El Málaga sigue haciendo historia en la Champions League tras derrotar a todo un histórico de esta competición continental, el todopoderoso Milan, por 1-0 en el tercer encuentro de la fase de grupos.
Le costó al Málaga entrar en el partido, normal teniendo en cuenta el rival que tenía enfrente, aunque también es cierto que el conjunto rossonero está en plena decadencia. Fueron los milanistas los que dispusieron de las primeras oportunidades, pero los disparos de Montolivo y Pazzini no pusieron nervioso a Caballero. Conforme pasaban los minutos, la igualdad entre ambos equipos era indiscutible, tanto en posesión del balón como en lo que al juego se refiere, con mucho mediocampismo. El Shaarawy dispuso de la primera ocasión importante al no aprovechar un pase de la muerte, y luego fue Isco en dos ocasiones el que puso en aprietos al meta Amelia con dos remates desde la frontal que a punto estuvieron de acabar en las mallas. Cuando ya todos pensaban en los vestuarios, el árbitro señaló penalty de Constant sobre Jesús Gámez, pero Joaquín erró esta pintiparada oportunidad de adelantarse al marcador enviando el esférico al larguero. El árbitro portugués no estuvo del todo mal en esta primera mitad, aunque sus linieres no le ayudaron con sus decisiones.
La segunda parte fue otra historia. Desde el comienzo, el Málaga se hizo con el control del partido e incluso llegó a arrinconar a los milanistas en su campo durante varios minutos. Saviola dispuso de la primera ocasión, pero fue objeto de penalty, ya que fue desestabilizado por un defensa, que además tocó el esférico con la mano, pero el árbitro no quiso verlo. De tanto que llegaba el Málaga al área rival tenía que caer el gol, como así fue tras un perfecto pase de Iturra por encima de la defensa que permitió a Joaquín definir ante la salida de Amelia (1-0). Delirio en La Rosaleda. Tres minutos después, Eliseu estuvo a centímetros de aumentar la ventaja con un espectacular zurdazo directo a la escuadra que despejó el portero con la yema de los dedos. El Milan, como era de esperar por su historia y por ser un equipo italiano, lo intentó hasta el final. Estuvo cerca de lograr el empate con un disparo de El Shaarawy que repelió Caballero, y luego con un remate de Mexes que cruzó todo el área malaguista sin que nadie tocara el esférico. Y final del partido ante el jolgorio de la afición malaguista, que entonó al unísono el himno del club al tiempo que los jugadores agradecían el apoyo de unos seguidores que todavía no nos acabamos de creer lo que estamos viviendo.
El Málaga se sitúa líder destacado de su grupo con pleno de victorias en imbatido, siendo el único equipo de la Champions League que puede presumir de ello. El pase a octavos está casi al caer. Quién sabe si se certificará en la próxima jornada cuando visitemos el histórico San Siro para devolverle la visita al Milan. ¿Por qué no ganar allí? ¡Vamos, Málaga!