El último libro que he leído este verano lo terminé el domingo pasado y se titula 'El hombre que calculaba', obra de Malba Tahan, pseudónimo del escritor y divulgador brasileño Julio Cesar de Mello e Souza.
Hanak Tadé Maiá es el narrador de una historia que comienza con su encuentro con un misterioso hombre llamado Beremiz Samir, quien es capaz de contar las ramas de un árbol o las ovejas de un rebaño de un solo vistazo. Juntos emprenden un viaje a Bagdad, y, durante el transcurso de éste, Hanak asiste asombrado a las continuas demostraciones de las habilidades matemáticas de Beremiz, el Hombre que Calculaba, a quien todo el mundo recurre para encontrar la solución a problemas y situaciones que nadie salvo él es capaz de resolver. Esto le brindará fama y le permitirá conocer a importantes personalidades, llegando incluso a ser el matemático oficial de un jeque.
Mi opinión acerca de este libro es un tanto difícil de explicar. Casi siempre empiezo hablando acerca de si me ha decepcionado o no, y la verdad es que de éste no estoy muy seguro de qué decir, puesto que en parte sí que me ha dejado un poco descontento, pero creo que más bien ha sido porque quizás hubiera tenido más sentido haberlo leído varios años atrás, más que nada por la forma en que está escrito y por el tipo de problemas y acertijos que se mencionan en él. A estas alturas, con un bagaje relativamente notable en lo que a literatura matemática se refiere, y teniendo en cuenta además que dos de los libros que he leído este verano han sido un par de novelas bastante densas, esta obra se me ha quedado un poco corta. No quiero decir con esto que no me haya gustado, tampoco es eso, pero creía que me iba a gustar un poco más. También hay que tener en cuenta que lo he leído inmerso ya en el estrés del comienzo del curso escolar y no con la ausencia de presiones de las vacaciones de verano, lo cual influye bastante. En cualquier caso, de lo que no cabe duda alguna es de que esta obra puede ser un buen comienzo para los que quieran adentrarse en el mundo de las matemáticas con total ausencia de fórmulas, pero con acertijos y problemas fácilmente entendibles y que se adaptan perfectamente al relato que se narra en esta novela.
Nota: este post forma parte del Carnaval de Matemáticas, que en esta trigésimosexta edición, también denominada 4.123105, está organizado por David Orden a través de su blog Cifras y teclas.
Mi opinión acerca de este libro es un tanto difícil de explicar. Casi siempre empiezo hablando acerca de si me ha decepcionado o no, y la verdad es que de éste no estoy muy seguro de qué decir, puesto que en parte sí que me ha dejado un poco descontento, pero creo que más bien ha sido porque quizás hubiera tenido más sentido haberlo leído varios años atrás, más que nada por la forma en que está escrito y por el tipo de problemas y acertijos que se mencionan en él. A estas alturas, con un bagaje relativamente notable en lo que a literatura matemática se refiere, y teniendo en cuenta además que dos de los libros que he leído este verano han sido un par de novelas bastante densas, esta obra se me ha quedado un poco corta. No quiero decir con esto que no me haya gustado, tampoco es eso, pero creía que me iba a gustar un poco más. También hay que tener en cuenta que lo he leído inmerso ya en el estrés del comienzo del curso escolar y no con la ausencia de presiones de las vacaciones de verano, lo cual influye bastante. En cualquier caso, de lo que no cabe duda alguna es de que esta obra puede ser un buen comienzo para los que quieran adentrarse en el mundo de las matemáticas con total ausencia de fórmulas, pero con acertijos y problemas fácilmente entendibles y que se adaptan perfectamente al relato que se narra en esta novela.
Nota: este post forma parte del Carnaval de Matemáticas, que en esta trigésimosexta edición, también denominada 4.123105, está organizado por David Orden a través de su blog Cifras y teclas.
2 comentarios:
Esto si que es casualidad.
Hace pocos días he regalado este libro, y ha sido un gran éxito.
El destinatario está muy orgulloso planteándole a sus amigos los acertijos de este libro, como por ejemplo, el del reparto de los camellos, uno de los más famosos.
De todas formas, estoy de acuerdo contigo, quizá a nosotros ha llegado un pelín tarde, pero aun así es un libro muy ameno.
Y hablando de otra cosa, el sábado es un día grande, esperemos que el tiempo no nos traicione con el Mater Dei.
Igual nos vemos entre la multitud.
Saludos.
No sé cómo lo hago, pero de vez en cuando coincide que hablo aquí de algo y ese algo ha tenido relación contigo hace poco tiempo.
Me alegro de que le haya gustado el regalo al destinatario ;)
Pues mucho me temo que el tiempo no se va a comportar. En cualquier caso, si se suspendiera yo iré a las casas hermandad a ver las imágenes. Por cierto, como yo iré con mi cámara estaré un poco ido, así que más bien serás tú el que me vea; en tal caso, me paras y nos saludamos ;)
Hasta luego!
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