El Málaga empató ayer por la noche 1-1 frente al Mallorca en el partido de ida de dieciseisavos de la Copa del Rey, un resultado nada beneficioso para el conjunto boquerón.
La primera mitad comenzó con dos ocasiones muy parecidas, una para cada equipo: a los tres minutos, Albert Luque, sólo ante el portero, intentó superarle con una vaselina, pero éste le adivinó la intención y logró repeler el balón; acto seguido, en el área contraria, Callejón, en la misma situación que el delantero del Málaga, vio cómo Goitia conseguía despejar el esférico ante su remate. A partir de aquí, el conjunto blanquiazul se adueñó del balón y se dedicó a tocar y tocar, esperando cualquier hueco de la defensa balear que permitiera generar una oportunidad de gol, como en el minuto 32, en el que, tras varias triangulaciones, Cheli recibió el cuero al borde del área y, tras internarse un poco, consiguió batir por debajo de las piernas a Moyá (1-0). El partido pintaba bastante bien, sobre todo por la superioridad manifiesta de los locales, que llegaron a disfrutar de dos ocasiones protagonizadas por Albert Luque, sobre todo la segunda: solo ante el portero, su remate fue repelido por el meta mallorquín, pero el rechace le llegó a Fernando, que, desde la media luna, disparó a puerta, pero un defensa consiguió desviar la trayectoria del balón.
La segunda parte comenzó con el empate del Mallorca: saque de centro, un par de pases y Keita se presenta delante de Goitia para batirle e igualar el partido a los 10 segundos de la reanudación (1-1). Este gol afectó bastante al Málaga, que, aún así, dispuso de una gran ocasión con el remate de cabeza de Fernando en un córner que se marchó por poco, pero durante cerca de media hora fue el Mallorca el que llevó el peso del partido. En ese tiempo, los visitantes llegaron varias veces al área de Goitia, que tuvo que emplearse a fondo varias veces, sobre todo con disparos a media y larga distancia. El último cuarto de hora estuvo más igualado, aunque quizás el Málaga fue el que más ganas le puso al final. En estos últimos quince minutos, los locales se acercaron con bastante peligro a las inmediaciones de Moyá, que vio cómo el esférico se paseaba por el área pequeña tras una internada de Manolo por la banda derecha, o cómo algunos remates desde fuera del área se marchaban por encima del larguero. A pocos minutos del final, se protestó un posible penalty sobre Duda, que se había marchado de su marcador, pero desde mi posición, lejos de la jugada, no puedo determinar si la infracción fue tal. El árbitro empeoraba conforme avanzaba el encuentro: se equivocó al señalizar saques de puerta cuando eran de esquina, sobre todo en contra del Mallorca, obvió faltas clarísimas y dejó sin amonestación muchas de ellas.
Este empate beneficia más al Mallorca que al Málaga, que está obligado a marcar en el Ono Estadi dentro de dos semanas si quiere continuar en su periplo copero. Un empate a más de un gol o una victoria le dan el pase a la siguiente eliminatoria, en la que se podría enfrentar a conjuntos de inferior categoría, ya que, como es costumbre en los últimos años, se están produciendo sorpresas de equipos de Primera División que caen ante conjuntos de inferior categoría.
La primera mitad comenzó con dos ocasiones muy parecidas, una para cada equipo: a los tres minutos, Albert Luque, sólo ante el portero, intentó superarle con una vaselina, pero éste le adivinó la intención y logró repeler el balón; acto seguido, en el área contraria, Callejón, en la misma situación que el delantero del Málaga, vio cómo Goitia conseguía despejar el esférico ante su remate. A partir de aquí, el conjunto blanquiazul se adueñó del balón y se dedicó a tocar y tocar, esperando cualquier hueco de la defensa balear que permitiera generar una oportunidad de gol, como en el minuto 32, en el que, tras varias triangulaciones, Cheli recibió el cuero al borde del área y, tras internarse un poco, consiguió batir por debajo de las piernas a Moyá (1-0). El partido pintaba bastante bien, sobre todo por la superioridad manifiesta de los locales, que llegaron a disfrutar de dos ocasiones protagonizadas por Albert Luque, sobre todo la segunda: solo ante el portero, su remate fue repelido por el meta mallorquín, pero el rechace le llegó a Fernando, que, desde la media luna, disparó a puerta, pero un defensa consiguió desviar la trayectoria del balón.
La segunda parte comenzó con el empate del Mallorca: saque de centro, un par de pases y Keita se presenta delante de Goitia para batirle e igualar el partido a los 10 segundos de la reanudación (1-1). Este gol afectó bastante al Málaga, que, aún así, dispuso de una gran ocasión con el remate de cabeza de Fernando en un córner que se marchó por poco, pero durante cerca de media hora fue el Mallorca el que llevó el peso del partido. En ese tiempo, los visitantes llegaron varias veces al área de Goitia, que tuvo que emplearse a fondo varias veces, sobre todo con disparos a media y larga distancia. El último cuarto de hora estuvo más igualado, aunque quizás el Málaga fue el que más ganas le puso al final. En estos últimos quince minutos, los locales se acercaron con bastante peligro a las inmediaciones de Moyá, que vio cómo el esférico se paseaba por el área pequeña tras una internada de Manolo por la banda derecha, o cómo algunos remates desde fuera del área se marchaban por encima del larguero. A pocos minutos del final, se protestó un posible penalty sobre Duda, que se había marchado de su marcador, pero desde mi posición, lejos de la jugada, no puedo determinar si la infracción fue tal. El árbitro empeoraba conforme avanzaba el encuentro: se equivocó al señalizar saques de puerta cuando eran de esquina, sobre todo en contra del Mallorca, obvió faltas clarísimas y dejó sin amonestación muchas de ellas.
Este empate beneficia más al Mallorca que al Málaga, que está obligado a marcar en el Ono Estadi dentro de dos semanas si quiere continuar en su periplo copero. Un empate a más de un gol o una victoria le dan el pase a la siguiente eliminatoria, en la que se podría enfrentar a conjuntos de inferior categoría, ya que, como es costumbre en los últimos años, se están produciendo sorpresas de equipos de Primera División que caen ante conjuntos de inferior categoría.
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