su edición digital, se inventa que el gol de Baptista viene precedido por una posición ilegal de éste basándose en un vídeo que ellos mismos enlazan, pero resulta que en dicho vídeo se observa claramente que no existe fuera de juego. Y vuelvo a La Sexta, porque también merece ser reseñado la lamentable narración que hicieron del partido, en la que estuvieron continuamente deseando que el Valencia remontase, además de alabar su juego principalmente en la segunda parte, cuando decían cada dos por tres que estaban dominando con claridad el partido y creando ocasiones. ¿Y qué queréis? Si juegan con uno más durante 75 minutos y con dos más durante 30, así cualquiera. Eso sí, las decisiones que tomaba Rubinos Pérez no las discutían demasiado, y, cuando se atrevían a juzgarlas, ¡vaya por Dios! siempre era a favor del conjunto ché.
En fin, que voy a ir terminando. Creo que he dejado patente que
existe una persecución en contra del Málaga,
tanto por parte de los árbitros, quienes nos han perjudicado gravemente ya en varias jornadas de esta temporada,
como por parte de los medios de comunicación, quienes nos ningunean, dicen mentiras de nosotros y además se inventan cosas inciertas de un club que merece el mismo respeto, y no más, que el resto de los que compiten en Primera División.
El daño ya está más que hecho, no sólo en el pasado encuentro, sino también ya para los próximos por culpa de las injustas sanciones recibidas, pero no me quedo tranquilo si no digo esto: ¿por qué no sancionan a los árbitros cuando lo hacen mal de la misma forma que a los jugadores cuando ellos comenten un fallo en su trabajo? Si sumamos los partidos de suspensión que ha acumulado el Málaga de la pasada jornada, nos salen siete encuentros. Una vez que se ha demostrado que el culpable de todas las sanciones es el señor Rubinos Pérez, ¿no debería él estar siete jornadas consecutivas sin arbitrar?
Y aquí acaba esta película de terror.